Los secretos de familia pueden ser el origen de diversas patologías o problemas emocionales para uno o todos los miembros que conforman el sistema.
Un secreto implica ocultar o evitar decir algún acontecimiento, sentimiento o conducta, de la índole que sea. De alguna manera todos guardamos secretos porque muchas de estas cuestiones son parte de nuestra intimidad, pero silenciarlas no debe dañar a nadie más. Se guardan secretos para uno mismo, entre la pareja o entre los miembros de la familia.
La gravedad del secreto reside en su importancia y el desgaste emocional que conservarlo implica para quien lo posee; así la persistencia en conservar los hechos en secreto conlleva angustia, estrés y conflicto. También, el grado de participación de diversas generaciones —hijos, padres, abuelos, etc.— en la secrecía de los acontecimientos, determina la gravedad y trascendencia del secreto.
Hay temas más propicios que otros para desarrollar secretos nocivos y tóxicos. Entre los temas más frecuentes se encuentras aquellos que tienen que ver con los orígenes (nacimiento, adoptación, etc.); la muerte (suicidios, asesinatos…) y lo sagrado (aquello que también puede ser tabú).
El secreto de familia tóxico posee tres características:
- Se oculta: se hacen grandes esfuerzos por mantenerlo así y que nadie más tenga acceso a la información.
- Está prohibido saberlo: provoca sufrimiento en un miembro del sistema familiar, puede ser vergonzoso, y generalmente está rodeado de mentiras que “protegen” la verdad.
- Genera desgaste psicológico importante en las siguientes generaciones.
¿Cuáles son las consecuencias del secreto familiar?
Tener secretos o estar expuestos a los secretos de familia pueden generar problemas psicológicos. Ello se explica puesto que generalmente los secretos parten de una situación que, quien guarda el secreto, considera vergonzoso y doloroso para la vida familiar; la información se esconde, se reprime y almacena hasta pasar a ser parte del inconsciente colectivo.
Asimismo, los comportamientos de quien guarda un secreto se ponen en evidencia: generalmente un secreto se conserva mediante comportamientos esquivos, se protege con mentiras que justifican la información oculta; se generan conductas sospechosas,
La conciencia familiar sabe el secreto; aunque los demás no lo conozcan de manera consciente existe esta conciencia que nos advierte y motiva a acciones que a la postre resultan patológicas. Ya la visión sistémica y transgeneracional que comparten las Constelaciones Familiares nos dice: “la totalidad de mi realidad también se ve influenciada por mi familia y su pasado. Me influye lo que recuerdo, el pensamiento consciente, el inconsciente y varias generaciones”.
El secreto lo conoce nuestro inconsciente y las generaciones posteriores pueden reproducir el secreto en sus vidas.
Una de las principales consecuencias del secreto es la tendencia a la repetición en las generaciones posteriores.
Al callar hechos traumáticos, la lealtad de la familia por mantener el secreto puede tener como consecuencia para las siguientes generaciones:
- Aislamiento
- Miedos patológicos
- Obsesión por la muerte
- Conductas anormalmente descontroladas
- Conductas extremadamente intrépidas
- Intentos de suicidio (o comportamientos autodestructivos)
Casi todo ello coincidiendo con la edad del ancestro que vivió el secreto, o el aniversario de los hechos que se han ocultado.
La patología o el padecimiento se refleja en las siguientes generaciones. Pero la enfermedad no es la solución del problema, sino un síntoma que pretende que la familia haga frente al conflicto que se ha mantenido secreto. Como escribió Françoise Dolto: “Lo que es callado en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo.”
¿Cuál es el síntoma de que hay un secreto oculto en la historia familiar?
La repetición de conductas, hechos y enfermedades es un signo de que en el árbol genealógico se encuentra un hecho oculto.
¿Qué debo hacer si me doy cuenta que hay un secreto en la familia?
Generalmente si aún existe la ocultación de la información, preguntar a la familia puede ser doloroso; pero lo ideal es que se haga un estudio del árbol genealógico, que permita identificar los trozos de la historia familiar y ver en qué momento se dieron o se pudieron dar situaciones que hoy vemos repetirse en el sistema familiar.
En caso de que para quien lo sufre o quiere conocer no sea tan claro, las constelaciones familiares pueden servir de herramienta para procesarlo y sacarlo a la luz.
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