La forma en cómo afecta el dolor crónico a nuestras emociones está estrechamente relacionado con el umbral al dolor que cada uno tenemos, así como la manera en que se enfrenta a éste cada uno de nosotros. Veamos cuáles pueden ser las afectaciones del dolor físico al mundo de nuestras emociones.
Seguramente alguna vez has tenido algún dolor físico, desde una jaqueca o padecimiento estomacal, hasta dolores de tipo crónico; sufrir dolor afecta nuestro ánimo y emociones a partir de la forma en la que nos enfrentamos a ello.
El dolor es inherente a nuestra existencia, va con nosotros desde el nacimiento hasta la muerte; y aunque no nos gusta, no olvidemos que tiene una utilidad, ya que es aviso de enfermedad o herida, lo que nos hace acudir al médico a recibir atención y así cuidar de nuestra salud. ¿Qué sería de nosotros si no sintiéramos dolor?
No obstante el dolor físico, especialmente si es crónico, influye en nuestra calidad de vida y merma nuestro estado de ánimo e influye en nuestras emociones. Al margen del umbral del dolor que tengamos, es decir la capacidad de resistir mayor o menor intensidad de dolor, hay quienes son incapaces de manejar adecuadamente su actitud frente a éste.
Enfrentar el dolor es una experiencia personal y solitaria en la que influyen factores diversos. Si el dolor es percibido como muy intenso, el individuo se va sintiendo debilitado, vulnerable, indefenso y angustiado; incluso nos puede llevar a la depresión.
Asimismo, el dolor que acompaña a una enfermedad crónica, puede producir en su conjunto procesos de duelo que hay que saber resolver.
Aspecto emocional frente al dolor
La forma en que reaccionamos emocionalmente al dolor está relacionada con los pensamientos que tenemos al respecto, se suman las experiencias que hemos tenido y el significado que le damos al dolor.
Una persona puede mantenerse tranquila frente al dolor; pero tal vez alguien más que ha tenido experiencias traumáticas con el dolor pueda considerar éste como algo insoportable. Algunas personas reaccionan con angustia, lágrimas, gritos, etc., otras son más cooperativas y pacientes frente a la situación dolorosa. Cada uno de nosotros podemos optar por cómo enfrentarnos al dolor.
Por otro lado, cuando hablamos de dolor crónico, veremos que es un limitante para realizar actividades y tareas cotidianas, ello tal vez requerirá de apoyo y asistencia de otros, lo que puede dificultar nuestra relación con los demás. Depender de otros en caso de dolor puede generar frustración, resentimiento y estrés, afectando nuestros vínculos sociales y afectivos. Esto puede exacerbar sentimientos y emociones que empeoren la situación de dolor.
“La mente y el cuerpo trabajan juntos y no se pueden separar. La forma como la mente controla los pensamientos y las actitudes afecta la manera como su cuerpo controla el dolor”.
Cómo afecta el dolor crónico a la vida emocional
El dolor crónico afecta diferentes áreas de la vida:
1.Insomnio y sus consecuencias
El dolor puede impedirnos tener un sueño reparador o simplemente inhibe el poder dormir; por ello no podremos recuperarnos del desgaste que implica el dolor y afectará más la salud. El insomnio daña nuestra salud y nuestras emociones. [Conoce más al respecto aquí>>] No dormir nos pone de mal humor y nos genera ansiedad, entre otras cosas.
2. El dolor modifica nuestro apetito y hábitos alimenticios
Al sentir dolor habrá personas que pierdan el apetito o que cambien sus hábitos de alimentación eligiendo una dieta que no favorezca su salud. Los alimentos que consumimos determinan también nuestro estado de ánimo y nuestras emociones. Una dieta baja en nutrientes de calidad puede incluso inducir a condiciones de depresión.
3. El dolor afecta nuestras relaciones afectivas y sociales
Cuando tenemos dolor es, tal vez, cuando más necesitamos contar con nuestros amigos y familia, incluso con el apoyo de nuestro equipo de trabajo; sin embargo, la misma condición física que se padece nos hace propensos a estar irritables, malhumorados, intolerantes a los otros, lo que puede llegar a dañar estos vínculos y generar un círculo vicioso respecto al estado de ánimo de quien sufre dolor.
Además el dolor nos aísla, pues no podemos participar de las mismas actividades que antes lo hacíamos; lo que suma al malestar físico un malestar emocional.
4. Baja productividad y estrés
El dolor físico produce una baja en nuestro rendimiento y productividad, lo que puede colocarnos ante una presión y estrés aumentado debido a la angustia que puede suscitarse con el miedo de perder el empleo.
5. Frustración
Quien padece dolor esperaré la comprensión de los demás, la cual no siempre se dará. Por el contrario, tal vez lo señalarán como un “quejica”, como alguien que finge dolor para no hacer nada, etc. O simplemente la gente será incapaz de comprender su sufrimiento; lo que llevará a sentirse frustrado, irritado e incluso agresivo.
6. Afectación de la vida en pareja
La intimidad con la pareja se podrá ver afectada ante la presencia del dolor, si éste disminuye el apetito sexual la pareja podrá reclamar el “abandono” emocional o la indiferencia ante su propio deseo sexual, afectando la relación.
Las condiciones anteriores pueden detonar disminución de la autoestima, pesimismo y negatividad, depresión y angustia, hasta enojo y agresividad.
¿Cómo manejar las emociones frente al dolor físico?
Para evitar daños colaterales en el mundo emocional del paciente con dolor crónico se puede actuar en tres áreas:
a) Manejo del dolor adecuadamente, a través de terapias o clínicas especializadas en dolor crónico, así como otras técnicas como manejo de la respiración o meditación, etc.
b)Minimizar y controlar los efectos del dolor en las diversas áreas de la vida: habrá que partir de establecer prioridadesy será importante trabajar con herramientas de inteligencia emocional, comunicación asertiva, estrategias de negociación, etc.
c)Trabajo personal frente al dolor: a través de un trabajo individual enfocado a las propias emociones, y tal vez con la guía deun especialista, el paciente con dolor crónico puede:
- Aprender cómo tener pensamientos positivos en vez de negativos
- Reducir el miedo al dolor
- Fortalecer relaciones importantes
- Desarrollar un sentido de liberación con respecto a su dolor
- Controlar el estrés y el enojo
- Trabajar con la autoestima