Tener claves de cómo reírnos de nosotros mismos nos ayuda a fortalecer nuestra autoestima y alcanzar mayores niveles de bienestar emocional.
Josué todo se lo toma tan en serio que va por la vida penando de todo. Que si no pasaba un taxi, que si en el trabajo las cosas no habían salido como esperaba, que si le dolía la panza y seguro se iba a enfermar, que si le habían tomado el pelo en la tienda.
Lo peor venía cuando hablaba de sí mismo, creía que era demasiado bajo, demasiado pobre, demasiado lento… nunca tenía una buena palabra para sí mismo. Total, que todo el día andaba malhumorado, frustrado y con un gusto amargo en la boca. Este hombre no sabía reírse de la vida y mucho menos de sí mismo.
Reírse de sí mismo es fundamental para mantener la salud mental, y aquí te explicaré por qué.
Reír es saludable de cualquier modo
El humor y la risa son estimulantes del sistema de recompensas del cerebro, donde se produce la dopamina, un neuroquímico que nos brinda placer y bienestar. Asimismo, la risa libera endorfinas, una de las hormonas de la felicidad. Es por ello que cuando reímos de algo, el cerebro percibe bienestar y asume el problema con mayor positivismo.
Del mismo modo, el humor nos permite tomar distancia de las situaciones adversas. Hacer un chiste de algo aparentemente negativo nos ayuda a dimesionar mejor la magnitud de la problemática, volverla a su justo tamaño para poder afrontarla de una manera más objetiva y gestionarla de manera saludable.
La resiliencia aumenta cuando te ríes de ti
La resiliencia es nuestra capacidad de salir adelante frente a la adversidad; una fuerza interior que nos lleva a salvar cualquier desventura. No obstante, la resiliencia no es un poder extraordinario, la mayoría de las personas, tarde o temprano, somos resilientes.
Pero, el camino hacia la resiliencia está lleno de obstáculos que afectan nuestro estado emocional, por lo que hay que echar mano de múltiples recursos como nuestras redes de apoyo emocional, tener claro un propósito o sentido de vida y el sentido del humor. De ahí el valor de saber cómo reírnos de nosotros mismos.
De acuerdo con Stefan Vanistendael —uno de los padres del concepto de resiliencia—, el humor es uno de los pilares fundamentales de ésta. La broma en los malos momentos ayuda a liberar tensiones y afrontar la adversidad con una nueva actitud.
Aunque se pueda considerar que el chiste nos evade de la realidad, en verdad es una forma de afrontarla de manera positiva o de encontrar el lado absurdo y descubrir lo que tiene de extraordinario, por lo que podemos utilizarlo para sentirnos mejor al redimensionar la situación.
Reírse de uno mismo fortalece tu autoestima
Y si al reír puedes gestionar mejor tu relación con el mundo… ¡Imagina lo que puedes lograr si eres capaz de reírte de ti mismo, de ti misma! Por ello es importante saber cómo reírnos de nosotros mismos.
Reírse de uno mismo es una evidencia de una autoestima saludable y a la vez este humor nos lleva a tener autoestima positiva. Y es que reír de nuestros errores y posibles fracasos nos facilita la aceptación y una mirada bondadosa ante nosotros, lo que nos permite aceptarnos como somos y asumir que es un tiempo transitorio que puede ir a mejor.
El humor también nos hace conscientes de nuestro potencial y la gestión de emociones de la que somos capaces. Si podemos reírnos podemos también navegar por la tristeza o el enojo de forma asertiva y avanzar hacia el bienestar que anhelamos.
Claves de cómo reírnos de nosotros mismos
- Reconcilia la imagen de quién eres con la de quién quisieras ser. Es importante que asumas tu ser con amor y compasión, sin exigencias sobre lo que no puedes controlar ni cambiar. Esto te ayudará a amarte más honestamente y reír de ti.
- Sé egoísta sanamente. Deja de buscar complacer a los demás y busca aquello que te beneficie a ti desde un egoísmo sano.
- Ríe frente al espejo. Piérdele el miedo al ridículo bailando frente al espejo, haciendo caras, etc. Si eres capaz de aceptar este ridículo como parte de la naturaleza humana, podrás perder la solemnidad frente a tu orgullo.
- Asume el error como parte de la vida. Nadie es infalible, todos cometemos errores y la mejor parte de éstos es que, si lo hacemos bien, aprendemos y evolucionamos. No le tengas miedo a equivocarte; al contrario, busca el conocimiento nuevo en el error.
- Recuerda esos días terribles que nada salió bien. Cuando eres consciente de que a veces sucede mal, pero no siempre es así, que frente al dolor también está la dicha, es más fácil que encuentre oportunidad para reír de ti con la pátina del tiempo.
- Cuenta tus desdichas a alguien más. Cuando la escuchas en tu propia voz seguramente podrás ver que no es tan grave y el humor puede aflorar en lo anecdótico.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA