“Ni contigo, ni sin ti”. Esta frase hace referencia a algunos de los signos de codependencia emocional que suelen manifestarse en la relación de pareja, o incluso en otro tipo de relaciones familiares o sociales.

La codependencia emocional es una forma poco saludable de vincularnos con otros, y aunque se es más proclive en la relación de pareja, también podemos experimentarla con los padres, los hijos o incluso con el jefe en nuestra relación laboral. Esta relación puede considerarse como tóxica debido a las exigencias y límites que impone a quienes la viven. Pero ¿qué es la codependencia? Vamos a ello en los siguientes párrafos.

¿Qué es la codependencia?

La codependencia se define como una serie de patrones de conducta y pensamientos disfuncionales dolorosos e hirientes, que se repiten de forma compulsiva, y son respuesta a una relación insana. Estos patrones giran en torno a uno de los miembros de la relación por parte del otro, se hace depender la felicidad a las necesidades y reclamos del otro.  Más que una condición en sí misma, la codependencia es un síntoma de la afectación psicológica que provoca una relación dañina para los involucrados (pareja, padres, hijos, etc.).

Veamos el caso de Paula. Ella siempre se mantenía pendiente de las necesidades y exigencias de su marido Claudio; su felicidad era la felicidad de su esposo (aparentemente) y para ello debía renunciar a sus propias necesidades, sueños y deseos, para satisfacer a su pareja. Claudio por su parte, parecía nunca tener suficiente, no estaba satisfecho con lo que Paula le daba y, entonces, ella creí que debía esforzarse cada día más para “hacer feliz” a su marido. 

Aprovechando que ella era cada día más condescendiente con las supuestas necesidades de Claudio, éste comenzó a exigir cada vez más de ella; a que fuera más como él lo deseaba y que con mayor frecuencia renunciara a sí misma. Hasta que Paula comenzó a sentirse nulificada, insatisfecha, ansiosa… ¡Era completamente infeliz! 

Sin embargo, ella era incapaz de dejar a su marido, por muy poco contenta que estuviera: no podía vivir con él, porque no era feliz; pero tampoco podía dejarlo porque la vida sin él no parecía tener sentido. Tantos años sirviéndole le habían hecho perder la razón de su propia existencia. 

La codependencia es una condición psicológica en la cual una persona experimenta una excesiva preocupación por las necesidades de otro u otros. De tal modo intentará satisfacer, salvar o controlar la vida de alguien más, sin lograrlo. Así es como el codependiente, al preocuparse por el otro, olvida sus propias necesidades y cuando la otra persona no responde como espera, éste se frustra y se deprime.

Estar dispuesto a “salvar” a otro y ayudar constantemente de forma, aparentemente, incondicional tiene por objeto generar la necesidad de su presencia en el otro. Volverse indispensable y sentirse necesitado genera la idea de que de este modo nunca lo van a abandonar.

Aunque muchas veces, más que necesitado, se puede ver manipulado por el otro. Pues para la codependencia se requieren dos, uno que acepte esa “ayuda” y se sirva de ella, y quien presta el servicio de la ayuda para sentirse necesitado.

¿Cuáles son los signos de la codependencia?

Aunque en cada caso pueden variar, la persona codependiente puede caracterizarse por:

1. La persona codependiente tiene dificultades para mantener niveles óptimos de autoestima.  

2. Están siempre preocupado por complacer a los demás y sacrificar sus propias necesidades para agradar a otros. 

3. Para ellos es difícil establecer límites adecuados con los demás, suelen exponerse al abuso y al maltrato debido a ello. Les cuesta trabajo protegerse de sí mismos.  

4. Tienen dificultades para asumir adecuadamente la propia realidad. Les es difícil identificar quiénes son  y cómo interactuar correctamente con los demás.  

5. No son libres para expresar lo que sienten por el temor a ser juzgados o no ser aceptados. 

6. Desconocen cómo afrontar de un modo interdependiente las propias necesidades y deseos como un adulto.  

7. Les es difícil cuidar de sí mismos, prefieren que otros tomen decisiones por ellos, aunque estas decisiones no estén relacionadas con su bienestar.  

8. Puede existir una desconexión con su realidad y actuar inapropiadamente; su comportamiento puede ser improcedente en diversas circunstancias.  

9. Son incapaces de alejarse de relaciones tóxicas e insatisfactorias. 

10. Comportamiento controlador. Suelen sentir la necesidad de controlar a los que están a su alrededor. 

 

Superar la codependencia no es simple, de principio quien la padece debe hacerse consciente de su situación y querer trabajar con ello. Dejar la dependencia implicaría soltar a los demás y asumir la propia vida en el aquí y el ahora. Es por ello que lo idóneo es seguir la guía de un profesional de la salud emocional y trabajar estos temas en psicoterapia.

 

JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA