¿Cómo trabajar con las emociones para lograr objetivos laborales? Este cuestionamiento surge con frecuencia porque somos seres que sentimos prácticamente todo el tiempo; las emociones pueden ser motivadoras, pero otras pueden ser obstáculos insalvables que frenan nuestra posibilidad de cumplir nuestros objetivos.
Del disgusto y la envidia al entusiasmo y la motivación, contenemos una gama emocional amplia que suelen intervenir diariamente en las decisiones que tomamos -no siempre para bien- especialmente si no hemos desarrollado habilidades en la inteligencia emocional.
Es por ello que debemos trabajar con las cargas emociones que llevamos a diario y hacerlas nuestras aliadas en vez de frecuentes impedimentos hacia nuestras metas laborales.
Inteligencia emocional
Daniel Goleman, uno de los principales expertos en inteligencia emocional, afirma que ésta va de la mano con el conocimiento de nuestras emociones (autoconciencia emocional), es decir cuanto más nítido sepamos de nuestros puntos fuertes y débiles en este terreno mayor será nuestra capacidad para potenciarlos y autorregularlos (control emocional).
Lo que nos puede abrir las puertas a una convivencia mucho más saludable con todos aquellos que nos rodean, particularmente con nuestro equipo de trabajo, que no siempre tiene cosas afines con nosotros ni tiene por qué caernos bien para lograr toda clase de objetivos en este ámbito.
Al respecto Goleman afirma que:
a) La inteligencia intrapersonal favorece la motivación laboral. Y es que ésta es la capacidad que desarrollamos para ver cómo somos y lo que queremos. Este autoconocimiento se torna fundamental para reconocer realmente nuestros objetivos y deseos, y saber qué camino queremos tomar.
Sabiendo lo que queremos será posible establecer objetivos y metas claros, así como sentirnos motivados para cumplirlos, porque son cosas que realmente queremos y no se nos han impuesto.
b) Las habilidades intrapersonales mejoran la capacidad de autocontrol. Esto hace que nuestras emociones no nos desborden y afecten inconscientemente nuestra toma de decisiones en nuestro camino a los objetivos y el éxito.
La ventaja de desarrollar estas habilidades es la capacidad que adquirimos para estar motivados, algo que en el ámbito laboral resulta necesario para lograr mejores resultados e involucrarse con la empresa a través de compromisos sólidos y a largo plazo.
- Para consolidar las habilidades intrapersonales hay que acceder a la propia vida emocional, asumiendo que podemos abarcar un enorme abanico de emociones muy variadas; de ahí que sea necesario conocerlas e identificar los momentos que llegan a nosotros.
- Esto se logra sabiendo diferenciar entre unas emociones y otras, identificando cómo se manifiestan y qué efectos tienen en nosotros.
- Reconociendo lo anterior podremos diferenciar qué sensación predomina en nosotros a cada momento y qué estimulo la ha detonado.
- Cuando se detectan podemos actuar en consecuencia y actuar en consecuencia, no dejándose llevar por ellas, sino canalizándolas para acercarse a los propios objetivos, guiando el propio comportamiento.
HABILIDADES INTRAPERSONALES
Así las personas con habilidades intrapersonales se caracterizan porque:
- No pierden la calma en situaciones de estrés.
- Presentan un comportamiento equilibrado y amable.
- Son capaces de tomar la iniciativa cuando es necesario.
- Pueden asumir responsabilidades.
- Toman riesgos controlados, no actúan condicionados por impulsos.
- Son persistentes y perseverantes, incluso en situaciones o momentos difíciles.
- Destacan por su resiliencia y por su capacidad de superación.
- Son generosos a la hora de perdonar y olvidar.
Quienes así lo manifiestan cotidianamente se encaminan al cumplimiento de sus objetivos laborales y, por ende, al éxito; además de que ellos mismos comienzan a notar la mejoría en términos de autoconfianza, autoconocimiento y capacidad para controlar las emociones indeseadas como la ira y la frustración.
En su entorno, por ello mismo se verá que son más empáticas, positivas, que saben poner límites y con ello capaces de trabajar en equipo, teniendo una buena dosis de autocrítica para mejorar. Saber dosificar las gratificaciones y minimizar la impulsividad son capacidades que mejoran nuestro desarrollo profesional y nos conducen a objetivos concretos con éxito.