¿Cómo ser un buen padrastro o madrastra?
Las figuras del padrastro y de la madrastra han sido dibujadas con los pinceles del cine y la televisión casi siempre de forma negativa. Personajes que se han retratado como seres malvados y castigadores, crueles con los niños y celosos con la pareja en cuestión.
De igual manera, la experiencia señala que los niños rechazan —al menos de inicio— la entrada de otra persona a su vida, especialmente cuando ésta pareciera suplantar a su padre o madre (según el caso), sin que ello sea necesariamente verdad. Así la relación entre padrastro o madrastra y niños puede ser ríspida.
Reconstruir el núcleo familiar no siempre es fácil; pero ser madrastra o padrastro no tiene que ser doloroso y conflictivo en todos los casos. Más bien hay que tener voluntad y trabajar en la comunicación de manera asertiva.
Familia Reconstruida
Una familia reconstruida es aquella que está formada por una pareja adulta en la cual al menos uno de los dos miembros tiene un hijo de una relación anterior. Digamos que es la formación de una nueva familia a partir de otra existente.
Reconstruir una familia no es fácil, pues para hacerlo se debe considerar que previamente se produjo la ruptura de una familia anterior, ya sea por separación o divorcio de la pareja, o la muerte de alguno de los cónyuges.
Por tanto, la formación de una nueva familia está erigida sobre “los restos de otra”, lo que puede ser poco entendido por parte de los hijos que pueden entrar en conflicto al sentir que el padre o madre con quien viven intenta sustituir a su ex pareja y, con ello, al padre o madre ausente.
Los nuevos modelos de familia reconstruida pueden ser muy variables. Pueden darse de alguna de las siguientes maneras:
- Un hombre y una mujer, y uno de ellos aporta un hijo de su anterior relación.
- Un hombre y una mujer se unen sentimentalmente aportando cada uno algún hijo de la unión anterior.
- Dos hombres o dos mujeres que forman una familia con algún hijo nacido de otra relación.
- Un matrimonio con uno o varios hijos de anteriores matrimonios que conviven con los hijos comunes de la nueva pareja.
Padrastros y madrastras
Es aquí donde aparecen en escena las figuras del padrastro y la madrastra, las cuales no forman parte de la familia originaria, y puede generar algún desajuste en las relaciones entre sus miembros.
Un padrastro o madrastra, es la persona que establece una relación formal con uno de los padres y que pasa a ser parte importante de la vida de los hijos. Sin embargo, ser padrastro o madrastra no es lo mismo que ser padres, por lo que usualmente es un tema que genera gran confusión.
Problemas entre los hijos y el padrastro o madrastra, tensiones entre los hijos de distintos padres, la intromisión de los cónyuges anteriores, la cuestión de la lealtad de los hijos al padre o la madre ausente o el rechazo de los hijos a la nueva pareja son lo que se tiene que trabajar para que, tarde o temprano, armonizar la convivencia familiar.
Cómo integrar al padrastro o madrastra a la familia
Encontrar el rol que se debe asumir cuando uno se vincula con una pareja que ya tiene hijos o, viceversa, que un nuevo personaje se incorpore a nuestra familia, puede generar confusiones o conflictos en la familia.
Quizá por amor o ganas de ayudar a la nueva pareja, quien se integra a la familia con la figura de madrastra o padrastro, pudiera precipitarse y se deseen tener vínculos más estrechos con los hijastros desde el inicio; pero las relaciones necesitan tiempo para crecer.
Por ello es importante afrontar esta situación con paciencia y tratando de comprender los sentimientos de todas las personas implicadas.
Madrastra o padrastro deben, como sustantivos, deben dejar de tener una connotación negativa y simplemente tratarse como un nuevo miembro en la familia que deberá llevar un rol de acompañamiento en el proceso de crianza y no como una figura de autoridad, como sería el padre o madre correspondiente. Nunca se debe intentar pasar por encima de lo que su padre o madre puedan decir.
¿Qué elementos tomar en cuenta para introducir al padrastro o madrastra en la familia?
Algunas cosas que pueden afectar la introducción del de padrastro o madrastra en la restructuración familiar son las siguientes:
- Edad de los niños. No existe una edad idea, lo importante es explicarles adecuadamente esta nueva condición.
- Cuánto tiempo hace que conoce a los niños. Tener una historia común hace que la transición sea un poco más llevadera.
- Cuánto tiempo estuvo saliendo con el padre o la madre de los niños antes de empezar a convivir con ellos. Si la relación entre adultos no se apresura, los hijos tendrán la sensación de que la nueva pareja de su padre o madre estará con la familia a largo plazo.
- Cómo se lleva su pareja (o su nuevo cónyuge) con su ex cónyuge. Para los hijos, es mucho más fácil adaptarse a una nueva forma de vida si los adultos no hacen comentarios negativos delante de ellos sobre sus “ex” respectivos.
- Cuánto tiempo pasan los niños con usted. Hay que poner primero las necesidades de los niños: si ellos quieren pasar más tiempo con su madre o padre biológico, lo deberían pasar.
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¿Cómo ser un buen padrastro o madrastra?
Ser padrastro o madrastra es un ejercicio constante de amor, por principio a la pareja y, por ende, a los hijos de ésta. Pero, como hemos visto no es una tarea fácil y, con frecuencia, se va en contracorriente.
Para hacer esta tarea un poco menos complicada, puedes seguir algunas de estas claves.
- Anteponer las necesidades de los niños a tus deseos.
- Las reglas de la casa son importantes. Aplica las reglas de la casa lo más sistemáticamente posible.
- Conforma nuevas tradiciones familiares. La clave está en divertirse juntos, no en tratar de ganar el amor de los niños.
- Honrar al padre o madre de los niños. Es importante respetar a los adultos vinculados afectivamente con los niños, tanto a los padres como a otros padrastros o madrastras (según el caso). Evitemos hablar mal de ellos porque será contraproducente.
- No usar a los niños como mensajeros o intermediarios. No hay que hacer que los niños lleven y traigan mensajes entre los padres y los padrastros o madrastras. Siempre que sea posible hay que comunicarse directamente con los padres respecto a toda clase de temas referentes a los niños.
- La comunicación es la pieza clave. Hablar de forma asertiva con la pareja o cónyuge es importante para que se puedan tomar decisiones atinadas conjuntamente.
- La pareja también le necesita. No sólo los niños requieren el apoyo para este cambio de situación familiar. La pareja también requiere apoyo, especialmente en los casos en los que los hijos no viven con él o ella; el cambio es una constante y las rutinas deben establecerse claramente.
Reconstituir una familia con nuevos integrantes no es fácil, requiere tiempo y trabajo constante, la comunicación es esencial y la empatía será la mejor forma de abordarlo. Pero si existe mayores dificultades siempre está la opción de acudir con un asesor profesional.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA DE FAMILIA