Es momento de que eliminemos los estigmas sobre la enfermedad mental y trabajemos por ser más inclusivos y respetuosos con quienes viven con ellas.
La Organización Mundial de la Salud ha advertido que una de las más graves consecuencias de la pandemia por Covid 19 serán las secuelas en la salud mental, tanto de quienes han padecido la enfermedad como quienes han permanecido en reclusión por cuarentena.
Sin embargo, hablar de salud mental —aún ahora— es un tema lleno de estigmas. Se cree que las enfermedades mentales son sinónimo de locura, y por ello quienes presentan síntomas de depresión y ansiedad, por ejemplo, no reciben diagnóstico oportuno y mucho menos tratamiento. El miedo a ser juzgados por el entorno social los limita y los resultados pueden ser incluso fatales.
Por ello es importante que hablemos de salud mental, que visibilicemos lo vulnerables que hoy estamos a sufrir alguna clase de trastorno o padecimiento y no por ello requerir de un “manicomio”, sino de un tratamiento eficaz.
Estigmas de la enfermedad mental
Se vive bajo un estigma cuando alguien te ve de manera negativa por un rasgo personal que se considere desventaja; un prejuicio o estereotipo negativo que puede dar lugar a la discriminación. La discriminación puede ser directa y evidente o puede ser no intencional y sutil, pero no por ello menos dañina.
En el ámbito de la salud mental esta clase de estigmas es frecuente, las creencias y actitudes negativas hacia las personas que tienen alguna afección es constante y suelen minar su participación social y su acceso al bienestar. Son aislados, menospreciados y muchas veces se les niega la oportunidad de incorporarse a puestos laborales u escolares.
Además, esta clase de estigmas pueden causar agresiones directas contra quienes padecen alguna enfermedad mental, lo mismo que insultos o encierro, ya que se asume que alguien pudiera ser inestable, violento o peligroso a causa de tu padecimiento.
Generalmente, los estigmas sobre las enfermedades mentales están vinculados con el grado de ignorancia que la gente tiene sobre ellas.
Efectos de la estigmatización
Como en cualquier otro caso de estigmatización, en el caso de las enfermedades mentales las consecuencias pueden ser más dañinas que la propia enfermedad:
- Resistencia a buscar ayuda o tratamiento.
- Falta de comprensión por parte de familiares, amigos, compañeros de trabajo u otras personas.
- Menos oportunidades laborales, o para participar en actividades escolares o sociales, o problemas para encontrar una vivienda.
- Hostigamiento, violencia física o acoso.
- Un seguro médico que no cubre adecuadamente el tratamiento de la enfermedad mental.
- La creencia de que nunca superarás ciertos desafíos o de que tu situación no mejorará.
¿Cuáles son las enfermedades mentales?
Existe una gran diversidad de enfermedades mentales que no escapan del estigma, la crítica y el rechazo. Entre ellas se encuentran algunos de estos trastornos:
- Trastornos del neurodesarrollo, como el espectro autista (TEA), el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y trastornos del aprendizaje.
- Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. Los trastornos psicóticos causan pérdida de contacto con la realidad, como delirios, alucinaciones y pensamiento y habla desorganizados.
- Depresión y bipolaridad. Estos incluyen trastornos que afectan la manera en que cada quien sientes emocionalmente, como el nivel de tristeza y felicidad, y pueden afectar su capacidad para funcionar.
- Ansiedad. La ansiedad es una emoción caracterizada por la anticipación de un futuro peligro o desgracia, junto con una preocupación excesiva. Esta clase incluye el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y las fobias.
- Trastorno obsesivo compulsivo. Implican preocupaciones u obsesiones y pensamientos y acciones repetitivos. Algunos ejemplos incluyen el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno de acumulación y la tricotilomanía.
- Estrés postraumático y estrés agudo. Problemas de adaptación en los cuales una persona tiene problemas para lidiar con una situación estresante de la vida durante o después de esta.
- Trastornos alimenticios y de la alimentación. Estos trastornos incluyen problemas relacionados con la alimentación que afectan la nutrición y la salud, como la anorexia nerviosa y el trastorno por atracones.
- Disfunciones sexuales y disforia de género. Esta última se refiere a la angustia que acompaña al deseo declarado de una persona de ser de otro género.
Estas son algunas de las enfermedades mentales más comunes y que llevan la carga del estigma social más recurrente. Desde la más sutil hasta la más directa.
Eliminemos los estigmas sobre la enfermedad mental
Todos estamos expuestos a atravesar una enfermedad mental, especialmente estos tiempos de pandemia nos dejarán huellas como la depresión, la ansiedad, los trastornos obsesivo compulsivos y el estrés postraumático.
Por ello, más que nunca es importante que todos participemos en la eliminación de los estigmas sobre estos padecimientos. Aquí algunas claves para hacerlo:
Hablar abiertamente de las enfermedades mentales
Poner sobre la mesa el tema de las enfermedades mentales es fundamental para comenzar a abolir estos estigmas que, principalmente, son producto de la ignorancia. La mejor manera de acabar con el prejuicio sobre éstas es conocerlas, entender lo que son y lo que no son, dando oportunidad al diálogo y la defensa argumentada, cuando se trata de una posible agresión.
Cambiemos el lenguaje
Luego de informarnos, hablar de las enfermedades mentales debe llevarnos por un camino diferente y éste es el cambio de lenguaje. Debemos elegir cuidadosamente las palabras con las que nos referimos, especialmente, a quienes viven con una enfermedad.
Hay que usar un lenguaje respetuoso, haciendo énfasis en las habilidades en lugar de las limitaciones y refiriéndose a la persona en lugar de la discapacidad o la enfermedad.
Las valoraciones de los demás casi siempre provienen de la falta de compresión, y no de información basada en hechos.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA