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Odio mi vida, es una de las frases más recurrente que nuestra voz interior puede decirnos en los peores momentos. A veces incluso, podemos llegar a odiarnos a nosotros mismos en alguna etapa de la vida, porque el momento y la historia que estamos viviendo no nos es satisfactoria. Es por ello que hoy te cuento la historia de María Flor y qué hizo para salir del bache. 

María Flor creció en un pueblo típico de México, bajo las normas de su familia que era conservadora y de pocos recursos económicos. De niña María Flor era soñadora, y deseaba con vehemencia salir de su pueblo y viajar, recorrer el mundo y conocer muchas culturas. Pero cuando iba a cumplir 15 años les dijo a sus padres que quería que, en vez de fiesta, le regalaran un viaje a la playa más cercana; la madre de María Flor le dijo que estaba loca, que todas las jóvenes del pueblo habían tenido una fiesta de 15 años “como se debe” y ella no sería la excepción, que no iban a quedar en ridículo por su culpa. ¿Qué iba a decir la gente?

La madre se gastó los ahorros de la familia en la fiesta de María Flor, y ella se tuvo que resignar a pasar una vez más las vacaciones en el mismo pueblo, porque ¿qué iba a decir la gente si viajaba sola?  Además, sería muy ingrata si no “disfrutaba” de la fiesta con una sonrisa…

Y como en este caso, María Flor tuvo que renunciar en muchas ocasiones a sus anhelos por cumplir la voluntad de sus padres: qué estudiar, qué ropa ponerse, quiénes podían ser sus amigos, etc. Entonces, algo muy dentro de María Flor le empezó a decir que ella no merecía cumplir sus sueños, pues si sus padres no se lo permitían mucho menos ella iba a poder lograrlo: ¡Y se lo creyó!

De tal manera María Flor comenzó a “conformarse” con lo que la vida le daba. Fue a la escuela que sus padres le dijeron, estudió enfermería porque su madre lo quiso —aunque le asustara la sangre—, y se casó con Joaquín, el hombre que sus padres aceptaron.

Joaquín era como una especie de tutor para María Flor, el hombre le decía qué podía hacer y qué no podía hacer; le daba “permiso” de ir a trabajar, le decía que ropa usar, qué cocinar, cómo decorar la casa, y le “escogía” a sus amigos. Por lo demás María Flor y Joaquín llevaban una vida monótona y aburrida, no salían al cine, no iban a cenar en su aniversario, mucho menos salían a comer el fin de semana; y ni siquiera eran afectuosos entre sí, casi no se abrazaban o besaban.

La rutina de María Flor era de casa al trabajo y del trabajo a casa. Y por si fuera poco, María Flor no podía embarazarse, por lo que el marido le echaba la culpa, así que estaba sola en casa mientras su marido salía por las noches, sin que ella supiera a dónde.

Una mañana María Flor se soltó a llorar, sin aparente motivo; se sentía tan triste y no sabía por qué. Aquella noche su marido no había vuelto a casa —como ya era una costumbre—, y ella ni siquiera se sintió preocupada por eso; por el contrario casi sintió alivio. Se preparó el desayuno y mientras tomaba su café, analizó su vida. Se dio cuenta de que estaba tan triste no porque su marido no estuviera en casa, o no la tratara con cariño, sino porque se odiaba a sí misma, odiaba su vida, aquella vida que había permitido que le inventaran otros.

María Flor se dio cuenta que hasta sus ganas de viajar se había desvanecido con el tiempo, que en algún momento de su vida se creyó que ella no merecía cumplir sus sueños y que esto que ahora era su vida, no le pertenecía, ni se parecía en nada a lo que ella había soñado cuando era niña Al darse cuenta de ello se dijo a sí misma lo mucho que se odiaba, y lo mucho que odiaba su vida; se soltó a llorar y quiso estar muerta.

Sin embargo, luego recordó a las muchas jóvenes que había visto en la sala de urgencias del hospital donde su marido le “daba permiso” de trabajar: jóvenes hermosas, llenas de ilusiones que por alguna razón se habían tomado algún veneno, se  habían cortado las venas, o se habían bebido toda clase de licores hasta perder la conciencia; jóvenes sin ganas de vivir.

María Flor no quería ser como ellas, ella sí quería vivir y a partir de ese momento decidió que iba a cambiar su vida. Como no sabía por dónde comenzar, se armó de valor y pidió ayuda de un profesional que le ayudó a entender por qué odiaba su vida y cómo hacer para volverse a amar a sí misma y comenzar de nuevo.

¿Qué hago si me odio a mí misma o si odio mi vida?

“Me odio a mí misma”. “Odio mi vida”. Son expresiones que más de lo que nos gustaría pensar se escuchan en el interior de muchas personas. Es una voz, tristemente más común de lo que quisiéramos, que vive una batalla interna por la que pasan personas de todas las edades.

Para los especialistas, los doctores Robert y Lisa Firestone estos pensamientos se originan en las experiencias negativas de la vida temprana.  Un ejemplo es la serie de frustraciones por las que tuvo que pasar María Flor al no poder tener y vivir las experiencias que soñaba porque su condición familiar la limitaba.

Las actitudes y palabras negativas de los padres y/o tutores del niño influyen de manera rotunda en la percepción que los individuos van gestando de sí mismos y su historia; minan la autoestima y la confianza en sí misma. Así que si María Flor escuchó decir ¡estás loca, cómo vas a viajar sola si eres una mujer! Muy posiblemente su confianza de aventurarse en un viaje se fue limitando hasta pasar una vida de encierro con su marido.

Y no se trata de culpar al padre o madre de María Flor, porque muy seguramente ellos también tuvieron padres que controlaron la historia de sus hijos, y los padres también tuvieron los suyos, etc. Incluso los propios sentimientos críticos que los padres tienen hacia sí mismos, a menudo son transmitidos a sus hijos de manera inconsciente.

Odiarse a sí mismo es una expresión de insatisfacción y frustración que llevamos acumulando por años a partir de estas condiciones adversas y limitantes que vivimos desde la infancia y, que en ocasiones, no aprendemos oportunamente a resolver y las arrastramos casi toda la vida.

RECONCILIACIÓN

La forma en la que María Flor podría reconciliarse consigo misma, que es lo que uno debe hacer cuando se dice “me odio a mí misma” implica también reconciliarse con el pasado, reconocer que se aprendió un comportamiento erróneo y corregirlo a partir de adquirir nuevos pensamientos y expectativas de la vida.

Cuando se nos dice repetidamente que no valemos nada, podemos llegar a elegir amigos y parejas que nos tratan como si de verdad no tuviéramos valor alguno. Nuestra autoestima ha sido prácticamente anulada, por lo que hay que trabajar con ella.

Para poder trabajar en este tema, puedes conocer los EFECTOS DEL AUTOCONCEPTO en el siguiente link.  Y también cuáles son los efectos de una AUTOESTIMA BAJA

Revisemos algunas claves para que experimentes el auto perdón:

  • Abandona el auto resentimiento, ese enojo contigo mismo, contigo misma, frente al error que has cometido.
  • Practica la auto compasión en el sentido positivo (no lástima), vive el amor hacia ti mismo, misma.
  • Reconoce que tienes debilidades, pero también fortalezas; que la vida tiene matices y no todo es sólo bueno y malo.
  • Asume que el fracaso y el error no te hacen mala persona.
  • No temas volver a comenzar y reparar el daño, que seguramente fue un daño hacia ti misma, hacia ti mismo.
  • Aprende de tus errores y sé consciente de que merece la pena rectificar luego de la experiencia errática.
  • Reconcíliate aceptándote tal como eres, reivindicando tu autoestima.
  • Ahora es tiempo de soltar y dejar ir el pasado. Evita volver tus pensamientos hacia el momento del error.
  • Mira hacia el futuro.

Una vez que logras el autoperdón, es momento de reconstruir tu vida como la deseas.

 ¿Cómo puedo dejar de odiarme a mí misma? 

  1. Identificar la voz crítica: escucha qué es esa voz que te dice que te odias o que odias tu vida, de dónde viene y en qué momentos lo hace. Asimismo, trata de identificar si esa voz viene de tu padre o tu madre, o tus hermanos o maestros que alguna vez te hicieron sentir incapaz, por ejemplo.
  2. Racionalizar y empezar a ser realista: analiza racionalmente si en realidad eres incapaz de hacer algo. Sé objetiva, objetivo; plantéate alternativas de lo que sí puedes cambiar y lo que no. Ubícate en la realidad de tu hoy.
  3. Desafía:Este paso vas a requerir mucho valor, porque trata de desafiar las ideas y condiciones que te impusieron previamente. Rompe los límites que te incomodan, desaste de las ataduras, etc.
  4. Encuentra tu propia identidad y tu propio camino: Si ya has pasado por el reto de liberarte y desafiar tus ideas preconcebidas, es momento de que diseñes tu propia realidad a tu gusto y manera. No será fácil, pero lo puedes lograr.

Tal vez también te puede servir el siguiente artículo: CÓMO REINVENTARNOS 

Y si requieres ayuda de un profesional para construir el tú que ames y deshacerte del “anti-yo” que te odia, no dudes en llamarme y juntos podremos trabajarlo.  DALE CLICK AQUÍ>>

 

 

 

De Frente a la Vida |CONTIGO

 

Curso impartido por Jorge Domínguez.

 

La comprensión de sí mismo es un acto obligado. Tal y como aprendimos a caminar, a hablar, a comprender el entorno y su funcionamiento, así mismo es necesario comprender nuestras herramientas tanto con las que hemos nacido como aquellas que con el tiempo se han desarrollado y adquirido.

 

Conocer quién eres y como funcionas, te abre a una riqueza inimaginable para mantener tu mente, tus emociones y tus actos en congruencia, en un estado de salud continuo tanto emocional, físico y psicológico. Te convierte en una mejor versión de ti mismo y es ahí que radica tu fuerza vital.

 

Basar tu experiencia de vida y tu bienestar en la ignorancia de ti mismo te condena a los peores males de tu existir.

 

Es importante comprender que vivimos en el sótano lúgubre de una maravillosa y resplandeciente mansión. A la cual pocas veces, o tal vez nunca, hemos podido conocer sus jardines y sus extraordinarias habitaciones. Para tener acceso permanente a toda nuestra mansión, es primordial conocer nuestra ubicación y la existencia de nuestras capacidades.

 

Frente a la vida contigo es una herramienta obligada para crear una mejor versión de ti, para continuar expandiendo tu conocimiento en plenitud que desembocan en estados de felicidad continua.

 

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Dirigido a toda persona que desee realizar una mejor versión de sí misma.

 

 

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