Dime qué sientes y te diré cómo gastas tu dinero es la explicación de cómo las emociones pueden llevar a grandes deudas si no sabemos gestionarlas junto con el control de las finanzas personales.
Si uno de tus propósitos de año nuevo es ahorrar o gastar menos, deberás preguntarte primero, por qué gastas como lo haces y qué papel tienen las emociones en tu manera de llevar las finanzas personales.
Una máxima nos dice que nuestra relación con el dinero refleja nuestra relación con nosotros mismos, y en gran medida es así. Nos sentimos tristes, gastamos; nos sentimos alegres, también gastamos… siempre hay una emoción que subyace en la manera en la que gastamos y de ello existen ya muchos estudios.
Por ejemplo, al recibir el salario nos abarca una sensación de abundancia que sin dudar nos lleva a realizar más gastos. Pero si nos sentimos culpables con alguien a quien hemos decepcionado, también lo hacemos: compramos cosas para recompensar a los demás.
El ahorro, por su parte, suele verse como un castigo. Debido a que es una medida a largo plazo, no proporciona un placer inmediato (no genera dopamina) por lo que nos resulta poco satisfactorio postergar la compra y dejamos el ahorro para otro momento. Hacemos compras impulsivas para generar dopamina y sentirnos bien, aunque después de ello venga la culpa por endeudarnos.
Caso opuesto son quienes tienen miedo de que en un futuro se queden sin dinero, tienen problemas para disfrutar los beneficios de su trabajo y se vuelven avaros. No gasta y acumulan dinero insanamente. A su vez, están los que ven el dinero como un camino hacia el poder y la aprobación, creen que la riqueza los hará felices.
Dime qué sientes y te diré cómo gastas tu dinero
- Alegría o felicidad: cuando todo nos va bien, perdemos la visión hacia el futuro y sentimos que nada puede afectar nuestra situación financiera, entonces tomamos decisiones inoportunas, afectamos nuestros ingresos y gastos. Es en estos momentos cuando corremos el riesgo de aceptar compromisos a largo plazo o realizar compras por emoción, posteriormente se vuelven en remordimiento.
- Tristeza o lástima: son emociones que pone en peligro nuestra cartera, ya que nos encaminan a comprar de forma compulsiva productos y servicios no necesarios, para crea una sensación de bienestar o llenar un vacío emocional.
- Ansiedad: el miedo o incertidumbre hace que el futuro nos preocupe por lo que inconscientemente se comienza a abusar del crédito o hacer inversiones de mayor riesgo. Hay una sensación de que en el futuro no habrá oportunidad de gastar, por lo que es mejor hacerlo de una vez.
Emociones positivas y negativas igual te llevan a gastar
- Celos o envidia: muchas veces nos dejamos llevar por el deseo de poseer lo que otras personas tienen, lo que nos lleva incluso a gastar más de lo que podemos pagar, con el riesgo de sufrir sobreendeudamiento por querer llevar una vida similar.
- Pereza: ésta siempre impacta de forma negativa nuestras finanzas, pues provoca que perdamos el control del dinero o que lo manejemos de forma irresponsable. La flojera de leer un contrato, la desidia de revisar los estados de cuenta, o posponer la toma de decisiones son un riesgo latente para nuestras finanzas.
- Temor: buscamos alejarnos de aquello que nos ponga en riesgo, ello incluye analizar nuestras finanzas por temor a enfrentar la realidad de nuestro dinero. El temor nos hace evasivos a la realidad económica que vivimos y descuidamos la cartera.
- Confianza (excesiva): esto nos hace fiarnos demasiado en nuestras creencias sobre el dinero, por tanto la valoración del riesgo deja de ser objetiva, además descuida el valor real de cómo administrar el dinero.
- Aburrimiento: se gasta dinero porque no se tiene otra cosa que hacer. Se entra en un automatismo que no responde a ningún tipo de estímulo. Es un acto cotidiano y rutinario, seguramente por no haber evaluado los recursos con los que cuentas en tu situación actual.
Ahora bien, consideremos que las emociones no son las culpables de nuestros gastos sino la pérdida del autocontrol sobre sus efectos y permitir que nos hagan presa solo por el momento.
Frases que te avisan que manejas tus finanzas emocionalmente
- Para eso trabajo.
- Me lo merezco.
- Es sólo esta vez.
- No me voy a llevar el dinero a la tumba.
- Sólo se vive una vez.
- Yo invito (de forma impulsiva y sin plan).
- Qué tal si me muero mañana.
- YOLO (You only live once)
En todo momento es importante aprender a gestionar nuestras emociones, pero especialmente cuando se trata de empeñar nuestro futuro económico. Debemos discernir si algo es necesario o prescindible. Como dijo Warren Buffet: “Si eso que vas a comprar no va a cambiar nada de tu vida, no lo compres, no lo necesitas”.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA