Trastornos Emocionales frente a la migración que son comunes y dañan la salud mental de quienes deben integrarse a un nuevo grupo social.
Es naturaleza humana ser nómada, andar de un lugar a otro buscando las mejores condiciones de vida. No obstante, la migración hoy en día se ha vuelto una de las condiciones más riesgosas para el ser humano, tanto por las causas que la provoca (pobreza, guerra, cambio climático) como por las consecuencias que migrar tiene: discriminación, desempleo, tráfico de personas, explotación, entre otras cosas.
Pero aun con lo azaroso que puede resultar migrar, los números nos indican que la migración se ha duplicado en los últimos 35 años. Hoy la Organización Internacional para las Migraciones calcula que existen 244 millones de migrantes, un 3.3% de la población mundial.
Este crecimiento en los flujos migratorios, ha puesto de manifiesto la realidad contemporánea al respecto. Quienes dejan su lugar de origen, por cualquiera que sea la causa, para irse a otra ciudad, país o región, viven una serie de trastornos psicológicos y emocionales que afectan su calidad de vida.
Trastornos Emocionales frente a la migración
Muchas veces ello se deriva de la gran presión que implica el traslado y la adaptación a un nuevo lugar, encajar en el grupo social receptor, encontrar una forma de manutención, la pérdida de familia y raíces, etc.
Igualmente, la frustración frente a expectativas que no se cumplen y la falta de mejora en su nivel de vida, pueden ser agravantes en el deterioro de la salud mental del migrante.
Los individuos que presentan más riesgo de trastornos mentales y neurológicos son aquellos que dejan su país con grandes planes a futuro y terminan siendo explotados o en aislamiento. Así, la tristeza, ansiedad, frustración, ira u otras emociones podrían ser calificadas como una reacción psicológica esperada en la migración, sin que llegue a implicar la existencia de cuadros graves o psicopatológicos.
Síndrome del migrante
Conocido también como síndrome de Ulises, es uno de las condiciones más representativas de la afectación en el estado de ánimo de los migrantes.
El psiquiatra Joseba Achotegui, director del SAPPIR y profesor titular de la Universidad de Barcelona describió los rasgos más comunes del que lo que llamó Síndrome de Ulises (el que se fue). En el terreno de la psicología el síndrome del emigrante se caracteriza por un estrés crónico y múltiple. «Es un cuadro psicológico que afecta a inmigrantes que viven situaciones extremas».
Tristeza, llanto, culpa, ideas de muerte, tensión, preocupaciones recurrentes, irritabilidad, insomnio, cefaleas, fatiga, fallos de memoria, pérdida de atención y desorientación conforman este cuadro psíquico complejo.
Quien migra se enfrenta a:
- La soledad, provocada por la separación forzada de la familia y los seres queridos.
- El duelo por el fracaso del proyecto migratorio que surge cuando el inmigrante no logra ni siquiera las mínimas oportunidades para salir adelante al tener dificultades de acceso a “los papeles”, al mercado de trabajo, o hacerlo en condiciones de explotación.
- La lucha por la supervivencia, dividida en dos grandes áreas: la alimentación y la vivienda.
- El miedo tanto a los peligros físicos relacionados con el viaje migratorio (las pateras, los yolos, los camiones, etc.) como a las coacciones de las mafias, a las redes de prostitución, a la detención y expulsión -en España se expulsa a un inmigrante cada 5 minutos, según datos oficiales-, o a los abusos.
El duelo del migrante
En este contexto, el migrante debe afrontar diversos duelos por las pérdidas que le suceden apenas deja su lugar de origen. Los expertos señalan que, al menos, atraviesa por 7 duelos:
Los siete duelos de la migración
- La familia y los seres queridos, sobre todo si se dan separaciones forzadas de hijos pequeños.
- La lengua.
- La cultura (costumbres, valores…).
- La tierra (paisajes, colores, luminosidad, olores, temperatura…).
- El estatus social (acces o a oportunidades, papeles, trabajo, vivienda, sanidad…).
- El contacto con el grupo de pertenencia (prejuicios, xenofobia, racismo…).
- Los riesgos para la integridad física (en el viaje migratorio, accidentes laborales, persecución., indefensión…).
Depresión en el migrante
Durante las diferentes etapas de la experiencia migratoria, las personas migrantes deben hacer frente a condiciones ambientales, económicas y sociales difíciles que pueden afectar negativamente su salud mental, si no se cuenta con recursos de afrontamiento adecuados.
El estrés asociado al desempleo, la pobreza, la pérdida de cohesión social, las dificultades de integración al nuevo medio, la violencia (psicológica, física y sexual), los traumas psicológicos, la ausencia de redes de apoyo y la fragmentación familiar, son algunos de los factores que aumentan el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Cuando la presión es demasiada en la vida del migrante, puede llegar a sentir frustración y mostrar agresividad y violencia, con frecuencia lo hará hacia sus seres más cercanos. La violencia puede ser tanto causa como resultado del estrés y otros problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad, y el abuso del alcohol.
Al igual que el alcohol, la violencia a veces se usa como una manera de hacer frente al estrés…
Por supuesto, ante semejantes signos que ponen en riesgo la salud física y emocional del migrante, es necesario actuar lo más pronto posible, ya sea a través de apoyos en su comunicad y colectividades o a través de una terapia psicológica con un profesional.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA