Estas 20 Secuelas de una relación tóxica pueden ser devastadoras para las personas, por lo que requieren una intervención adecuada, incluso con un profesional.

No hace mucho les conté la historia de Rebeca y la relación tóxica que vivió, así como los indicadores para saber si estamos viviendo en una relación de este tipo. Igualmente, hemos hablado de lo importante que es salir de una relación tóxica y continuar la vida de una manera más sana, alcanzando mayor bienestar.  

Sin embargo, no podemos dejar de lado que vivir una relación insana con otra persona, nos deja huellas que no siempre son fáciles de borrar. Es por ello que hoy te hablaré de las secuelas de vivir una relación tóxica.  

Secuelas de una relación tóxica 

Una persona que ha vivido una relación tóxica, aun cuando ya no esté dentro de ella, podrá sufrir secuelas que deberán ser tratadas oportunamente para lograr sanar y aprender a vivir vínculos afectivos de una manera más saludable.  

Entre las secuelas que se pueden mencionar hallaremos daños emocionales, conductuales e incluso repercusiones de tipo fisiológico.  

1. Sentimiento de culpa. Ante los primeros signos del sentimiento de culpa, quien lo padece debe comenzar un proceso de auto perdón inmediatamente, redimensionando los hechos que lo causaron y trabajar para asumir la responsabilidad de lo que sí hizo y desechar todo lo que no le es propio. 

2. Miedo. El miedo puede manifestarse a raíz de múltiples factores, como miedo a la violencia que la víctima pudiera haber sufrido. Pero también puede ser miedo a equivocarse, a fracasar o a volverse a enamorar. Este sentimiento debe ser gestionado adecuadamente para evitar daños como el aislamiento, trastornos de ansiedad o fobias.  

3. Baja autoestima. La persona tóxica suele manipular a las personas y jugar con su autopercepción hasta dañar severamente la autoestima del otro. Por ello, muchas veces incluso se incapacita a la persona para salir de la relación. No obstante, el trabajo con la autoestima será indispensable en la recuperación de la víctima.  

4. Depresión. Las emociones incómodas que genera una relación tóxica, como estrés, miedo, angustia o inseguridad suelen ser causantes de cuadros depresivos exógenos que ponen en juego la salud mental de la persona y que deben ser atendidas oportunamente por un profesional.  

5. Aislamiento social. Los daños que cause una relación tóxica, como el miedo, la baja autoestima, la vergüenza o la indefensión pueden llevar a las personas el deseo de aislarse y evadir el contacto con otros. Sin embargo, la soledad puede ser un factor que promueva cuadros ansiosos o depresivos. 

Estados de ánimo, emociones y sentimientos se afectan en la toxicidad

6. Vergüenza. Saber víctima, abusada y vulnerada hace que una persona que vivió una relación tóxica se sienta avergonzada. Sin embargo, debe asumir que no es responsable de lo sucedido que la otra persona actúo de forma abusiva y que ella puede sanar sus heridas con trabajo interior.  

7. Indefensión. Al salir de una relación tóxica se puede vivir un trastorno de indefensión aprendida, en la que la persona dejará precisamente de defenderse para evitar toda confrontación.  

8. Apatía. La fatiga emocional y la fatiga mental son otros factores que pueden provocar esa sensación de desinterés. Estas se producen cuando nos encontramos sobrepasados en nuestras capacidades para tolerar situaciones de estrés prolongado. 

9. Somatizaciones. La somatización es la expresión de factores psicológicos o emocionales como síntomas físicos. Por ejemplo, la tensión de una relación tóxica puede producir dolores de cabeza, dolor de pecho, dolor de espalda, náusea o fatiga. 

10. Desesperanza. La desesperanza puede ser un signo de depresión grave. Luego del trauma que significa la pérdida de la pareja —aun siendo tóxica— y vista a sí misma vulnerada e incluso abusada, la persona puede sentir que ya no hay esperanza al futuro. 

11. Ansiedad. La preocupación excesiva por el futuro, un sentimiento de miedo, temor e inquietud propios de quien vivió una relación muy tóxica pueden desatar ansiedad.  

La salud mental es una víctima de las relaciones tóxicas

12. Dificultad para concentrarse. Imagina cargar con todo este cúmulo de emociones y sensaciones, luego de ver rota la ilusión de una vida en pareja… por supuesto el daño mental puede ser tal que dificulte la concentración.  

13. Pensamientos rumiantes. Las personas seguirán con ideas rumiantes para tratar de identificar dónde se equivocaron o cuándo fue que se vieron envueltas en esa relación, así como otros tantos pensamientos fatalistas, etc. Lo ideal será trabajar con técnicas cognitivo conductuales para evitar esa clase de pensamientos.  

14. Ataques de pánico. Si la ansiedad no se logra tratar oportunamente puede ascender a niveles de trastorno y provocar ataques de pánico que se manifiesten con síntomas físicos desagradables y aterradores.  

15. Disfunciones sexuales. La relación traumática puede generar falta de libido, anorgasmia, vaginismo y otras disfunciones de carácter sexual que mermen la calidad de vida de la persona y que muchas veces puedan tener origen psicológico y no físico.  

16. Desórdenes de tipo obsesivo-compulsivo. Estos también pueden ser derivados de los trastornos de ansiedad generalizada que deben ser tratados por un profesional de la salud mental.  

La salud física también se ve dañada por las relaciones tóxicas

17. Abuso de sustancias. Una forma “rápida” de intentar escapar de las emociones negativas que se han acumulado, tanto dentro de la relación como al salir de ella, es a través del consumo de sustancias dañinas como alcohol, drogas, etc.  

18. Trastornos alimentarios. La baja autoestima y el daño en la autopercepción de quien ha vivido una relación tóxica también puede llevar a los trastornos de la conducta alimentaria como bulimia y anorexia. Esto también requerirá de un tratamiento profesional inmediato. 

19. Trastornos del sueño. El sueño suele ser una de las primeras víctimas cuando existe un trastorno emocional o de tipo mental. Hipersomnio o Insomnio serán los polos de estos trastornos en los que la persona no sólo no duerma, sino que no descansa. La falta de horas de sueño podría, además, acentuar otros síntomas como la depresión, la falta de concentración y la ansiedad.  

20. Secuestro emocional. Una sensación de que la persona no controla sus emociones puede ser otra secuela de una relación tóxica. Se siente que otra persona tiene el control de sí mismo y ello puede derivar en una falta de autoconfianza, así como tener la convicción de que no vale como persona.  

Muchas de estas secuelas de una relación tóxica pueden llevar también a sufrir Trastorno de estrés postraumático, que suma muchos de los síntomas que hemos mencionado anteriormente. Por ello, hablar de relaciones tóxicas es un tema a considerar con seriedad y que requiere atención profesional oportuna.  

JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA