Si vivo bajo lealtades saludables puedo tener control de mi destino. Sin embargo, la lealtad es una virtud que no siempre es conveniente, en particular cuando ésta se ejerce a ciegas y las consecuencias nos perjudican.
Originariamente, la palabra lealtad se refiere al cumplimiento de las leyes con fidelidad y honor. Un concepto que se solía aplicar a temas políticos, pero que en la actualidad también representa el acatar las “reglas del juego” que solemos establecer en las relaciones personales: lealtad es cumplir un pacto entre personas y fundamentar la confianza.
Ser leales nos hace confiables, nos compromete con el o los otros (y viceversa). Es un valor que también expresa gratitud y fidelidad con los demás por aquellas cosas positivas que brindan a nuestra vida y tenemos un sentimiento afectuoso hacia ellas. Por lo contrario, la deslealtad puede ser origen de un sentimiento de haber sido traicionados.
Pertenencia y Lealtad
La pertenencia es el sentimiento que nace cuando nos sentimos parte de un grupo, nos da identidad y aporta la certeza de que entre ellos — nuestro grupo de pertenencia— podemos ser nosotros mismos, que somos parte de algo mayor por derecho propio y que estaremos seguros.
Este sentido de pertenencia también establece vínculos de lealtad entre las personas. Ello se explica porque los miembros del grupo comparten una historia común, así como valores que representan a todos; lo que influye en la autoestima y la plena realización de cada individuo.
No obstante, la necesidad de sentirnos parte del grupo puede llevarnos a lazos de lealtad ciega. Una fidelidad inconsciente que impida el rompimiento y separación con nuestros seres queridos, a toda costa. Frecuentemente, a esta lealtad irracional subyacen costos incalculables: la merma de la autoestima, la codependencia, la vulnerabilidad frente a la manipulación, el fracaso personal, etc.
Igualmente ser leales a un grupo —por ejemplo, la familia— puede llegar a conflictuarnos frente a otro tipo de relaciones, cuando entre ellos debemos enfrentarnos a una elección o tenemos que establecer una prioridad.
Esto suele pasar cuando se hace ineludible decidir si va primero nuestra pareja o la familia de origen de la que venimos. Muchos conflictos en el matrimonio tienen como origen profundo esta problemática.
Lealtad en Constelaciones Familiares
En constelaciones familiares, basado en los postulados de Bert Hellinger, todos los miembros de un sistema familiar están unidos por una serie de creencias, reglas y costumbres. Toda esta información está guardada en lo que se conoce como Conciencia Familiar, una entidad común que consolida nuestra pertenencia al sistema.
Puede ser que conozcas y estés consciente de esas reglas e historias o pueden ser un secreto. Aun así, son parte de ti, de manera inconsciente.
Esta pertenencia se fundamenta en un fuerte lazo de amor llamado lealtad. La lealtad nos lleva a cumplir dichas reglas, de manera consciente o inconsciente; incluso las podremos cumplir en contra de nuestro propio destino, pues nos implicamos —por lealtad— con algún miembro del sistema que ha sido excluido.
La manifestación de esta lealtad se da con el conflicto, cuando has intentado resolver algún problema de las más diversas formas y no obtienes resultados contundentes, es posible que estés siendo leal a alguno de los miembros de tu sistema familiar.
Esta lealtad te hace sentir en paz porque estás siguiendo las reglas de tu familia, pero en realidad te impide disfrutar de tu propia historia y va en contra de lo que realmente quieres.
¿Cómo sé si vivo una lealtad insana?
De acuerdo a las constelaciones familiares, podemos advertir que se vive una lealtad inconsciente que nos daña cuando:
- Logras algo que deseas, pero sucede algo que te hace perderlo.
- Trabajas mucho para lograr algo y no lo consigues.
- Cuando logras lo que quieres no eres capaz de disfrutarlo porque algo te lo impide.
- Repites la historia o destino sombrío de algún ancestro.
Esos signos dicen que no te estás dando permiso para gozar la vida y conquistar lo que deseas. Puede ser que al no cumplirlo te haga sentir frustrada, o frustrado; pero también puede hacerte sentir tranquilo porque eres leal al sistema. Lograr lo que deseas implicaría que estás rompiendo con las reglas de la familia, una especie de traición a sus miembros por querer ser diferente a ellos.
La lealtad se mantiene (inconscientemente) porque de esa manera se demuestra amor y agradecimiento al sistema familiar.
La solución es lograr identificar esta ciega lealtad a través de las constelaciones familiares, enfrentar la implicación que estamos viviendo y retomar el rumbo de nuestra propia historia.
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