Promover la inteligencia emocional en el deporte es fundamental para obtener los resultados deseados en la práctica. Por ejemplo, estas semanas, a través de la Copa Mundial de Futbol Rusia 2018, hemos experimentado todo tipo de emociones del triunfo a la derrota; pero no sólo nosotros hemos sido protagonistas de este vaivén emocional, también los jugadores participantes que, partido tras partido, han dejado el cuerpo y también el alma en la cancha.
Más allá del duro entrenamiento físico que implica la práctica de un deporte, en equipo o individualmente, los deportistas requieren desarrollar la inteligencia emocional para gestionar el cúmulo de sensaciones y sentimientos que constantemente experimentan en el terreno de juego.
Ni errores ni aciertos deben perturbar la toma de decisiones del deportista, resoluciones que deben ser certeras y ante las que las emociones sólo deben tener un justo peso y no más. De ahí que sea tan importante que, más allá del entrenamiento físico y del perfeccionamiento técnico, todo deportista deba tener un entrenamiento emocional o una guía en el crecimiento de destrezas en inteligencia emocional.
Todos somos deportistas
Aunque no todos somos deportistas de alto rendimiento, por lo menos debemos practicar algún tipo de ejercicio físico para cuidar nuestra salud y para ello las emociones también juegan un importante papel. No necesitamos ser jugadores de soccer o maratonistas para haber experimentado un lunes de madrugada cuando nos debatimos entre seguir en la cama o ir al gimnasio: motivación, frustración al no ver resultados esperados, ira frente a un marcador adverso, conocimiento del adversario, son temas que van mejor con la inteligencia emocional, y que todos deberíamos desarrollar.
La inteligencia emocional en el ámbito deportivo nos ayuda a ser conscientes de nuestras emociones, pero también conocer los sentimientos de los demás, tema de relevancia para hacer labor de equipo o vencer al contrario. Nos ayuda a tolerar tanto la presión como la frustración, la falta de motivación, etc. Y lo mejor de todo, la disciplina deportiva con inteligencia emocional se ve reflejada en otras áreas, facilitando una vida mucho más plena.
Claves para promover la inteligencia emocional en el deporte
1. Conócete a ti mismo/a. Cuando te conoces eres capaz de identificar tus fortalezas y tus debilidades, con ello podrás plantearte metas realistas y trazar planes de acción adecuadas para ti.
2. Identifica tus emociones. Cada momento de la práctica deportiva nos produce emociones; algunas debidas a las hormonas como la adrenalina y la dopamina, otras por las etiquetas psicológicas que imprimimos a los acontecimientos. Será importante identificar lo que sucede en cada momento, y si las emociones que pueden estar influenciando nuestras decisiones deportivas.
3. Practica la empatía. La empatía nos ayuda a comprender a los demás y saber el trasfondo de sus decisiones. Tanto en el trabajo conjunto o frente a la función del adversario, ponerse en los zapatos del otro nos facilitará reaccionar de la forma más apropiada para lograr los objetivos deseados.
4. Metas claras, concretas y realizables. No falta escuchar a alguien en su primer día de gimnasio preguntarse, en broma o no, si ya se le nota el esfuerzo; y después de una semana comienza a sentirse desanimado al grado de abandonar porque no ha bajado los diez kilos que quería para ir a la playa y lucir esbelta.
Ese tipo de metas no son realistas, pero la inteligencia emocional nos permitirá también asumir nuestra realidad y la importancia del esfuerzo constante y a largo plazo que se requiere para conseguir nuestros objetivos y minimizar el riesgo de frustración.
5. Mantente motivado. La motivación es fundamental en la vida humana, es aquello que nos lleva a realizar determinada acción. En el caso del deporte, es ésta la que nos hace levantar de entre las sábanas para ir a correr, por ejemplo. Cuando trabajamos con los objetivos, y vamos midiendo nuestros resultados de forma positiva, se mantiene la motivación y nos sentimos mejor.
6. Sé positivo/a. Practica tener un pensamiento positivo frente a las derrotas o los retrocesos en el entrenamiento, las lesiones o los accidentes (frecuentes en la práctica deportiva).
7. Habla de tus sentimientos. Las personas con inteligencia emocional hablan de lo que sientes, lo hacen de manera objetiva y asertiva.