Estas 5 Manera de ser libre emocionalmente te permiten asumir tu destino y evitar que otros dominen tu salud psicológica.
Que tus emociones no dependan de las circunstancias y de tus vínculos con los demás puede ser una gran conquista, la plena adquisición de la libertad emocional. Un acto de madurez al que todos aspiramos pero que no siempre podemos lograr.
Estamos demasiado unidos a los demás, dependemos de que nos acepten, nos valoren, nos quieran… es natural, pero no por ello del todo saludable. La extrema dependencia de uno mismo a la validación del otro nos impide un pleno desarrollo.
¿Qué es la libertad emocional?
La libertad emocional es la posibilidad de elegir, decidir y asumir las emociones que uno mismo quiere experimentar sin la influencia –particularmente negativa– de otros.
Nosotros podemos elegir si los comentarios y conductas de los demás hacia nosotros nos hacen sentir de determinada manera, subordinando nuestras emociones a los demás, o pueden no influir en lo que sentimos.
Ser libre emocionalmente, se asienta en la autoaceptación y la autovaloración; requiere una autoexpresión acorde a ideas y emociones propias; que nada influya en nuestras decisiones y la forma en la que se expresan cotidianamente.
Por supuesto la libertad emocional está vinculada a la convivencia con los otros, de tal forma que hay que tomarlos en cuenta al decidir (sin que condiciones nuestras decisiones) y al expresarlas.
5 Maneras de ser libre emocionalmente
Que hay que ser libres emocionalmente tal vez es algo que ya sabemos, pero nos siempre podemos tener la claridad de cuándo lo estamos siendo y cuándo no, cómo lograrlo de forma sostenida. Por ello hoy te comentaré 5 maneras de ponerlo en práctica:
1. No creer todo lo que se piensa
Hemos crecido con creencias limitantes que nos generalizan, nos determinan o nos descalifican. Estas ideas nos empujan a requerir que otros nos otorguen cierto valor y aceptación.
También nos hemos contado una historia de nosotros mismos que ya nos creímos, en esa historia todo está definido y a veces no en nuestro favor; en la narrativa de nuestra historia solemos ser la víctima, el villano, pero muy pocas veces el protagonista.
Apegarnos a nuestras propias narraciones y nuestros propios pensamientos nos ata. Hay que cambiar la perspectiva, sin juzgarnos y darnos cuenta de que nuestros pensamientos son un lenguaje al que somos capaces de cambiar para lograr libertad emocional.
2. Vivir el presente
Con frecuencia nuestras dependencias emocionales están ancladas en el pasado. En las heridas y dolores que dejaron profunda huella pero que fuimos incapaces de trascender. Para liberarnos de estas emociones que pueden ser tóxicas debemos conectarnos con el presente, enfocar nuestro pensamiento y nuestras sensaciones en lo que estamos viviendo ahora.
Si las heridas son tan profundas como para seguirlas sufriendo, es importante que consideremos el apoyo de un profesional que nos guie para gestionar ese dolor y liberarnos de él.
3. Dejar de juzgarse
Es importante evitar una mentalidad enjuiciadora. Somos severos con nosotros mismos y establecemos estándares muy altos que a veces no podemos cumplir. La mentalidad no enjuiciadora no emite juicios de valor, no critica, simplemente observa y deja pasar.
Debemos dejar de emitir juicios de valor de todo lo que hacemos, porque juzgarnos puede llevarnos a buscar la constatación de nuestros juicios en otras personas. Creemos que somos débiles y estaremos esperando que los demás lo confirmen, eso es pura dependencia.
4. Aceptación
Dejarse de juzgarnos severamente y en tono negativo es el camino directo a la aceptación personal, la gran fuerza que nos evita andar buscando la validación de los demás. Una forma de liberarnos emocionalmente también es aceptarnos y aceptar lo que nos rodea que bueno y malo es parte de la vida y es normal.
Frente a ello, aprendamos a gestionar lo que sentimos y también a tratarnos con afecto y compasión, aunque no siempre sea fácil.
5. Sanar nuestros vínculos
La libertad emocional implica sanar vínculos insanos, que se generaron porque aceptamos que otros comandaran lo que sentimos y cómo nos sentimos.
Para dejar las relaciones tóxicas fuera de nuestras vidas, un paso importante es saber por qué hemos dejado que esa relación nos afectara de tal manera. Qué “beneficios” creímos que nos dejaban o por qué aceptamos que otros nos afectaran de tal manera. Ser conscientes de por qué nos relacionamos con los demás será una manera de entender que necesitamos que no nos estamos dando a nosotros mismos.
Aprender a gestionar las emociones, impulsos, actitudes y pensamientos para poder afrontar las situaciones que nos presenta la vida, nos facilita el camino para ser libre emocionalmente.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA