Cómo gestionar el sufrimiento emocional es una tarea que debemos aprender en el desarrollo de nuestra inteligencia emocional.
Seguramente conoces la frase de Buda: “el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”. Y no hay mejor verdad al respecto que ésta. La vida nos enfrenta tarde o temprano al dolor por los más diversos motivos, casi todos vinculados con la pérdida, y la forma en que le hacemos frente al dolor nos condena o no al sufrimiento.
¿Qué es el sufrimiento emocional?
En términos de una definición elemental, el sufrimiento “es la sensación motivada por cualquier condición que someta al sistema nervioso al desgaste. El sufrimiento puede ser por causas físicas o emocionales y siempre es consciente”.
Psicológicamente el sufrimiento es el estado de malestar provocado por emociones que consideramos negativas: enfado o ira, frustración, miedo, vergüenza, tristeza. Y es la forma en que abordamos estas emociones y las distorsionamos de manera que nos causen profunda pena e incomodidad, cuando optamos por el sufrimiento.
Recordemos que las emociones son alertas de la mente para adaptarnos a la vida, tanto las llamadas emociones negativas como las positivas, tienen una función útil en nuestro proceso de vida. Pero cuando las emociones dejan de ser útiles y funcionales, y se convierten en un problema desadaptativo que puede llegar a dañar nuestro organismo produciendo trastornos físicos y psicológicos, entonces hablamos de sufrimiento.
¿Cuál es el origen del sufrimiento emocional?
Existe una estrecha relación entre lo que hemos vivido y las reacciones emocionales que experimentamos de manera que todo lo que nos ocurre en la vida, acaba dejando huella en forma de aprendizaje en nuestra memoria corporal.
Dependiendo de todos esos sucesos, de ese aprendizaje, elaboramos nuestra percepción de cómo es el mundo y el comportamiento con el que vamos a responder en cada situación.
Si respondemos a las emociones de forma distorsionada, nos alteran y producen efectos negativos, se hace evidente que nuestro aprendizaje se inclina al sufrimiento.
Signos del sufrimiento emocional
Si tienes la sensación de que hay algo que no controlas o que bloquea tus decisiones, si algo te produce dolor extremo hasta el abatimiento; sientes miedo, vergüenza o rabia y te hace sentir frágil o vulnerable, muy posiblemente estés travesando por un sufrimiento que te impide alcanzar tu bienestar.
A veces este sufrimiento se refleja en malestares físicos, desde dolor de cabeza, trastornos del apetito o gastrointestinales, trastornos del sueño, ansiedad y puede producir depresión.
Por ello, te dejo aquí algunas claves que te ayudarán a gestionar el sufrimiento.
Cómo gestionar el sufrimiento emocional
El sufrimiento acumulado puede ser altamente dañino para tu salud física y mental, y concentrado ser una bomba de relojería capaz de explotar en cualquier momento y causar aún más daño que aquello que te causó sufrimiento.
Para ello, es recomendable una práctica diaria de higiene emocional que nos permita soltar el dolor y gestionar el sufrimiento de manera oportuna. Con ello evitemos almacenar nuestras heridas emocionales e incrementar el sufrimiento.
- Acepta la situación, pero no la resignación.
- Reconoce y traduce las emociones que te provoca el sufrimiento.
- Despréndete de emociones y sentimientos desagradables, evita reprimirlas o aferrarte a ellas.
- Genera en tu interior un “espacio” de refugio para cuando todo parezca un caos. Cuida que este espacio esté libre de contaminación emocional.
- Pasa a la acción. No dejes que el sufrimiento te paralice, practica alguna clase de meditación, mindfulness, trabaja con tus emociones pendientes, acude a psicoterapia o pide ayuda a un profesional.
- Cuida tus pensamientos, pues éstos son los que interpretan de forma negativa o positiva tu realidad.
- Frente al dolor, evita aislarte. Mantén contacto con tus amigos y familia, que sean tu red de apoyo emocional.
- No incrementes el sufrimiento dándole vueltas al asunto en tu interior.
- Encuentra mecanismos para expresar tus emociones.
