Cómo salir de una relación tóxica es una pregunta de fácil respuesta, pero la práctica requiere un esfuerzo emocional que no todos disponen.
Hace algunas semanas escribí sobre la historia de Rebeca y la pareja tóxica que parecía haberle arruinado la vida. Entonces di algunas claves para identificar si se estaba cerca a alguien así. Hoy toca el turno de saber qué hacer cuando se tiene una pareja tóxica.
Tener una relación tóxica puede ser devastador. Sin embargo, al respecto se puede hacer poco, ya que no estamos en condición de cambiar a quien segrega esa toxicidad. Lo mejor que podemos hacer en un caso así es ponernos a salvo.
No es fácil dejar una relación tóxica
Si se vive en una relación toxica, en el mejor de los casos será prudente salir de la relación, pero no siempre es fácil hacerlo. Algunas de las razones por las que las personas no dejan su relación, aun sabiendo que le perjudica y sufren son:
1. La ganancia que se obtiene en una relación tóxica parece gustarnos. Sin importar lo que se sufre en una relación tóxica, estar ahí nos hace sentir bien. Es como una zona de confort que te brinda estabilidad y certidumbre. Uno se la pasa mal, sí; pero no tiene que enfrentar sorpresas ni incertidumbre.
Pero la realidad es que la relación se vive con miedos, inseguridades, baja autoestima y manipulación. Sin ser capaces de dimensionar el problema.
2. Con el tiempo va a cambiar. Esta es una idea recurrente que sólo promueve la negación de una realidad inalterable. Se cree que con el tiempo el problema desaparecerá. Por el contrario, es necesario actuar pronto y lograr salir de la relación.
En realidad, tras el problema evidente existen muchos conflictos individuales (de ambas partes) que desde el pasado no se han resuelto. Creer que con el tiempo se irán estos problemas es como pensar que seguir ignorando estos retos se resolverá el problema.
3. Mi amor lo cambiará. Esta idílica idea de que con amor podemos cambiar a los demás es una de las falsedades más grandes de la vida contemporánea. ¡Nadie cambia a nadie! ¡Nadie cambia por nadie!
Hacer que nuestro bienestar depende de que otro cambie es una forma de sabotear tu futuro y que se haga imposible salir de la relación. Hacerlo y liberarse solo depende de uno mismo.
Como podemos observar, estas tres razones que nos limitan a salir de una relación tóxica pueden ser muy fuertes, pero no son suficientemente sólidas para quedarse y seguir sufriendo.
Cómo salir de una relación tóxica
- Poner distancia de por medio. Distanciarnos de una persona a la que creemos amar no es una decisión sencilla, pero es necesario alejarnos un tiempo de la persona tóxica. Esto ayudará a disolver la rutina y el hábito de estar con ella. Además, el distanciamiento nos permitirá tener una mejor perspectiva.
- Conócete a ti misma/o. Hay que aprovechar el tiempo que se estará distante de esa relación tóxica para encontrarse y conocer a uno mismo, sin la otra persona.
- Haz cosas para ti. Se debe aprender a vivir sin el domino de la persona tóxica y hacer cosas que nos gusten y brinden bienestar. Retomar lo que antes se solía hacer y nos daba cierto placer.
- Conoce nuevas personas. La dependencia que puede generar una relación tóxica quizá nos ha aislado de amigos y familia, e incluso ha impedido conocer nuevas personas. Es momento de hacer nuevas amistades y redes de apoyo.
- Quítale el poder. La distancia que se establezca entre uno mismo y la persona tóxica será de utilidad para arrebatarle el poder sobre nosotros.
Acaba con el autoengaño
Una vez que la distancia nos dio mejor perspectiva, es momento de actuar. El primer paso para salir de una relación tóxica es reconocer que eso que crees tan normal, romántico y cautivador, en realidad es una relación destructiva que te está dañando.
Si no estás convencido de ello, y aún crees que puedes “salvar” la relación, pregúntate cómo te sientes luego de estar con esa persona tóxica, ¿te debilita o te anima? Cuando estás con esta persona, ¿cómo te sientes realmente? Qué sensaciones te produce cuando no estás con ella.
Tú no eres culpable
Las relaciones tóxicas fructifican porque hay quien descalifica al otro, le dice que no vale, que es responsable de la situación; hay chantaje y manipulación. En tal caso hay que trabajar en asumir que se es responsable del 50% de la relación, pero no se es culpable de la toxicidad del otro.
No somos únicos culpables o responsables de cómo salen las cosas en la relación.
Descubre el antídoto
Todo tóxico puede tener un antídoto que le quite su poder. En la relación tóxica también existe esa fórmula que pueden develarnos por qué estamos viviendo de esa manera nuestros vínculos afectivos.
Una relación tóxica suele serlo porque nos daña la manera en que nos relacionamos con el otro a partir de un bagaje personal que no hemos resuelto. Nuestros conflictos pasados salen a flote en una relación importante debido a la confianza, la intimidad y la cercanía.
La toxicidad está en el mal manejo de los problemas no resueltos que aportamos a la nueva relación. Será relevante, por tanto, sanar ese pasado para sanar la relación y nuestros vínculos.
Identificar las conductas tóxicas
Aunque se sepa cuáles son las conductas tóxicas que dañan la relación, solemos verlas con inocencia y tendemos a justificarlas, pasarlos por alto. Identificar el comportamiento tóxico tiene que ver con aprender a identificar los modos en que nos relacionamos el uno y el otro, desde perspectivas diferentes.
No deje que el miedo gane, mereces algo mejor
La principal razón por la que permanecemos en una relación tóxica por mucho tiempo, aunque lo sepamos, es el miedo. Un miedo a no encontrar a alguien más o incluso mejor, nos paraliza y nos ata. Esto ocasiona que soportemos muchas cosas que no deberíamos tolerar.
Si dudas en dejar la relación, piensa que en el futuro siempre habrá oportunidades deseadas y que te eviten sufrimientos innecesarios.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA