Beneficios de una mascota en cada etapa de la vida: conoce todas las cosas buenas que un animal le ofrece a nuestas vidas.

Compartimos los días con toda clase de seres vivos y de ello depende el equilibrio de nuestro mundo. Los animales, en particular, nos brindan gran compañía y beneficios emocionales que debemos agradecerles con reciprocidad, cuidando de ellos y preservando su hábitat.  

Convivir con perros y gatos ayuda a disminuir el estrés, la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. No sólo eso, los estudios constatan que esa compañía mejora los niveles de las hormonas asociadas al bienestar y ayuda a que aumente nuestra autoestima. 

En cada etapa de la vida, los animales nos brindan diferentes formas de compañía y con ello mejoran nuestra existencia.  

Mascotas en la infancia  

Tener una mascota en la infancia brinda muchas ventajas en el desarrollo del niño. Le ayuda a ser más responsable, más seguro de sí mismo e incluso, en algunos casos, a superar obstáculos en el desempeño académico. Por su parte, los niños aprecian a un compañero que no es crítico con ellos y que les recibe con entusiasmo en cualquier circunstancia. 

Las personas que crecieron en contacto con un animal de compañía aprenden valores, como la compasión y la empatía, importantes para mantener una relación interpersonal positiva con otras personas. Perros y gatos y otros animales domésticos, ejercen como estabilizador de la conducta infantil, contribuyen a tener más alegría y a disminuir la tristeza o miedos que normalmente se presentan en la infancia.  

Las mascotas en esta etapa pueden apoyar el crecimiento como amigos o incluso como “hermanos” para los hijos únicos o quienes pasan mucho tiempo solos. Lo que les hace un gran apoyo emocional y compañía.  

Y cuando llegan a la adolescencia, ayudan a superar la timidez e inseguridad propia de la etapa que atraviesan. Entre Beneficios de una mascota en cada etapa de la vida reconozcamos su compañía en los momentos de soledad, depresión o rebeldía: se convierten en compañeros inevitables y el motivo para levantarse cada mañana cuando la realidad se hace insoportable. 

Adultos solteros con mascotas 

Definitivamente los animales son grandes compañeros. Hoy vemos que existe una gran variedad de especies que se incorporan a la “familia”. Hurones, conejos, tortugas, erizos y hasta mapaches… No importar su tipo, los animales en casa representan la posibilidad de paliar la soledad en la edad adulta cuando se es soltero o se ha pasado por algún divorcio. 

 Igualmente, las mascotas —especialmente los perros—, pueden ayudar a socializar más. El cuidado de un perro requiere que salgamos de casa, por lo que nos obliga a caminar, intercambiar conversaciones con otros dueños de mascotas en el parque.  

Los animales nos ayudan también a mejorar la autoestima y estimula un sentimiento de que alguien “nos necesita” asumiendo la responsabilidad de su cuidado.  

Parejas sin hijos 

Por voluntad o porque así lo ha decidido la vida, las parejas sin hijos igual pueden verse beneficiadas con la presencia de un animal en sus vidas. Por supuesto, dejemos claro que los animales no sustituyen a los hijos ni igualan las funciones de paternidad o maternidad; pero es claro que cuidar de otro siempre será positivo para toda persona.  

El nivel de compromiso que implica una mascota plantea, para muchas parejas que aún no tienen hijos, una manera de aumentar la familia y de medirse las fuerzas de cara a una futura crianza.

Igualmente, la empatía que despierta en nosotros una mascota hace que la relación de pareja sea mucho más equilibrada y desarrollar nuestra sensibilidad ante las necesidades de los demás, con lo que la vida en pareja se enriquece.  

En el caso de las parejas jóvenes con animales de compañía, entrenan sus responsabilidades familiares y la necesidad de una educación y cuidados constantes a los miembros más pequeños de la familia. 

Beneficios de una mascota en cada etapa de la vida

En la edad adulta una mascota puede mejorar la comunicación verbal y aumentar las expresiones faciales positivas. Los animales estimulan los sentidos y satisfacen nuestra necesidad de tocar y ser tocados afectivamente.  

Contar con una mascota en el hogar ayuda a sentirse más seguros y más protegidos, aumenta el sentimiento de felicidad, reduce la tensión y mejora la vida social de los miembros de la familia. Además los animales nos ayudan a romper la rutina pues reclaman siempre nuestra atención, juegan con nosotros y nos piden mimos.  

Un animal en la vida del adulto mayor 

Los adultos mayores también gozan con la presencia de un animal en su vida. Además de representar compañía, una responsabilidad como su cuidado les hace sentir útiles y les sube la autoestima. Asimismo, les hace mantenerse físicamente activos y estimula la mente pues el cuidado que los animales requieren exige que se mantengan alertas, les hace estar más activos. Estimulan la memoria, la atención y la concentración.  

En el caso del duelo, especialmente en la viudez, los animales ayudan a minimizar síntomas físicos y psicológicos, logrando incluso requerir menores medicamentos para mantener la salud.  

Finalmente, las mascotas ayudan a disminuir el estrés, la tensión arterial y la frecuencia cardíaca. Se han constatado una mejora de los niveles de dopamina y endorfinas (hormonas del bienestar) y la disminución de los niveles de cortisol (hormona del estrés) después de una sesión de 30 minutos de interacción con un perro, por ejemplo.  

Animales en las Constelaciones Familiares 

Una visión complementaria es lo que dicen las Constelaciones Familiares al respecto de las mascotas, pues al ingresar a nuestras vidas éstas también se integrarán al sistema familiar.  

Los animales pueden conectarse con algún excluido que necesita ser visto. Cuando los animales están con personas siguen cumpliendo con su tarea de estar al servicio de la vida; inclusive muchas veces llevando en lugar de su cuidador alguna carga mayor de su dueño. 

Los animales muchas veces muestran con sus síntomas, los desórdenes del sistema de su cuidador y harán todo lo posible para que esa persona se quede en la vida, inclusive llevando una enfermedad en su nombre. 

Pueden entonces, por amor, fidelidad y servicio a la familia en la que están, llevar “cargas sistémicas” que los dueños aún no pueden ver pero que necesitan ser reconocidas. El amor arcaico que siente el animal se pone a disposición del sistema en el que vive. 
 
Como podemos observar todos podemos vernos beneficiados con la presencia de un animal de compañía en nuestras vidas. Pero, es importante no intentar sustituir con ellos nuestros vínculos sociales y humanos; ni proyectar en ellos nuestras necesidades afectivas, y ser conscientes de que ellos tienen una personalidad propia y necesidades específicas que debemos respetar.  

JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA