¿Por qué debemos ser más curiosos? La curiosidad mató al gato, dice la sentencia porque tacha como incorrecta y “castigable” a la motivación humana para indagar más información de la que conocemos. Pero en realidad la curiosidad no es tan mala como nos lo han hecho creer.
Se cree que la curiosidad puede ser un signo característico de una persona entrometida en los asuntos de los demás, que no es apropiado indagar en ciertos temas sin parecer fisgón.
Incluso existe el dicho popular “la curiosidad mató al gato”, el cual nos advierte sobre las consecuencias que podría traernos husmear, especialmente, en asuntos que aparentemente no nos incumben.
Pero sentir curiosidad es, en principio, una inclinación saludable y beneficiosa. Es un intenso deseo y motivación por explorar información novedosa y desafiante. La curiosidad nos lleva a interesarnos por el mundo que nos rodea e incluso ser más creativos. Nos lleva a buscar nuevos estímulos que nos exponen a más información, mejores experiencias que antes no habríamos sentido a nuestro alcance.
¿Qué es la curiosidad?
Además de una característica natural que nos lleva a interesarnos por nuestro entorno, la curiosidad es el deseo constante de aprender. Pero esta predisposición natural no se conforma con un conocimiento superficial y general, sino que quiere conocer con detalle el porqué de las cosas.
Esta comprende tres elementos:
1. La búsqueda de la novedad.
2. Un intrínseco deseo de aumentar el conocimiento. La gente curiosa tiende a encontrar satisfacción en la experiencia misma de conocer algo nuevo y aprender.
3. Una acción, a menudo una nueva acción, que envuelve lo cognitivo, lo emotivo y lo conductual.
La curiosidad es un gran motor que nos abre a todo tipo de oportunidades. Dar rienda suelta a ella nos evita el aburrimiento, despierta nuestra fuerza de voluntad para ir hacia el conocimiento, es impulso y motivación para tener nuevas experiencias y probar novedades.
¿Para qué sirve ser curiosos?
La curiosidad bien encaminada nos puede brindar diversos beneficios:
- Mayor bienestar emocional, vitalidad y nueva percepción del sentido de la vida.
- Mejora de nuestra conciencia y comprensión de las emociones.
- Aumento de la sensación de flujo, creatividad y la persistencia.
- Facilidad para afrontar desafíos y mayor tolerancia a la incertidumbre.
- Menor número de emociones negativas.
- Disminuye la dependencia a dogmas o una autoridad impuesta.
- Es el fundamento de la creatividad.
- Las personas más curiosas tienden a lograr mejores resultados en los estudios, trabajo y deporte porque se incrementa la atención y concentración.
- Mejor memoria sobre los conocimientos adquiridos.
- Encontrar respuestas, gracias a la curiosidad, nos hace sentir más satisfechos.
¿Se requiere ser más curioso?
En la primera infancia los humanos somos muy curiosos, exploramos el mundo que nos rodea en busca de respuestas. Siempre tenemos una pregunta de cómo o por qué son las cosas como son.
Sin embargo, en la edad adulta preguntar mucho no siempre es bien visto; por lo que la curiosidad se ve limitada y muchos dejamos de cuestionarnos. Sin embargo, es muy positivo fomentar en nosotros mismos el ser curiosos y aprovechar los beneficios que nos da.
¿Cómo ser más curioso?
Si de niños éramos curiosos nadie nos dice que no podamos volver a serlo si lo queremos. Puedes seguir algunos de estos consejos y curiosear por la vida con ellos.
1. Mira lo que te rodea como si fueras un niño, como si fuera la primera vez que lo ves, que lo pruebas o que lo vives.
2. Prueba cosas nuevas, sabores, olores y lugares; intenta hacer cosas que casi nunca haces. Incluso prueba nuevos caminos a ver qué encuentras…
3. Escribe una lista de temas que te interesen y busca información al respecto, esto mismo te llevará a tomar nuevos caminos en la investigación sobre ello.
4. Rompe la rutina adquiriendo nuevos hábitos positivos, como practicar un deporte nuevo o un pasatiempo diferente.
5. Explora tu mundo, aprende nuevas cosas sobre lugares que visites. Platica con las personas y pregúntales sobre ellas (por supuesto esto hazlo con asertividad, sin que parezca que te inmiscuyes en sus vidas).
6. Forma tu árbol genealógico, escribe tu historia familiar, conoce más sobre tus apellidos y antepasados.
7. Ve a la biblioteca y revisa títulos que pudieran interesarte. Lo mismo puedes hacer con películas y documentales.
8. Finalmente haz una lista de todo aquello que quisieras saber y ponte a estudiarlo.
Estas actividades te deberán llevar a tener más preguntas y continuar el ciclo.
Sin lugar a dudas la curiosidad que alimenta la pasión por aprender y saber más, es una cualidad indiscutible del ser humano y también una fortaleza psicológica que nos ayuda a realizarnos y a ser más felices.
