Hacer propósitos que sí funcionen es uno de los retos en el que más afán ponemos en vísperas de un nuevo año; pero desgraciadamente terminamos por no cumplirlos, puesto que los hicimos de forma arrebatada, tal vez si reflexionarlo y, especialmente, sin un plan.
Proponernos algo es plantearnos objetivos de aquellas cosas que creemos que debemos lograr el siguiente año; sin embargo, a veces eso que creemos no es, necesariamente, lo que deseas o lo que realmente necesitas. En la mayoría de los casos, por ejemplo, entre los primeros propósitos que aparecen en nuestras listas están: bajar de peso, hacer dieta, hacer ejercicio, dejar de fumar.
No obstante, de acuerdo a estudios publicados en la revista Time, éstos son justamente los que más trabajo cuesta cumplir; según la publicación, sólo el 12% de quienes se prometen hacer más ejercicio o comer mejor, incluso dejar de fumar, lo cumplen.
Cuando hacemos propósitos que son autoimpuestos, o que consideramos que son lo correcto pero que tal vez no necesitamos o queremos hacer, es muy probable que fracasemos en cumplirlos. Y entonces, muy probablemente, al llegar a marzo prácticamente habremos olvidado los propósitos que hicimos de forma apresurada, y lo dejamos en deseos de algo que nos gustaría cumplir. Muchas veces al ver que no lo hemos siquiera iniciado nos sentimos frustrados y abandonamos el intento.
A veces hacemos propósitos porque consideramos que algo está mal en nosotros y debemos cambiarlo; o porque nuestras inseguridades nos motivan a cambiar. Aunque los propósitos deberían ser enfocados a mejorarnos, a proveernos calidad de vida, a cuidar de nosotros mismos y no cosas que estén de moda o sean por imposición social. La autoestima juega aquí un papel muy importante.
¿En realidad tenías que hacer dieta? ¿De verdad querías dejar de fumar? ¿Hiciste un plan de entrenamiento para no abandonar el gimnasio? Estas respuestas determinan de inicio si se van a cumplir tus propósitos del año o no.
¿Cambiar algo o no cambiar? El primer paso para hacer propósitos
Antes de plantearse el hacer un propósito que implique cambios radicales en uno mismo o en el estilo de vida, primero:
A) Haz una lista de pros y contras: después se puntúa del 1 al 5 dependiendo de la importancia que tengan. Se suman los valores de cada una de las columnas y si los pros superan los contras, surgirá la motivación para iniciar. Hacer este ejercicio ayuda a clasificar los motivos por los que se considera que es importante cambiar.
B) Confía en uno mismo: Hay que recordar aquellas veces en las que se hayan conseguido otras metas que propuestas y que sí se alcanzaron. Analizar en cómo se logró, lo difícil que parecía al principio y qué estrategias se utilizaron que también puedan ayudar a conseguir este nuevo objetivo.
C) Elaborar una lista de beneficios: Para llevar el cambio a buen fin, se recomienda anotar en una hoja los beneficios que se obtendrán al cumplir los propósitos. Será bueno colocar la hoja en un lugar estratégico para que verlo a diario y con ello sean visibles los motivos por los que se ha decidido realizar este cambio.
Recordar los motivos por los que queremos cambiar aumentará las probabilidades de éxito.
Ahora bien, si ya sabes lo que quieres cambiar o lo que deseas lograr el próximo año, aquí te dejo algunas claves para que tus propósitos sean más efectivos.
GUÍA RÁPIDA PARA HACER PROPÓSITOS QUE SÍ PUEDAS CUMPLIR
- Diferencia entre sueños, objetivos y propósitos. Un sueño es tener el cuerpo de una super modelo (pero tal vez tu complexión no te lo permita); tu objetivo es mejorar tu cuerpo de forma que te sientas más satisfecha. El propósito será alimentarte mejor y ejercitarte.
- Para tener propósitos exitosos primero piensa en tus errores frecuentes en otras ocasiones, aquello que años tras año te ha impedido lograrlo.
- Si ya identificaste tus fallas, cambia el enfoque y replantea tu propósito, así será más probable que veas resultados reales este año. Si te esforzaste todo el año en ir al gimnasio a levantar pesas y no lo lograste, tal vez las pesas no sea lo tuyo: ¡inscríbete a clases de baile!
- Escribe tu propósito de año nuevo en papel. Esto, como ya hemos hablado antes, escribir te permitirá hacerlo consciente, pues el proceso de escribir hace que tu cerebro conecte con lo que escribes.
- Haz propósitos que dependa de ti, no de otros. No pretendas cosas como ¡ahora sí voy a tener novio! Se realista en lo que tú puedes lograr.
- Planea tus propósitos con tiempo, para que puedas prepararte adecuadamente. Estudia al respecto de tus propósitos: si deseas controlar tu peso, estudia sobre nutrición, tipos de alimentos, costos de nutriólogos, etc.
- Elige una fecha para comenzar como una forma de comprometerte contigo.
- Inicia en la fecha programada, ¡no la cambies!
- Una vez iniciado el esfuerzo hacia tu propósito, acepta las pequeñas caídas. Sigue adelante.
- Y ante las pequeñas conquistas, date una recompensa. Si has bajado un par de kilos, regálate una camisa nueva, por ejemplo.