¿Te dejó en visto? Tal vez te hizo ghosting, una práctica por asertiva que abre una puerta falsa para salir de una relación, generalmente en un contexto virtual.
Susy se sentía muy entusiasmada con Jorge. Llevaban algunas semanas chateando por WhatsApp y Messenger, coincidiendo en gustos, perspectivas de la vida y otros temas afines. Un día, por fin, se citaron para conocerse.
El encuentro fue exitoso —al menos eso pensó Susy—. Disfrutaron de la cena, la conversación fue genial, hasta se tomaron una fotografía para subirla a Instagram. Jorge llevo a Susy a su casa y se despidió con un beso.
Antes de ir a dormir Susy le envió un mensaje a quien, estaba segura, sería su próxima pareja. Tenían tanto en común, se llevaban tan bien, él la hacía reír. Pero al siguiente día, el mensaje se había quedado en “visto”, y pasó toda la mañana, la tarde, la noche… Jorge no respondió ni llamó.
Susy volvió a mandar un mensaje, para saber si todo estaba bien, pero ya ni siquiera se veía como “visto”. De pronto, en Facebook Jorge y Susy ya no eran amigos, y él ya no la seguía en Instagram. ¡Él se había ido sin decir nada!
Tal vez hayas escuchado alguna historia similar, aluna amiga o amigo te contó que le pasó o hayas sido tú la protagonista de una historia igual.
Ghosting: la salida falsa de una relación
Susy fue víctima de Ghosting por parte de Jorge.
Se entiende como ghosting aquella situación en la que una persona abruptamente cesa voluntariamente el contacto con otra con la que tenía cierta comunicación previa. Es como si diera por terminada la relación de forma unilateral.
El término hace alusión a “ghost”, fantasma en inglés. Y se vincula con ello por la “desaparición” de la persona que lo aplica. Ésta desaparece por completo de la vida de otra persona sin explicación alguna.
La práctica del ghosting se popularizó con el uso de las redes sociales y los mensajes de texto en tiempo real con aplicaciones como WhatsApp o Telegram.
Para que se dé el ghosting es necesario que exista una comunicación real previa (virtual o personalmente). No se consideraría como tal que las personas nunca se hubiesen contestado o que no hubiese una comunicación fluida, por mucho que una de las partes sí hubiese intentando contactar.
¿Por qué una persona aplica el ghosting?
Existen tantas razones para el ghosting como personas que lo aplican. Generalmente no se suele saber la razón específica, porque quien es víctima de esta práctica no volverá a saber nada de quien lo hizo, por supuesto sin explicaciones.
Inicialmente podemos atribuir a los usos y costumbres de estas nuevas tecnologías la superficialidad de las relaciones que hoy en día algunos tejen, dejándose llevar sólo por lo que la otra persona publica. Conocer la realidad, puede ser un conflicto ante quien guardaba demasiadas expectativas frente a la otra persona.
Supongamos (sólo eso porque no lo sabremos jamás) que Jorge al ver a Susy en persona, prefirió “desaparecer” antes de decirle que no había sentido química con ella. Por motivos que sólo Jorge sabrá, optó por no decir nada y terminar la comunicación.
Algunas razones del ghosting puede ser:
Miedo / Huida
El miedo suele ser una causa común para este tipo de conductas. Miedo al amor, al compromiso o a repetir situaciones traumáticas que previamente se han vivido.
Supongamos que Susy hizo un comentario que Jorge percibió como algo que le lastimó, que le hizo sentir amenazado, o que le recordó algún pasado doloroso. Antes de afrontar el miedo a una posible herida, Jorge prefirió huir.
Falta de interés
El ghosting puede ser un comportamiento derivado de la pérdida de interés. La persona cesa el contacto pues ha perdido sin más todo interés, o que éste nunca fue demasiado alto y no se valore realmente el contacto con el otro.
Castigo
Hasta aquí creo que está quedando claro que el ghosting es un comportamiento poco asertivo y nada saludable. Pero también puede evidenciar toxicidad por parte de quien lo utiliza.
Es una forma inmadura de castigar al otro o de mantenerlo bajo nuestro control (para manipularlo). Desaparecer de la vida de alguien sin decir porqué puede ser visto como una manera de hacer daño a la otra persona y olvidarse de ella, como ocurre en algunos casos de infidelidad.
Evadir el conflicto
Cuando la relación está avanzada, pero uno de los miembros no quiere continuar —no importa la razón— ésta puede aplicar el ghosting por miedo a vivir el “drama” de la ruptura. Sabe que lastimará a la otra persona, que posiblemente haya una pelea o llanto. Esto le causa conflicto, le hace sentir culpable y prefiere evadirlo.
Consecuencias del Ghosting
Como podemos observar el ghosting es una práctica poco asertiva, manipuladora y dañina para quien lo recibe.
Al advertir el cese abrupto de la comunicación, las personas que experimentan el ghosting sienten el dolor de “una ruptura”. Su autoestima se ve herida, puede sentirse culpable de esta ruptura (aunque ni siquiera sepa las razones de ello).
Igualmente, la víctima de esta “desaparición” se queda en suspenso. Experimenta la incertidumbre sobre qué ha pasado, qué hizo mal, si la relación terminó o volverá, y el dolor se prolonga.
Lo terrible es que no tendrá respuestas y quizá por ello no podrá hacer un cierre de este vínculo que comenzaba a formar. Tendrá que trabajar esa pérdida sin entenderla del todo.
Además de esto, personas que padezcan depresión, ansiedad o problemas de autoestima previos pueden ver exacerbados y confirmados sus miedos y pensamientos negativos al sentirse abandonados.
¿Qué hago si vivo el Ghosting?
- Si te han aplicado el ghosting, comienza por analizar la relación. ¿Qué tan fuerte era el vínculo o qué tan reciente? ¿Qué tan significativo? ¿Qué tanto se estaba idealizando a la otra persona?
- Hay que plantearse si hay algún motivo por el que tiene sentido que te sientas mal.
- Si es posible, se debería indagar cuál fue la razón de esa “desaparición”. Con paciencia, se puede enfrentar la razón hablando de manera asertiva con la otra persona.
- Si no se puede hablar con quien cortó la comunicación, se puede trabajar el proceso de duelo personal.
- Es importante trabajar en uno mismo. No importan las razones por las que la otra persona se fue, no se debe sentir culpa ni remordimiento. Incluso si se hubiese dicho algo que a la otra persona no gustara, lo mejor habría sido un diálogo asertivo y no la ausencia.
- No hay que victimizarse. Sí, nos dejaron en visto para siempre, pero eso no nos define ni es lo único que va a pasar en la vida. No hay que darle poder a la otra persona para definir nuestra historia.
- Trabajemos en nosotros mismos y soltemos.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA