La lucha de poder en la pareja arriesga la relación, porque no es más que una manera de reafirmar el reconocimiento de la persona, olvidando, muchas veces, la empatía y la asertividad.
Joana y Mario tienden a discutir con frecuencia cuando están en el supermercado. Aunque hayan escrito una lista de productos que deben comprar, siempre encuentran motivo para pelear. Y claro que no sólo en el supermercado, su relación está en conflicto constantemente porque ambos quieren tener la razón, ambos quieren imponer sus decisiones y, al parecer, luchan por tener el poder.
En los diálogos entre Joana y Mario se escucha frases como: “¿Ya ves, te lo dije?” “Siempre quieres hacer tu voluntad” “Las cosas son como yo digo” “Siempre me llevas la contraria” … Frases que pueden indicar que hay una lucha de poder en la pareja.
¿Qué es una lucha de poder?
La lucha de poder se define como la confluencia de fuerzas internas en donde domina la necesidad de auto-afirmación en cada uno de los involucrados en una relación.
Esto ocurre cuando los dos individuos son de carácter fuerte e intenta dominar o mantener el control sobre la otra persona de una manera u otra. Por tanto, con suma frecuencia señalan o acusan al otro por los problemas que ocurren.
No obstante, consideremos que la lucha de poder no sólo se da en la pareja, es parte intrínseca de las relaciones humanas, aunque sus efectos pueden ser más dramáticos entre personas comprometidas amorosamente.
El objetivo de la lucha de poder es hacer que las cosas se vean o hagan según las propias ideas de uno, sobra la del otro, y se niegan entre sí la posibilidad de llegar a acuerdos o consensos.
¿Estoy luchando por el poder?
Alguien que lucha por el poder y que se enfrasca en este tipo peleas, especialmente con la pareja, manifiesta estos signos:
- Buscar tener siempre la razón.
- Pretender satisfacer sus propios intereses ignorando a la pareja.
- Dejar que el otro cuide por su propio bienestar.
- Proyectarse como una persona perfecta que no comete errores.
- Responsabilizar al otro de los problemas de la relación.
- Identifica con facilidad los defectos de la pareja para echarlos en cara.
- Idealiza a la pareja perfecta, por lo que quiere tener el control para que sea una relación perfecta.
¿Por qué se dan las luchas de poder?
Las luchas de poder suelen darse por las necesidades emocionales individuales de los miembros de la pareja que surgen en los modelos de crianza vividos en la infancia. Si los padres fueron autoritarios y demasiado exigentes, controladores o sobreprotectores, los hijos suelen crecer con la sensación de impotencia y requiere que alguien los apruebe o afirme, dominando a los otros.
En estos casos las personas buscarán que otras actúen conforme a sus deseos o cambien su forma de ser para satisfacerlos, aunque quien cambia no esté convencidos de ello.
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Con frecuencia se podrá identificar un complejo de inferioridad desarrollado por las mismas exigencias de los padres. Cuando las personas se sienten minusvaloradas, excluidas, minimizadas o incapaces de satisfacer a la pareja, canalizan su frustración, impotencia, enojo y tristeza a través de un sentimiento compensatorio: la superioridad.
La relación de pareja, como consecuencia de ello, está sustentada más en expectativas que en realidades. Expectativas poco realistas que promueven demandas extremas hacia la otra persona.
Asimismo, será difícil aceptar la individualidad y la necesidad de la pareja, y por tanto se buscará imponer patrones personales en el otro, a través de la imposición. Por supuesto que el otro intentará no ceder a la presión y establecer también su decisión, generándose así la lucha de poder.
Cómo evitar la lucha de poder
Lo primero que debe hacer la pareja es reconocer que esos constantes conflictos que se tienen son porque se está dando una “lucha de poder”.
- Para evitar esta lucha de poder, debes aprender a ser empática contigo misma y con tu pareja buscando el equilibrio mediante la comunicación asertiva durante las discusiones o acuerdos.
- Considera que la relación no es una guerra y que si tienen un encuentro debe ser para resolver temas y no agredirse entre sí.
- La psicóloga Suzanne Lachmann sugiere que si realmente aprecias tu propio poder, no es necesario demostrarlo.
- Comunica claramente tus deseos y necesidades y escucha las del otro.
- Evita imponer siempre tu voluntad
- Sé proactiva en la comunicación con tu pareja, no esperes a que sea la otra persona la que inicie la conversación.
- No permitas la violencia como parte de estas luchas de poder.
Lograr el punto de equilibrio no es tarea fácil, ya que debes aceptar tu propia vulnerabilidad y es eso mismo de lo que, probablemente, vienes huyendo. Para que puedas lograr este equilibrio es importante que hagas un análisis sobre tus necesidades y temores; una vez que hayas realizado este análisis comunícalo y pide a tu pareja que haga lo mismo.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA DE PAREJA