¿Cómo saber si se nos acabó el amor? Una pregunta que, aunque dolorosa, puede ser frecuente entre muchas parejas que han estado tiempo juntas, pero no por ello funciona.
Lucía estaba ahí, junto a él, mirándolo sin saber qué pensar y mucho menos qué decir. Era alguien por quien ya no sentía más que lo que produce la rutina, los años, el exceso de confianza que se da luego de mucho de conocerse. Pero nada más, nada de mariposas en la panza ni de ternura al mirarlo.
¿Qué había pasado? Él seguía siendo guapo, amigable, talentoso y trabajador, tan simpático como hace años… Mas, ahora que lo veía, sabía que se les acabó el amor.
No pedimos el amor
Aunque pareciera que pasamos la vida buscando el amor, cuando nos llega es algo que no hemos pedido, nos invade de pronto, sin muchas explicaciones. Es un sentimiento tan complejo que de igual forma depende de un proceso neuroquímico (dopamina, oxitocina, adrenalina…), como de una carga emocional que, sin pedirlo o planearlo, llega un día y se nos instala dentro.
No obstante, el amor también es un constructo social que nos genera expectativas y nos promete “vivir felices para siempre”. Sin tomar en cuenta que los seres humanos evolucionamos, cada uno por su cuenta y, en el mejor de los casos, compartimos estos cambios con la pareja, de manera mutua, bajo un telón de comprensión y empatía.
Aunque no siempre es así, a veces los miembros de la pareja cambian de manera desacompasada y se produce un distanciamiento paulatino que puede llegar a romper el vínculo, y terminar con el amor.
Tanto cuando llega como cuando se va, el amor pinta como un misterio; sus causas pueden ser diversas y las razones individuales, pues no podemos hacer generalizaciones de su porqué.
¿Por qué se acaba el amor?
No existe una razón única que explique el fin del amor. Cada caso tiene su propia explicación. Lo mismo puede ser que en realidad no era amor, sino una etapa de enamoramiento llena de ilusiones y proyecciones sobre el ser deseado, luego de la cual la realidad se hizo evidente y desvaneció las mariposas en la barriga.
Pero también pudieron ser el contexto y las condiciones de vida. El amor no es la fuente de la felicidad eterna, ni de la fortaleza perpetua. No siempre basta el amor para afrontar las crisis económicas, las crisis de salud o los problemas cotidianos. Igual pasa al enfrentar la rutina y la monotonía: el amor no siempre triunfa frente al aburrimiento.
A ello se suma los problemas comunicativos. Tal vez una crisis económica se pudiera afrontar en pareja, pero si uno o ambos no saben expresas su preocupación, son incapaces de asumir sus sentimientos y preocupaciones, no habla de los temas de dinero (o cualquier otro), la confianza se ve minada y es muy posible que dañe el amor.
¿Cómo saber si se me acabó el amor?
Aceptar que se nos acabó el amor no es fácil. Quizá porque alguna vez hicimos promesas y juramentos que nos creímos incapaces de incumplir, pero ahora que estamos frente al dilema nos asusta reconocernos deshaciendo el compromiso. Por ello tal vez requerimos indicadores que nos hablen claro respecto a que se nos acabó el amor.
Podemos reconocer que se nos acabó el amor con estas señales:
- La confianza se ha perdido y ya no hay interés en recuperarla.
- Hay un distanciamiento personal evidente hasta en la expresión corporal.
- Han perdido las ganas de convivir en todo momento.
- Ya no ríen ni se comunican abiertamente.
- Imaginan destinos separados, ya no se ven haciendo cosas juntos, ni planeando.
- No apetecen tener intimidad.
- Se notan rastros de tristeza, puesto que la ruptura es inminente.
- Ya no hay detalles ni se prestan atención.
- Se irritan constantemente, están molestos con frecuencia y a veces usan palabras hirientes.
- Hay una voz interior que les dice que se ha acabado el amor.
¿Qué hacer si se nos acabó el amor?
Con esto del amor, ya sabes que no hay fórmulas, no existe una sola respuesta a lo que se debe hacer si se acabó el amor. Lo más honesto y sano es reconocer el problema y dialogarlo con la pareja.
Lo ideal es tratar la pareja con un profesional que pueda guiar a ambos en la comprensión de sus sentimientos, lo que desean a futuro y si desean revivir la relación o, por doloroso que parezca, concluirla a través de un proceso asertivo.
La psicoterapia de pareja permitirá que cada uno, así como en conjunto, esclarezcan las emociones que les determinan en el momento, aclarar si desean continuar o no, e incluso hacer un cierre consciente que evite, en la mejor manera, las heridas, las culpas y reclamos, y que ayude a pasar el proceso de duelo que toda pareja experimenta al concluir.
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JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA DE PAREJA