Estas ocho claves para lograr la paz interior te dejarán pensando cómo va tu vida hoy y si requieres pequeños cambios para lograr ese estado de calma que todos requerimos.
Aunque podría considerarse que la paz interior es producto de un trabajo místico y de espiritualidad, el concepto nos habla de una condición de bienestar que depende de cada individuo; una percepción subjetiva del estado en que nos encontramos y cuya búsqueda puede consolidarse en un hábito o una serie de acciones habituales.
Se trata de un estado libre de preocupaciones, miedos, estrés y sufrimiento; asimismo es un estado en el que el individuo se encuentra receptivo a las cosas positivas de la vida y en sintonía con el sentido de vida asumido por éste.
Una sensación de calma invade a quien tiene paz interior, y esta se deriva del adecuado manejo emocional frente a pensamientos distorsionados y emociones que causan incomodidad o dolor. Aunque debemos subrayar que no significa una evasión de la realidad o anulación de esos aspectos negativos que todos podemos enfrentar en algún momento, sino de dominarlos y no generar daño en torno a ello.
Tener paz interior nos permite —ante una vida ajetreada y llena de vicisitudes— tener un remanso de tranquilidad, reposo y reflexión, para luego enfrentar la vida de manera menos reactiva y mucho más asertiva.
¿Qué necesito para tener paz interior?
En ciertos momentos de la vida a todos nos urge encontrar justamente ese momento de paz, encontrar calma en nuestro ser, ¿cómo lograrlo? Pues a través de una serie de acciones concretas, no únicas, que te propongo:
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Revisa tus prioridades. Con la vida acelerada que muchas veces tenemos, lo que queremos, nos gusta y nos hace bien lo postergamos por hacer aquellas cosas que debemos hacer pero no disfrutamos. Hay que analizar a qué le estamos dando mayor importancia y si realmente eso es lo que nos satisface y nos permite una vida plena.
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Simplifica tu vida. Si ya conoces tus prioridades, deshazte de aquello que es inútil, de lo que te produce ansiedad o angustia, de lo que te pesa y que podrías dejar de lado o eliminar de tu vida.
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Ten una mirada más positiva. Deja de tener una visión simplista y sólo negativa que te lleve a criticarlo todo; la crítica es uno de los grandes ladrones de la paz interior. La crítica nos ubica en una posición beligerante, absolutamente contraria a la paz.
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Acepta tus pensamientos negativos. La paz interior no trata de negar aquello que consideramos negativo, sino de saber manejarlo con positivismo. Negarlo lo elimina sin procesar y entonces queda ahí acumulando incomodidad, no paz.
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Deja ir. Hay que aprender a soltar resentimientos y frustraciones, emociones y condiciones que nos hacen daño pero que de alguna manera nos gusta llevar a cuestas. Esto nos mantiene atados al pasado y no nos deja fluir con la vida.
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Da gracias. La gratitud cotidiana nos permite tener presentes siempre los aspectos positivos de la vida. Hacerlo una práctica habitual no ayuda a dejar de quejarnos de todo.
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Practica la generosidad. Compartir es desposeerte de algo, olvidar tu individualidad y egoísmo para hacer partícipe a otro(s) de lo que en su momento fue tuyo o consideras tuyo. No sólo es realizar una misma actividad con otro, es pensar en otros y tener la disposición de disfrutar, respetar al otro y ser empático.
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Cuida tu salud física. La paz interior depende también de un organismo en paz consigo mismo y en armonía. Es importante dormir y alimentarse bien, así como la práctica de ejercicio de forma que tu cuerpo esté en paz y sea depositario de la paz interior que buscas.
Tener paz interior es un trabajo constante enfocado a la salud emocional, a través de herramientas de asertividad, inteligencia emocional y autoestima. Sin embargo, hay quienes pueden pasar por momentos de extrema inquietud y angustia, incapaces de controlar sus emociones y los que se ven arrebatados de su paz interior. A ellos puede ayudarles la guía de un profesional.