Lograr el bienestar emocional día a día es una tarea personal, que debemos realizar de forma constante y asegurarnos que aquello que hacemos nos brinda equilibrio emocional y calidad de vida.

Suele ocurrir que en la cotidianidad muchos estamos más preocupados en satisfacer necesidades económicas, proveer a otros, cumplir compromisos sociales e incluso satisfacer cánones de belleza y estereotipos que exigen de nosotros mucho esfuerzo y mucho tiempo; al grado de dejar de lado nuestro bienestar emocional.

En favor de otras urgencias diarias sacrificamos nuestro bienestar emocional, sin considerar que es esto es lo que nos mantiene en pie, cuerdos y estables; de lo contrario somos vulnerables a los efectos del estrés, la ansiedad, la depresión, incluso al consumo de sustancias tóxicas. Por ello nunca está de más volver la mirada a cómo lograr ese bienestar emocional día a día, como parte del cuidado que nos debemos.

EL BIENESTAR EMOCIONAL TE HABILITA PARA LLEVAR UNA VIDA FUNCIONAL EN LA COTIDIANIDAD, CON UNA VISIÓN POSITIVA Y CONSTRUCTIVA, SINTIÉNDOTE EN CONFIANZA PARA ENFRENTAR DESAFÍOS Y DISFRUTAR LA VIDA. 

Veamos aquí algunas cosas que podemos hacer para lograr el bienestar emocional cada día. 

• Cuida tu alimentación. Aun cuando estemos hablado de bienestar emocional, un factor básico para sentirte bien es nutrir tu cuerpo con todos los requerimientos diarios. Micronutrientes y macronutrientes son esenciales para que tu cuerpo genere muchas de las sustancias de las cuales dependemos también en el orden emocional.
• Duerme bien. Ya anteriormente hemos tocado el tema del descanso. Lo importante que es para la mente el tener un descanso reparador todos los días. Entre menos dormimos, el organismo tiene menos posibilidades de restaurarse durante la noche y comienza el deterioro de nuestra salud.
• Conserva un sistema de ideas que te guíen. Ya sea la fe religiosa que poseas, los valores éticos, las creencias e ideas que constituyan tu concepción del mundo, son fundamentales para no perder el rumbo. Muchas veces carecer de estos ideales básicos nos hacen blanco fácil de desvíos en el camino y desequilibrios emocionales.
• Establece metas claramente. Así como es importante tener ideales, lo es tener metas y/o objetivos concretos. Saber hacia dónde se quiere ir, saber lo que se quiere lograr, es una forma idónea para mantener un equilibrio. Las metas son como los faros marítimos que nos dicen a donde ir, al tiempo que ilumina nuestro camino; lo que hace más difícil perdernos.
• Aléjate de la gente tóxica. Una persona tóxica busca aprovecharse de los demás, manipular a los otros para lograr cosas para sí; generará un ambiente negativo que puede influir a los otros, y a la postre, irremediablemente, te hará sentir mal.
• Desarrolla tu inteligencia emocional. Conoce tus emociones y aquello que las detona, trabaja con las que te hacen sentir incómoda buscando sus motivaciones, y promueve aquellas que te hacen sentir bien a través de actividades que te sean útiles para ello, desde el ejercicio o la meditación, hasta la psicoterapia como opción de bienestar.
• ¡Suelta! Muchas veces nos aferramos a cosas que nos dañan porque, sin embargo, nos son conocidas y nos aterra lo desconocido que puede ser el soltarlas. Sin embargo, soltar lo malo siempre será un acto valiente que te lleve a un estadio de bienestar.  Soltar, asimismo, es una manera de aceptar con valor que no podemos tener todo el control de la vida, pero sí podemos aceptar las cosas que pasan y afrontarlas con arrojo.

 Nadie es perfecto, aprender a aceptar tanto nuestras virtudes como nuestras limitaciones es otro paso más para lograr un buen bienestar emocional. 

•  No te compares. Asume tu unicidad, es decir, como cualquiera de los demás, acepta que eres único, incluso con lo que te gusta y lo que no te gusta de ti mismo; que habrá alguien mejor que tú o no, pero nadie como tú. Y eso es bueno.
• Deja de juzgarte y perdónate. Ya también he hablado de lo severos que somos con nosotros mismos, de lo duro que nos juzgamos y lo que nos reprochamos cuando no cumplimos expectativas que, a veces, ni siquiera elegimos sino nos han sido impuestas. Así que es momento de perdonarte por no ser perfecto, perfecta y amar lo esencial que eres.
• Háblate bonito. Así como a veces nos juzgamos y nos tratamos mal, como si buscáramos castigarnos, es momento de hablarte bonito, porque tu cerebro está captando esas palabras que tú mismo piensas sobre ti y no sabe si lo dices de broma o no. Si te hablas con dureza, tu cerebro asumirá esas palabras y reaccionará a ellas como él sabe hacerlo; pero también sabe hacerlo muy bien si le hablas con cariño.

Si consideras que no estás logrando el bienestar emocional que mereces, también lo puedes lograr aprendiendo a pedir ayuda, y trabajarlo en psicoterapia.