Considera estas 8 claves para cuidar la salud mental de los jóvenes en la nueva normalidad y prevenir cualquier riesgo.
De acuerdo con un sondeo realizado en 2019 el 4% de los niños y adolescentes canadienses tuvieron una salud mental regular o deficiente durante el año. A esta cifra suman las consecuencias que la pandemia de Covid 19 está dejando en la psique de los jóvenes.
El 57% de los casos entre jóvenes de 15 a 17 años presentan una merma en la salud mental a partir de la entrada en vigencia de las medidas de distanciamiento social y los cambios abruptos de la rutina.
Por si fuera poco, a la nueva normalidad y a las posibilidades de rebrote de la enfermedad, se añade la llegada del invierno, donde los días son más cortos y las temperaturas más bajas. Condición que afecta directamente al estado de ánimo de las personas, especialmente en los más jóvenes.
Sin embargo, existen precedentes a la mala percepción respecto a la salud mental por parte de los jóvenes. Ya desde 2019 se consideraban los temas de sociabilización, al bajo rendimiento escolar y a las dificultades de hacer amigos como los principales problemas a enfrentar.
Trastorno del sueño
De acuerdo a la publicación realizada por Radio Canadá Internacional, “los trastornos del sueño y padecimientos recurrentes como el dolor de cabeza, malestares estomacales y el dolor de espalda, detectados de manera frecuente entre los más jóvenes, podrían estar relacionados con los desequilibrios detectados en la salud mental de éstos”.
Un alto porcentaje de jóvenes entre 12 y 17 años, señalaron haber tenido problemas para conciliar el sueño al menos una vez por semana. Los dolores recurrentes aparecieron con más frecuencia relacionados con una evaluación deficitaria de la salud mental.
Rendimiento escolar y la amistad
De acuerdo a la publicación, el 32% de los menores entre 3 y 17 años parecen percibir un menor rendimiento escolar vinculado a su deficiente salud mental.
Por otro lado, los jóvenes consideran que su “mala” salud mental es un factor que determina su dificultad para hacer amigos.
Falta de esperanza y soledad
Además, se considera que cerca de un 50% de los jóvenes entrevistados han padecido en algún momento tristeza o falta de esperanza, han deseado ser otra persona (evasión) y, especialmente, se sintieron solos.
Esto se podría ver incrementado a raíz de la situación actual, cuando el aislamiento social ha interrumpido la vida cotidiana durante meses.
Ansiedad y depresión
Especialmente se sabe que la ansiedad es uno de los retos a enfrentar, con un alto porcentaje en la gente joven. Además, de prolongarse la situación y, ante el advenimiento del invierno, la depresión puede ser otro serio problema en la salud mental de los jóvenes.
Ante semejantes condiciones en la salud mental de los más jóvenes es importante promover algunas prácticas para prevenir una situación más severa y ayudar a cuidar la salud mental de los jóvenes.
Claves para cuidar la salud mental de los jóvenes
1. Es importante reconocer y validar las emociones de los jóvenes
Incluso la ansiedad puede tener un efecto positivo, puesto que nos pone en alerta y nos permite tomar medidas para defendernos del peligro.
Las emociones, tanto positivas como negativas, son intrínsecas al ser humano y hay que identificarlas, vivirlas y gestionarlas. Habrá que hacer tiempo y espacio para que los jóvenes expresen lo que sienten, en un ambiente de confianza y sin juicios.
Es importante no negar ni juzgar lo que los niños y jóvenes sienten, por el contrario, es recomendable enseñarlos a “ponerle palabras a lo que se siente” y estar disponibles a “acoger sus emociones, como la rabia, el miedo o la pena, dándoles un buen curso constructivo.
2. Dejar de exigir un éxito perfeccionista
Los padres solemos decir, “no importa lo que hagas siempre y cuando seas mejor en ello”. Este mensaje les indica a los niños y jóvenes que cualquier otro resultado, que no sea el “éxito”, es igual a fracaso. Lo preferible es que los adultos nos sintamos satisfechos con el esfuerzo (no con el resultado) y compartirlo con los más jóvenes.
Enseñemos a disfrutar el aprendizaje y el desarrollo de actividades que tengan un sentido positivo sin presionarlos al perfeccionismo ni al “éxito” como única opción.
3. Reconsiderar el aislamiento como un espacio seguro y no de soledad
Especialmente durante la adolescencia, las relaciones con los padres suelen hacerse complejas e incluso distantes. El sentimiento de soledad acentuado con el distanciamiento social, puede afectar demasiado a los jóvenes al grado de motivar una depresión.
Frente a la soledad que afecta a muchos niños y jóvenes en todos los sectores sociales, aconseja aprovechar el tiempo en familia sin distracciones procurando “cuidar esos espacios, mirarse a los ojos, jugar y comer juntos”.
4. No alejarse de la rutina con hábitos saludables
Es importante dar continuidad a los hábitos saludables. Encontrar formas en que los niños y jóvenes tengan una alimentación rica en nutrientes y con horarios establecidos, que respeten sus horarios e higiene del sueño, así como encuentren maneras de practicar alguna actividad física.
5. Generar distractores
De igual manera, es importante, más que nunca, que los niños y jóvenes cuenten ahora con distractores que les permitan relajar y distenderse. Por ejemplo, luego de un día de escuela y tareas, es recomendable que vean sus programas favoritos o películas, y que vayan a la cama relajados y con una historia agradable para ellos.
6. Nuevas formas de conectar
Estar con los amigos es una gran necesidad en los jóvenes. Es importante fomentar maneras seguras y/o alternativas para que conecten con los amigos sin correr riesgos. Para ello es útil el uso de redes sociales, las plataformas de reunión virtual y los dispositivos móviles que les faciliten el contacto con sus compañeros y amigos.
7. Concentrarse en sí mismos
Es momento que los niños y jóvenes también dediquen tiempo para sí mismos. Aprender a tocar algún instrumento, practicar un deporte nuevo o hacerse de nuevas habilidades, les permitirán probar sus capacidades, descubrirse mejor y distraerse de cualquier otra preocupación.
8. Poner el ejemplo
Aunque los adultos también estemos viviendo las consecuencias de esta pandemia y nuestra salud emocional también se haya visto afectada, es nuestro deber apoyar a los hijos a la medida de lo posible y asumir una nueva actitud al respecto.
Los hijos toman las señales emocionales de nosotros, así que requerirán que nos encontremos más relajados, menos ansiosos o preocupados respecto al futuro. Para ello no basta simular tranquilidad, hay que trabajar con estas mismas claves.
Algunas otras claves pueden ser:
- Mantener una actitud positiva
- Practicar la gratitud
- Desarrollar un significado y propósito en la vida
- Desarrollar habilidades para enfrentar problemas
- Practicar meditación o alguna disciplina que facilite la relajación
- Buscar ayuda en caso de sentirse desbordado
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA