En la vida de pareja es importante adaptarse a los cambios naturales que se experimentan en cada etapa para lograr la supervivencia de la relación a través de los años. Y es que el cambio es la única constante que hay en nuestra existencia
Al formar un vínculo amoroso con otra persona se puede advertir, tarde o temprano, que la relación no es igual que cuando comenzó, que ya no se siente igual, surgen dudas respecto a los sentimientos que se viven en cada momento sin entender la forma en que la vida en pareja cambia.
Existen etapas en toda relación, las cuales implican cambios en la forma de ser de cada persona involucrada o en la manera que se percibe la situación. La vida en pareja implica transformaciones que son naturales y no deben conflictuarnos, por el contrario, debemos comprenderlas y aprender a manejarlas para consolidar la relación.
Además, conocer lo que sucede en cada etapa nos ayuda a reducir o solucionar posibles problemas.
Etapas de la relación de pareja
1. El enamoramiento
Esta primera etapa está cargada de emociones fuertes. Los sentidos se afinan y cada experiencia con la pareja es profunda y especial. Asimismo, todo se ve bien, es positivo y surgen las ilusiones y fantasías con futuros juntos y felices “para siempre”.
La intensidad descrita tiene que ver con la carga de neurotransmisores que genera el cerebro durante la etapa. Fluyen hormonas como dopamina, oxitocina, endorfinas —las llamadas hormonas del bienestar— las cuales producen una sensación tan placentera que se buscará repetir constantemente y con mayor intensidad la experiencia con el objeto de nuestro enamoramiento.
Al sentirnos bien tendemos a ver la vida con mayor optimismo, y con una mejor actitud. Pero en esta etapa debemos evitar idealizar al otro, o proyectar en la pareja los deseos y necesidades emocionales personales.
2. La vinculación
Esta es la etapa en la que la pareja se conoce, se pasa de la ilusión del enamoramiento a una visión más realista y humana del otro. Lo que antes era sólo “bonito” y “placentero, se comienza a develar como algo ya no tan “perfecto”.
Es el momento en que las personas descubren aquellos aspectos en los que no están de acuerdo con respecto al otro. Las diferencias surgen, ya sean con mayor o menor relevancia; se pone a prueba la compatibilidad de la pareja.
Aquí se presenta una situación clave porque uno debe observar si la pareja tiene comportamientos que rebasan nuestros principios, sus valores o actitudes superan lo que estamos dispuestos a permitir. Es momento de establecer claramente los límites.
Si en este momento de la relación se descubre que hay condiciones que no coinciden con nuestros valores quizá sea necesario romper con la pareja antes de verse involucrados en una relación que podría ser tóxica.
También, durante este tiempo la pareja se abre más a las relaciones sociales e involucra a otras personas, familia y amigos que pueden, o no, tener influencia en los protagonistas de la relación.
Se vive esta etapa con optimismo, pero no se debe dejar de ser realista y estar atenta a signos que pudieran convertir la relación en algo insano.
3. La convivencia
Luego de la etapa una etapa en la que se establece el vínculo positivo en la pareja, viene el momento del verdadero amor día a día, en el que se enfrenta a la cotidianidad y se fortalece la adaptación del uno al otro con más objetividad.
Es una etapa en la que la pareja deben establecer diálogos asertivos. Temas que van de las finanzas familiares a la decisión de conformar una familia, tener hijos, comprar casa, religión, gustos, etc. Hay que hablar de todo aquello que se terminará compartiendo en un futuro. Desde los temas más simples a los más trascendentes.
Resultará fundamental conocer al otro en sus sueños, expectativas, necesidades, deseos, etc. Para ello es importante trabajar las herramientas de la inteligencia emocional y la asertividad.
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Durante esta etapa es importante evitar los juegos de poder, no buscar imponer voluntades uno sobre otro, así como intentar cambiar a la pareja para hacerla a “nuestro gusto”.
5. La autoafirmación
Al llegar a este momento, la pareja puede estar tan compenetrada en la cotidianidad que comienzan a dudar de sí mismos. Es una etapa en la que se presentan inseguridades y cuestionamientos personales; ambos necesitarán reafirmarse como seres individuales y valiosos.
Pero esta etapa es complicada porque no siempre se da de forma sincronizada, es decir no siempre ambos en la pareja buscarán autoafirmarse. Quizá uno busque ese “tiempo” para sí mismo y el otro no, lo que puede ocasionar una crisis.
Hay que recordar que tener intereses diferentes o buscar hacer algo de forma independiente a la pareja es normal, y no significa tener menos interés en el otro o dejarlo de amar. Librar esta etapa implica que la pareja maneje sus tiempos de forma asertiva.
Dejar que el otro haga cosas sin uno permitirá incluso no caer en la monotonía de la rutina, y acceder a otras formas de convivencia. Por ejemplo, mientras uno practica un deporte extremo y el otro tomar cursos de cocina, podrán tener una cena divertida donde uno haya explorado sabores y el otro cuente su aventura del día. Apoyar a la pareja para descubrir cada día algo diferente.
No olvides que una pareja interdependiente elige compartir la felicidad y la armonía que cada uno ya tiene.
6. La colaboración
Estamos consolidando la relación, en esta etapa la convivencia es un hecho cotidiano y ambos son compañeros de vida, cómplices, amigos. Es un momento de crecimiento y desarrollo conjunto.
La etapa de colaboración está caracterizada por la confianza, la transparencia y la sinceridad. Para este momento ya se habrá forma una base de respeto y amor, ya no sólo de ilusión. Las inseguridades quedan atrás y juntos pueden lograr sus planes porque están fortalecidos en comunión.
No obstante, en esta etapa se corre el riesgo de dar por sentada la relación y no hacer mayores esfuerzos. Es importante que se ratifique más seguido la importancia de la otra persona en nuestras vidas. Recordarse que están juntos y son un gran equipo porque se aman.
Hay que recordar la admiración por el otro, la atracción física, la complicidad. Si la pareja en este momento tiene hijos, será importante que se den tiempo para vivir como pareja, hacer escapadas, salir a cenar solos, etc.
Mantén el interés motivando a vivir a profundidad el día a día en lugar de ver los días pasar.
Ambos, como pareja y como seres individuales han logrado una vida importante y deben siempre permitirse disfrutarla.
7. La Adaptación
Aunque la llaman etapa de adaptación, más bien es una readaptación pues el tiempo ha pasado, los sueños se han cumplido (o no), los miembros de la pareja han cambiado y la pareja ha atravesado por varios estadios antes de llegar aquí.
Es momento de revalorar y analiza el resultado de las decisiones pasadas. Es tiempo de reconocer en lo que se convirtieron tanto como personas tanto como pareja.
Esta es una etapa crítica pues se puede llegar a ella pensando que ya no hay más que hacer, que se pueden haber cumplido los sueños y cuestionarse ¿qué sigue?
También se puede llegar cargado de reproches o culpas y remordimientos de lo vivido o no cumplido. Así también, suele presentarse esta etapa en la edad adulta, cuando se dieron cambios físicos e incluso pudo llegar la enfermedad, y la pareja teme no gustarle al otro, ser una carga, etc.
Al respecto, se debe revalorar la vida, saber que hay muchos sueños aún por conquistar, mucho por hacer: viajar, remodelar la casa, criar a los nietos, adoptar un perro, la lista es grande. No hay por qué dejarse vencer.
El éxito para mantenerse juntos a través de ella es mantenerse como compañeros, apoyarse y reconocer el valor del otro. Requiere acercamiento, solidaridad, amor, dedicación y poder vivir como si fuera un nuevo comienzo.
Cada etapa de la pareja se vive de acuerdo a quienes la integran, no hay un tiempo específico para atravesar por cada una. De igual forma, sobrevivir como pareja a cada etapa requiere de esfuerzo personal y mutuo, así como un trabajo de inteligencia emocional, empatía, asertividad y comunicación constante.
En caso de que pasar por un momento determinado cause grandes conflictos, lo ideal es solicitar ayuda a un profesional que brinde herramientas para solucionar la situación de la mejor manera posible para todos los involucrados.
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