Por qué es importante tener un trabajo cuando hablamos en términos emocionales, qué es lo que nos brinda internamente sentirnos productos y útiles en el entorno laboral. Aquí te lo decimos.
Mañana viernes es 1° de Mayo, Día Internacional del Trabajo, un derecho y un privilegio que se nos presenta en la vida. Igualmente, un promotor de la salud emocional y el bienestar psicológico de las personas.
Aunque en algunas ocasiones sólo anhelamos que llegue el fin de semana para no tener que ir a trabajar, este tiempo de cuarentena nos ha cambiado la perspectiva de lo que significa tener un trabajo, un espacio laboral determinado, horarios definidos en torno a nuestra actividad profesional y una remuneración económica y emocional por ello.
¿Por qué es importante tener un trabajo?
A través de la historia el trabajo siempre aparece como una de las actividades más importantes por estar directamente relacionado con la subsistencia humana. Pero no sólo eso: el trabajo permite complejizar la vida humana ya que hace que surjan diferentes necesidades a cubrir y entonces así el ser humano se va lentamente convirtiendo en un ser más complejo, con aprendizaje, historia, capacidades, riqueza, etc.
Pero, contar con un empleo no es sólo una cuestión económica, pues aun cuando sea un medio de subsistencia propia y de la familia, el trabajo para muchos es un motivo de vida, un reto, una forma de realización personal, de socializar e incluso de aportar algo a la comunidad o el país.
Para algunos, el trabajo también puede ser un fortalecedor de vínculos familiares y fuente de estatus y prestigio social. Incluso para muchos es un refugio o medio de evasión, como lo es para aquellos adictos al trabajo. De ahí la carga emotiva que tiene la pérdida del puesto laboral, especialmente si la causa es el despido.
El cese de actividades laborales motivados por cuestiones ajenas implica una ruptura abrupta, así como una significativa interrupción del desarrollo personal y profesional e incluso de la propia rutina cotidiana, lo que para muchos tiene un gran peso.
Trabajo e Identidad
Fundamental es reconocer que las personas se identifican con su trabajo; éste nos permite describirnos, obtener posibilidades de éxito y estándares sociales de “felicidad”.
Los puestos laborales nos dan reconocimiento por parte de otros, promueven nuestro desarrollo personal y favorecen la autoestima. Por ello, uno de los grandes dolores a la pérdida del puesto laboral es la creencia de que con ello se pierde la identidad.
Socialización en el trabajo
Pasamos tantas horas en el espacio laboral que nuestro trabajo se ha convertido en una de las formas más fáciles para la socialización, fundamental para nuestra salud física y emocional. Trabajar nos da oportunidad para conocer nuevas personas y crecer nuestras relaciones personales.
Reto constante: motivación
Trabajar nos hacer retarnos constantemente, cada día es una oportunidad de conocer una nueva cara del mundo, pero también de autodescubrimiento. A través de lo que hacemos diariamente y los retos que se nos ponen enfrente, descubrimos las habilidades que tenemos, nos damos cuenta de lo que somos capaces y de nuestra capacidad de resolver problemas en la cotidianidad.
Sentido de vida
En muchos casos el trabajo le da sentido a la vida. Cada día, por muy rutinaria que sea la jornada, podemos encontrar motivación para salir de la cama, desayunar, tomar una ducha y emperifollarnos para estar en el espacio laboral y conquistar esos retos de los que te hablé antes.
Trabajar nos brinda un para qué cotidiano que nos conduce a grandes y pequeños éxitos diarios.
Dejar huella
Aunque nos quejemos algunas veces, aunque otras sólo esperemos llegar a la quincena para cobrar nuestro dinero, en más de las veces vamos a trabajar para dejar una huella en el mundo. Buscamos que, a través de colaborar con otros cada día, nuestras obras trasciendan, transformen la vida de otros, nos reconozcan, nos recuerden, etc. Aristóteles decía: “somos lo que hacemos cada día” y es así, quizá, como la gente nos recuerde cuando ya no estemos.
Somos útiles
Un trabajo nos hace sentir útiles, productivos. Ser útiles tiene que ver con crear o producir que se percibe como valioso.
Repercutir en los otros y serles de utilidad es una sensación que nos reafirma y nos conecta con aquello que es importante para nosotros. Muchas veces nos sentimos así a través de la profesión que desempeñamos nos sentimos productivos y parte especial de un lugar o empresa.
Un camino al autoconocimiento
El trabajo abre un espacio a vernos a través de otros ojos. Con frecuencia creemos ser de alguna manera, pero son los otros quienes, como un espejo, nos devuelven una imagen más real de nosotros mismos.
Es hasta que un tercero ajeno a nuestro círculo cercano nos evalúa y nos hace ver nuestras capacidades y nuestras áreas de oportunidad. Amamos el trabajo porque sirve de reflejo para conocer lo que debes seguir haciendo y descubrir lo que debes reestructurar y mejorar.
Salario emocional
Nos es tan importante el trabajo, en términos emocionales, que hoy se habla del “salario emocional”.
El salario emocional es un concepto asociado a la retribución de un empleado en la que se incluyen cuestiones de carácter no económico, cuyo fin es satisfacer las necesidades personales, familiares y profesionales del trabajador, mejorando la calidad de vida del mismo, fomentando la conciliación laboral e incrementar la motivación.
No se trata de recibir una mayor cantidad de dinero, sino de recibir prestaciones que el trabajador entiende como beneficios más valiosos que una subida de sueldo.
Una mirada sistémica al trabajo
Desde las Constelaciones Familiares, el trabajo es llevar a la práctica la vida. Vivir significa trabajar, sin trabajo no hay vida. A través de nuestro trabajo la vida continúa. De acuerdo con Bert Hellinger:
“Cuando nuestros padres nos dieron la vida a través de su amor, eso era trabajo, trabajo duro, exigió lo máximo, sobre todo de nuestra madre cuando nos dio la vida. Nosotros recibimos la vida a través del trabajo con amor de nuestros padres. Y por eso se manifiesta un orden. Los padres a través de su trabajo nos dan y nosotros tomamos el fruto de su trabajo. No solamente nos dieron la vida, durante muchos años trabajaron duramente para mantenernos con vida, para capacitarnos para la vida independiente.
“Y si tomamos así lo que ellos trabajaron, más adelante lo transmitiremos trabajando nosotros también. Entonces ahora hay un orden. Únicamente podemos transmitir aquello que antes tomamos y así comienza también el éxito en el trabajo. Comenzamos tomando en primer lugar de nuestra madre y junto con ella de nuestro padre.
“Aquel que tiene éxito en su trabajo, que hace su trabajo con alegría, está unido a su madre con amor; con amor tomó aquello que la madre regaló y de la misma manera lo tomó de su padre”.
JORGE DOMÍNGUEZ | SESIONES ONLINE