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La forma cómo puede disminuir la autoestima en la tercera edad, o en el adulto mayor es tan significativa que puede ser un preámbulo de la depresión e incluso posible causa de suicidio. De ahí que esta vez te hablo al respecto para reflexionar sobre el cuidado que debemos dar a los mayores, no sólo en la salud física sino también emocional. 

Después de los 65 años se dice que comienza la tercera edad, se es ya “adulto mayor”. En una sociedad como la nuestra, eso es como el anuncio de que se ha llegado al final de la vida, aunque la esperanza de vida a nivel mundial es de 72 años y tiende a aumentar en países desarrollados, y particularmente para las mujeres que, a nivel mundial, es de 75 años.

Más allá de las cifras, la era contemporánea ha dejado de valorar a quienes tienen más de 60; los adultos mayores son cada vez más relegados para ocupar puestos laborales, en la sociedad o en la familia. Eso pronto merma su salud mental y emocional.

Verse rechazados, tal vez sin más quehaceres al alcanzar el retiro laboral, solos —por diversos motivos— y sin que se les escuche porque el resto de la familia tiene otras actividades o no se ven interesados en escucharlos, deja severas huellas en el autoconcepto y autoestima de las personas mayores.

FACTORES DE RIESGO

Al dejar las actividades laborales, no tener un papel en la crianza de los hijos puesto que ellos suelen ser adultos ya, quizá sufrir la pérdida de los amigos por fallecimiento o incluso pasar por la viudez, los mayores pueden llegar a sentirse inútiles y rechazados.

Se suma el hecho de que la sociedad va prefiriendo cada vez “modelos” más jóvenes, en los trabajos, en los medios de comunicación, estéticamente, etc.  Así como la merma en las habilidades físicas o enfermedades propias de la edad. Todo ello va poniendo en mal papel a los adultos mayores, quienes también deben hacer un gran esfuerzo para adaptarse al mundo.

Si nadie reconoce lo que hacen o, en apariencia, para nadie son importantes, muy seguramente su autoestima se verá dañada, incluso teniendo como consecuencia la depresión pues ser “relegado” es uno de los hechos más traumáticos que podamos vivir. Se pasa de ser una persona productiva a una persona sin trabajo y, muchas veces, también sin atención de parte de los otros.

Enfatiza esta condición si el cuerpo comienza a fallar, si con la edad se pierde la vitalidad o energía; los signos de la edad son cada vez más evidentes, siendo contrastados con los estándares de belleza únicos del entorno.

Otro factor de riesgo es que la jubilación implica normalmente una pérdida de poder adquisitivo y una disminución del estatus social.

La falta de autoestima puede ser el inicio, en muchas ocasiones, del proceso depresivo, es por ello por lo que se hace especialmente importante tener en cuenta el estado de ánimo de la persona e intentar, dentro de lo posible, que mantenga su autonomía personal para sentirse útil y capaz.

DEPRESIÓN

De acuerdo con la OMS, “la depresión puede causar grandes sufrimientos y trastorna la vida cotidiana. La depresión unipolar afecta a un 7% de la población de ancianos en general y representa un 5,7% de los años vividos con una discapacidad entre las personas de 60 años de edad y mayores”.

Además, en los establecimientos de atención primaria de salud la depresión no se diagnostica ni se trata como debiera. Es frecuente que los síntomas de este trastorno en los adultos mayores se pasen por alto y no se traten porque coinciden con otros problemas que experimentan los adultos mayores.

SIGNOS DE DEPRESIÓN

La depresión en las personas de más de 65 años es un problema al que hay que ponerle especial atención, puesto que en muchas ocasiones se presenta un riesgo de suicidio debido a la ausencia de apoyo familiar o los problemas de salud asociados.

Uno de los primeros signos de la depresión en las personas mayores es la apatía. Las personas comienzan a perder el gusto por las cosas que antes disfrutaba, pierden la ganas de hacer cosas y no disfrutan tanto como antes.

Otro signo relevante es el descuido de la imagen e higiene personal. Las personas adultas con depresión dejan de interesarse incluso en su alimentación.

Luego de los primeros signos, las manifestaciones empiezan a ser somáticas, expresándose con dolores de cabeza o extremidades, o padecimientos gastrointestinales.

6 PEQUEÑAS COSAS QUE PUEDES HACER POR ELLOS

  1. Asignarle tareas relevantes, aun cuando sean pequeñas
  2. Pedirles consejo sobre temas de su saber
  3. Tomar en cuenta sus opiniones
  4. Motivarlos a que realicen actividad física
  5. Evitar que descuide su imagen y aseo personal
  6. Integrarlos a las actividades de la familia, como festividades, comidas, etc.
  7. Es importante no perder la paciencia con ellos.

Si tú o alguien mayor tiene signos de depresión, recuerda que es importante acudir con el especialista para que haga el diagnóstico, y ayudarlo a procesar sus emociones a través de alguna  psicoterapia: JORGE DOMÍNGUEZ>>  

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