Cómo mejorar la relación con mi mamá

Cómo mejorar la relación con mi mamá es un tema frecuente en la psicoterapia. Los lazos que nos unen a nuestra progenitora son únicos, fuertes y cargados de emociones, por ello suelen ser complicados, a veces plenos y amorosos, y otras dolorosos.

No me llevo bien con mi madre, es un tema que ya había tratado en este blog. Ahora hablemos de algunas claves que podemos implementar para mejorar la relación entre madres e hijos, con el fin de sanar los vínculos familiares.

¿Todas las relaciones pueden mejorar?

Antes de resarcir la relación madre e hijo/a, es prudente considerar que hay relaciones tan dañadas que el proceso de sanación es más complejo y requiere tiempo. Existen madres tóxicas que hieren severamente a los hijos, muchas veces sin proponérselos, o madres que no tienen claro cómo ser una buena madre porque eso se aprende en el camino.

Existen hijos que viven muy lastimados por la experiencia con sus madres en alguna etapa de la vida, que no están interesados en arreglar los vínculos con la madre o que no saben qué es lo que quieren mejorar.

De tal forma, todas las relaciones pueden mejorar, cierto; pero hay que tener voluntad para hacerlo, dejando de lado las expectativas de que todo será idílico.

Claves para mejorar la relación con mi madre

1. Abrir los canales de comunicación

La comunicación con mamá es importante si deseamos que la relación mejore; especialmente porque a través de una comunicación asertiva madre e hijo/a podrán entenderse mejor desde sus respectivas posiciones, cada uno desde su circunstancia.

Si realmente quieres mejorar la relación es relevante darse tiempo para charlar, para encontrar temas en común, para hablar sin reclamos y sin culpas. Debemos ser claros y decir lo que se piensa, para evitar malos entendidos. No hay que olvidar la importancia de una buena escucha.

2. Tu madre no es perfecta

Tal vez hemos escuchado esta frase frecuentemente, porque nadie es perfecto. Sin embargo, las películas, las novelas y la literatura en general muestran modelos maternos perfeccionados con cualidades de resignación, entrega, comprensión, complicidad y otros tantos atributos que no son una realidad en todas las madres.

Como todas las personas, las madres cometen errores y tienen defectos; lo importante es el amor que han depositado en nosotros.

En este aspecto, valdría la pena enfocarnos en las cosas positivas de mamá para conectar mejor con ella. Esto es preferible a enfocarnos en todos los errores cometidos y lo mal que algunas veces nos ha hecho sentir.

3. No juzgar a la madre

Al buscar una mejor relación con la madre, cuando hemos entendido que no es la madre perfecta, también podremos acercarnos a ella sin juzgarla.

Nadie está dispuesto a mejorar una relación si el otro llega con reclamos y acusaciones. Aunque haya heridas de por medio, al comunicarnos hay que evitar retomar cosas del pasado como una defensa que, tarde o temprano, se traducirá en un reproche.

Hay que evitar traer a cuestas el pasado, ser pacientes y practicar la asertividad. Lo más apropiado sería enfocarnos en el aquí y el ahora y no mezclar las cosas.

Es fácil culpar al otro y señalar sus defectos, pero eso no conduce a nada. Es imposible cambiar a todos los que nos rodean, pero podemos concentrarnos en nosotros mismos. Cuando una persona cambia, la relación cambia con ella.

4. Trabajar el perdón

En la relación con la madre las heridas suelen ser profundas, porque se trata de nuestro vínculo primero y el que debería ser más sólido; por ello es complicado trabajar con el perdón, pero no imposible.

Perdonar es dimensionar la herida pasada a un justo valor. Hay que valorar si aquello que nos distancia de nuestra madre o que fracturó la relación es tan grave e irreparable para no dejarlo pasar y comenzar de nuevo.

Si cuesta trabajo perdonar, hay que pensar en lo que decía Buda: “Negarse a perdonar es como esconder una brasa encendida en el puño de la mano, para arrojársela al enemigo. El único que se quema eres tú”.

5. No siempre se estará de acuerdo, pero está bien

Mejorar la relación con la madre no implica que en todo momento piensen igual o estén de acuerdo en todo. Cada uno tendrá su punto de vista y circunstancia, pero eso no significa que deban pelear todo el tiempo, ni tampoco hay que imponer nuestra manera de pensar para que todo marche bien.

Reitero que lo importante es la asertividad y la escucha activa. Trabajar con una comunicación positiva, de respeto y empatía será fundamental.

6. Aprender a poner límites

Es importante aprender a poner límites incluso con las personas que amamos, entre ellas mamá. Si practicamos la asertividad esto será sencillo.

Los límites se definen por el bienestar propio y de la otra persona, si se han establecido de forma saludable no se debe sentir culpa o arrepentimiento. Poner límites es parte de una relación madura, equitativa y funcional; decir No cuando así lo deseas es parte de la madurez.

Claves desde las constelaciones familiares

Desde la visión sistémica de las constelaciones familiares es fundamental tomar a la madre, pues es de ahí de donde se toma la vida y la prosperidad que con ella debemos experimentar.

Tomar a la madre con amor y agradecimiento por lo que nos ha trasmitido, nos da el éxito, nos permite ser reconocido y tener amigos, así como buena relación con nuestros clientes en los negocios.

La relación de la madre debe ser cuidada, honrar su existencia y respetar su lugar como antecesora en el sistema familiar. Por ello aquí también te dejo unas claves de cómo hacerlo: