Preguntarse para qué sirven los hermanos puede parecer ocioso, uno no los pidió, ni tiene control sobre ello, nos los dieron nuestros padres con alguna de estas opciones: llegaron sin “avisar” (hermanos menores) o ya estaban ahí cuando llegamos (hermanos mayores) y algunos ni siquiera conocen la experiencia de tener hermanos. Otros se preguntarán si es necesario encontrar una utilidad a los hermanos más allá de poder bromear o molestar a otros…
Si bien en algunos países las familias hoy en día se inclinan por no tener hijos o limitarse a un solo hijo, los hermanos tienen algunas funciones para el desarrollo de los individuos. A veces, en todo caso, esta función la pueden cumplir los primos o los vecinos del barrio, pero difícilmente será una experiencia total.
Independientemente de que sea el mayor, el de en medio o el menor, todos los hermanos se benefician de manera recíproca. Tener hermanos es una relación de ida y vuelta, en la que se experimentarán toda clase de emociones y sentimientos desde el afecto, intimidad, envidia, complicidad, celos, solidaridad, etc.
Ventajas de tener hermanos
El individuo tiene en los hermanos la experiencia inicial de socialización básica que, desde la edad más temprana, le “entrenará” adquirir habilidades para lidiar con la gente hasta la edad adulta. Los hermanos son la gran escuela emocional de las personas.
Los hermanos son nuestro primer grupo de identificación diferente a nuestros padres, con ellos formamos una generación, una entidad sólida a la que pertenecemos para también hacer frente a las crisis familiares.
- Compartir: si tienes un hermano mayor tal vez hayas heredado su pantalón favorito, o te habrá tocado heredarle a tu hermana menor tu suéter aún útil. Tener un hermano es una gran lección de desapego, pero entre los hermanos no sólo se tendrán que compartir los juguetes, la habitación o hasta la cama, también hay que compartir a los padres: su amor y su atención.
- Lidiar con los celos y la envidia: Al competir con los hermanos por la atención de los padres el niño tendrá que aprender a lidiar con la envidia y los celos, de igual modo deben desarrollar destrezas para “hacerse de un lugar” en la familia (aunque originalmente ya lo tienen) y conseguir el respeto de los otros respecto a ese sitio ganado a base de riñas y/o acusando a los otros; situación donde los padres tendrán un importante papel mediando en la solución de conflictos, entre otras tareas que deben realizar para mediar entre sus hijos.
- Trabajo en equipo: los hermanos, aun cuando en ocasiones peleen por la atención de los padres, también tramarán alianzas, a veces contra los padres, a veces contra los primos o vecinos e incluso a veces entre dos bandos fraternos, ello les hará desarrollar estrategias de trabajo en equipo, y consolidarán valores como la cooperación y la colaboración, la comunicación activa e incluso la democratización de las decisiones del grupo.
- Ser guías y modelos: ¡Ese es el ejemplo que le estás dando a tu hermano/a! Esta es una frase muy típica de los padres y es cierta; los hermanos/as podemos ser guías y modelos para el otro o los otros, no importa si somos mayores o menores. Cada uno con su personalidad, sus habilidades y talentos siempre tendrán algo que enseñar y/o aprender. Ello permite a los niños sentirse bien consigo mismos, refrendar su autoestima al afrontar la aceptación y/o admiración de los suyos.
- Confianza y secrecía: cuando los hermanos se alían aprenden a guardar secretos, a contarse cosas, a generar lazos de confianza y complicidad. Ello permite tejer lazos de apoyo que en un futuro servirán ante cualquier crisis del individuo, sabrán que hay alguien en el mundo en quien pueden confiar en cualquier momento.
- Resolución de conflictos: aun cuando los hermanos pelean y hacen de ello casi un deporte, esto es para llamar la atención de sus padres; pero tarde o temprano tienen que volver a convivir con el otro o los otros, y tienen que generar estrategias de conciliación, adquieren habilidades de negociador. Generalmente lo hacen muy bien para compartir la computadora, la televisión o para repartir las piezas del pollo. Es decir, ellos pueden ponerse de acuerdo gracias a que desarrollan la capacidad de negociación ante el conflicto.
- Generosidad y empatía: el punto anterior enseña también a los hermanos a ceder, pues negociar exige de nosotros tomar una parte y ceder en otra cuestión; pero ello también enseña generosidad, a posponer las propias necesidades a favor de las de los hermanos y en el mejor de los casos les hace empáticos.
Las personas que crecen con hermanos tienen mayor facilidad para socializar, hacer amigos, ser empáticos y ayudar a los demás. Pero todas estas ventajas serán muchos más acentuadas y fáciles de desarrollar con la presencia de padres involucrados en la crianza y que sepan mediar entre ellos de forma equilibrada y justa, sin fomentar la competitividad y la rivalidad entre hermanos.
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Recuerda que los artículos que aquí encuentras son meramente informativos y no sustituyen el tratamiento y consulta con un profesional de la salud emocional. Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional, considerando las características únicas del paciente.