Si eres consciente de cómo lograr el autocontrol emocional podrás gestionar adecuadamente lo que sientes y mejorar tu calidad de vida, así como establecer relaciones personales mucho más satisfactorias.
No hace mucho he leído esta frase que me parece rotunda: “Las emociones, todas, son consustanciales a la vida, vivir es eso: emocionarse”. Lo importante es cómo gestionamos esas emociones, ya que no es posible evitarlas.
¿Negar las emociones?
Hubo un momento en la historia humana que pareció correcto negar nuestro ser emocional; entonces dimos demasiada importancia a la razón y despreciamos las emociones. Sentir parecía un signo de debilidad, de dependencia, algo poco práctico.
Asimismo, se dividieron las emociones en positivas (aquellas que eran aceptadas como correctas y tolerables) y negativas (aquellas que no deberíamos permitirnos sentir e incluso podrían ser mal vistas).
La alegría, la felicidad, el gozo eran emociones “permitidas”, mientras que la tristeza, el enojo o la frustración debían ser ocultadas para no causar críticas por parte de los demás.
Debido a esta etiquetación errónea del mundo emocional, los seres humanos comenzamos a perder el control de nuestro sentir.
Nos llegamos a confundir porque, por ejemplo, sentíamos tristeza pero los demás nos enviaban mensajes diciendo “ya no estés triste”. Era como si no debiéramos sentir tristeza, aunque la estuviéramos sintiendo.
Muchas personas llegaron a evadir las emociones, otras las ocultaban o dejaban de expresarlas, y de tal modo comenzaron a tener problemas de salud física y mental que hoy en día son frecuentes, debido a la incapacidad de manejar correctamente las emociones.
Inteligencia emocional
Hacia mitad de los años 90, Daniel Goleman publicó por primera vez su libro Inteligencia Emocional, donde nos recuerda que somos emociones y que es fundamental aprender a reconocerlas y asumirlas como parte de la vida.
De acuerdo con este autor la inteligencia emocional es la “capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”. Capacidad para la autorreflexión: Identificar las propias emociones y regularlas de forma apropiada.
A partir de la publicación de Goleman, cada día somos más conscientes de lo que significa reconocer nuestro mundo emocional y gestionar lo que sentimos de manera sana, es decir, tener autocontrol emocional.
Autocontrol Emocional
Si reconocemos que somos seres emocionales y que, en gran medida, las emociones son mecanismos naturales, habremos de reconocer también que no existen emociones positivas y negativas. Pero sí pueden existir formas erróneas de gestionar unas y otras, por los estigmas que hay al respecto.
En ese caso, cuando hablamos de autocontrol emocional nos referimos a la capacidad de gestionar de forma adecuada nuestras emociones y no permitir que sean ésas las que nos controlen a nosotros. Se trata es que todas las emociones, tanto las negativas como las positivas, se experimenten y se expresen de forma adecuada.
Para Daniel Goleman “La habilidad para hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto un aprendizaje crucial en nuestros días”. Es importante resaltar que cuando nos referimos al autocontrol, no hablamos sólo de dominar y controlar nuestras emociones, sino fundamentalmente de manifestarlas o regularlas de una forma correcta.
Asimismo, tener autocontrol emocional no significa «no tener emociones». Manejar las emociones de forma controlada supone tener consciencia de ellas e inteligencia emocional, es decir, tener la capacidad de identificar con exactitud nuestras propias emociones y ser capaces de tomar consciencia de la relación que existe entre emoción, cognición y comportamiento.
El objetivo de este autocontrol es proveernos de bienestar emocional, salud mental y armonía con el entorno; pero también procurar el respeto emocional hacia los demás. Debemos tener muy presente que todos tenemos derecho a decir o expresar; pensar o sentir lo que queramos, siempre que no perjudiquemos a nadie.
¿Cómo tener autocontrol emocional?
Para tener una adecuada gestión de nuestras emociones hay que reconocer lo que estamos sintiendo. Pero no sólo esto, debemos entender nuestro estado de ánimo, reconociendo cuando y porqué estoy así y después actuar sobre tales causas.
Se trata de pensar en lo que te ha provocado esa emoción e ir encontrando su significado, también considerando experiencias anteriores. Tu reacción a las emociones que tienes se irá moderando y será menos espontánea.
A largo plazo lo que realmente te hará tener un control emocional es el aprender a reconocer tus emociones y saber el porqué te ocurren. Es muy importante ser honesto con uno mismo en cuanto al porqué y evitar el autoengaño. Conocer la verdad real de tus sentimientos te ayudará a tratar la causa que los motivó y evitar reaccionar de forma impulsiva.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA