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¿Eres víctima del techo de cristal? Con este artículo descubrirás qué caracteriza el techo de cristal y si alguna vez tú has sido su víctima. 

Hay una metáfora que las limita, que psicológicamente les impide explorar las posibilidades de ir más allá, de ascender escaños, de conquistar mayores metas, de competir bajo las mismas condiciones frente a los hombres. Las mujeres, con frecuencia, se ven cercadas por lo que se conoce como el techo de cristal (the glass ceiling)

Aun hoy existe la creencia de que las mujeres son incapaces de desarrollarse igual o en mayor medida que los hombres, que sus capacidades y aptitudes no se equiparan o que no son “dignas” de mejores oportunidades. Sí, aun las sociedades contemporáneas siguen siendo machistas y limitando el crecimiento social, educativo y profesional de las mujeres.  

Peor todavía, muchas veces las mujeres han interiorizado tanto este sistema que se sienten poco aptas para alcanzar metas superiores; ellas dudan de su capacidad, se creen insuficientes o pasan por síndromes como el de la impostora 

El techo de cristal se acentúa cuando las mujeres afrontan la maternidad. Aunque las legislaciones cada vez brindan mejores condiciones para maternar, las mujeres todavía enfrentan límites para experimentar plenamente el ser madres al mismo tiempo que intentan tener un crecimiento profesional.  Muchas empresas siguen privilegiando a los hombres para asignarles puestos de liderazgo y reducen las oportunidades para que las mujeres accedan a estos puestos, por ejemplo.  

Todo ello fomenta el llamado techo de cristal y merma la calidad de vida de las mujeres.  

¿Qué es el techo de cristal?  

De acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (México): “El techo de cristal es una metáfora que designa un tope para la realización de la mujer en la vida pública, generado por los estereotipos y las construcciones culturales de las sociedades a través del tiempo. Este límite detiene la ascensión piramidal de las mujeres hacia puestos de alta jerarquía e impide su realización personal en la esfera del reconocimiento público”. 

El término Techo de cristal apareció en 1986 en la revista The Wall Street Journal donde Carol Hymowitz y Timothy D. Shcellhardt escribieron el artículo titulado “The Glass CeilingWhy Women Can’t Seem to Break the Invisible Barrier That Blocks Them from the Top Jobs” (“El techo de cristal: porqué las mujeres no parecen romper la barrera invisible que les impide tener los mejores trabajos”). En el texto se describieron las barreras que enfrentan a las mujeres en la jerarquía corporativa.  

Un límite invisible 

Los autores definieron techo de cristal originalmente como un fenómeno invisible, encubierto y no expresado, que existía para mantener las posiciones de liderazgo a nivel ejecutivo en manos de hombres caucásicos. 

La Comisión Federal del Techo de Cristal del Departamento de Trabajo de Estados Unidos lo define como el “conjunto de barreras invisibles que impiden a las mujeres ascender hacia los niveles superiores de la escalera corporativa, independientemente de sus calificaciones o logros”.  

Se habla de invisibilidad porque no existen códigos, normas o leyes que impidan a las mujeres estos niveles de superación; sin embargo, culturalmente hablando hasta ellas mismas pueden llegar a sentirse inhabilitadas para avanzar. 

Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, las mujeres perciben 16% menos en su salario que los hombres. Además de que existe la participación de una mujer por cada 10 hombres en puestos directivos. 

Esta derrota duele, pero por favor, nunca dejéis de creer que luchar por lo que es correcto vale la pena. Lo vale. Necesitamos que sigáis luchando el resto de vuestras vidas, y a todas las mujeres, especialmente a las mujeres jóvenes que pusieron su fe en esta campaña y en mí: quiero que sepas que nada me ha hecho sentir más orgullosa que ser vuestra candidata. Sé que no hemos roto el más alto y duro techo de cristal al que nos enfrentamos, pero lo haremos, y espero que antes de lo que podemos pensar ahora mismo. 

Hillary Clinton, discurso tras perder la elección de 2016 

Consecuencias del Techo de Cristal 

Gracias al llamado techo de cristal, las mujeres son más cuestionadas que los hombres en todos los ámbitos. Uno de los mayores problemas en la trayectoria profesional de la mujer es generado por la elección que tiene que hacer entre su vida personal y laboral. La misma cultura organizacional pugna porque el personal que pretenda escalar la estructura piramidal realice una cesión completa de la vida personal. 

Por supuesto, esta sesión de la vida privada hacia la organización tiene efectos emocionales de consideración.  

Pérdida de la privacidad 

A las mujeres se les pide expresar sus planes futuros para saber si se puede “contar” con ellas o no para desempeñarse en ciertos puestos laborales. Las mujeres suelen pasar por incómodos interrogatorios que abordan temas que no se les cuestionan a los hombres: ¿Estás casada? ¿Tienes hijos? ¿Piensas embarazarte?… 

Hay una ausencia de intimidad pues sus planes personales se discuten de manera pública. El techo de cristal en estos casos puede llegar a afectar la vida personal de la mujer en el sentido que debe decidir cómo enfocar su vida para ser más profesional o no, lo que a los hombres no se les exige. 

Menoscabo de la autoestima 

En el ámbito personal, las mujeres enfrentan obstáculos internos relacionados con baja autoestima, inseguridad, culpabilidad, perfeccionismo y miedo, consecuencias de la estructura social y la educación sexista. 

Las mujeres se ven menospreciadas al comparárseles constantemente con los hombres, incluso en temas como su vestimenta. Igualmente son víctimas del mansplanning, se les interrumpe constantemente o los hombres les explican cosas como si ellas no supieran sobre el tema. 

Frente a ello las mujeres se ven obligadas a adaptar su comportamiento a creencias machistas, renunciando a sí mismas.  

Conflictos familiares 

Bajo el techo de cristal las mujeres pareciera que tienen que decidir entre la vida familiar, la maternidad o la vida profesional. Incluso dentro de casa pareja e hijos pudieran “exigirles” un sobre esfuerzo para cumplir con todo. Muchas veces sin el apoyo de sus propios familiares.  

Acoso y hostigamiento 

El ámbito sexista en el que se gesta el techo de cristal las mujeres se ven sometidas al acoso y hostigamiento. Los hombres pretenden “definir” quiénes son los que sustentan verdaderamente el poder y buscan someter a las mujeres a su yugo, incluso con comportamientos extremos como éstos.  

La consecuencia de estos comportamientos puede ser incluso el trastorno de estrés postraumático, que deja severas huellas en la salud mental de las víctimas.  

Daños en la salud mental 

En algunas ocasiones dónde las mujeres se enfrentan al techo de cristal, pueden llegar a sufrir consecuencias en su salud mental. Fatiga mental, estrés crónico, ansiedad y depresión son algunos de los efectos que la mujer puede sufrir al enfrentarse al techo de cristal. 

JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA  

De Frente a la Vida |CONTIGO

 

Curso impartido por Jorge Domínguez.

 

La comprensión de sí mismo es un acto obligado. Tal y como aprendimos a caminar, a hablar, a comprender el entorno y su funcionamiento, así mismo es necesario comprender nuestras herramientas tanto con las que hemos nacido como aquellas que con el tiempo se han desarrollado y adquirido.

 

Conocer quién eres y como funcionas, te abre a una riqueza inimaginable para mantener tu mente, tus emociones y tus actos en congruencia, en un estado de salud continuo tanto emocional, físico y psicológico. Te convierte en una mejor versión de ti mismo y es ahí que radica tu fuerza vital.

 

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