El aburrimiento es una de las situaciones de la pareja que más solemos temer, pero éste no es necesariamente un signo de rompimiento. Aburrirse es un proceso normal que hay que asumir y tratar con inteligencia emocional y asertividad.
Pareciera que la vida en pareja debería mantenerse siempre en la cúspide del entusiasmo y la acción; no obstante, siempre hay la posibilidad de que la relación atraviese momentos de aburrimiento que no deberán ser tomados como signo de desamor y ruptura, sino como una oportunidad para profundizar en el vínculo entre ambos.
El aburrimiento es bueno
De acuerdo a Mark Manson, escritor de The subtle art of non givin a F**k, las parejas actuales viven en un contexto en el que las aventuras, los viajes y las experiencias son fundamentales para darle sentido a la vida, especialmente luego de publicar las respectivas fotografías en las redes sociales.
Por lo contrario, no están preparadas para una vida tranquila, simple, cotidiana y de aburrimiento. Momentos que nos revelan lo agradable y natural que es la presencia de la otra persona.
Situaciones que pueden permitir una comunicación estrecha y profunda con el otro, tanto para conocerse como para consolidar los vínculos de la relación.
Aburrimiento que nace de la rutina
Al respecto, consideremos que el aburrimiento per se no es malo en tanto que no provoque en nosotros el fastidio que se vive ante la falta de diversión o de interés por algo. Es más bien un espacio de tiempo sin actividad entregados a la convivencia, a la compañía solo entre los dos.
Hablamos también de la rutina, de la parte predecible del diario vivir que tiene provee a nuestra existencia de tranquilidad, equilibrio y bienestar; la que no podríamos encontrar si no es con la persona correcta.
El aburrimiento sano que se fundamenta en la rutina evita que la vida en pareja se viva constantemente en la inestabilidad de picos emocionales e intensidad innecesaria.
Por el contrario, cuando la pareja no se siente incómoda en el silencio, no padece en la rutina sino se consolida en la convivencia es que el amor está fluyendo y se sustenta en el vínculo de dos personas, y no en las experiencias momentáneas.
A veces, estos momentos de aburrimiento dan pie a las ideas más originales para hacer en pareja.
Monotonía que mata el amor
Por supuesto la monotonía es diferente a la rutina, la monotonía nos lleva a hacer siempre las mismas cosas de la misma manera. Eso sí puede llevar a un insano aburrimiento que nos impulse a buscar otras cosas incluso fuera de la pareja.
En estos casos se debe trabajar en conjunto para reconocer si la monotonía es un signo de desinterés, de desacuerdo o de abandono de la relación. En tal caso la pareja deberá preguntarse si realmente desean continuar o el ideal que les hizo iniciar ese vínculo se ha diluido y no son el uno para el otro (sobre todo en las parejas recientes).
Al contrario, las parejas consolidadas que caen en la rutina, deberán encender sus alertas cuando la monotonía se entrometa en la relación y trabajar hacia nuevas actividades conjuntas.
Hacer nuevas cosas o hacerlas de otra manera, darse días especiales para ellos (sin los hijos, por ejemplo) serán mecanismos que pueden ayudar a revivificar la relación.
No olvidemos que la esencia para librar tanto la rutina como la monotonía es la comunicación, la empatía y el trabajo en equipo.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA DE PAREJA