El fitness es hoy en día una práctica común, digamos que está de moda darle mantenimiento al cuerpo a través de practicar algún deporte, acudir al gimnasio o incluso contratando un “coach” personal que nos guíe y acompañe en el entrenamiento del cuerpo; acompañamos el ejercicio físico con una alimentación balanceada o dietas específicas según nuestros objetivos.
Hablando en términos de la salud emocional, el ejercicio y tener una alimentación saludable, es un factor de gran relevancia para mantener la salud emocional, pues ello nos ayuda a que ciertas hormonas que se producen en el organismo promuevan una sensación de bienestar y eviten situaciones como la depresión: como es el caso de la dopamina y la serotonina.
Sin embargo, trabajar con el físico no es suficiente, hay que tener un entrenamiento constante cuando hablamos de salud emocional; hay que erradicar malos hábitos, promover mejores conductas saludables y “alimentarnos” de momentos que nutran nuestra conciencia de forma positiva.
Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo: Friedrich Nietzsche.
¿Cómo entrenar para tener una salud emocional?
Procura todo aquello que te haga sentir tranquilo, estable, y cómodo contigo mismo. Si puedes expresar libremente cómo eres y como te sientes, y tu relación con las demás personas es armoniosa de manera constante, estás teniendo signos de una buena salud emocional. Pero veamos qué hace alguien que busca mantenerse así a largo plazo con esta checklist de cosas que puedes hacer para entrenar tu lado emocional.
- Tener una buena salud emocional es responsabilidad mía, asumo este derecho y esta obligación para estar bien.
- Tengo metas en la vida y busco cumplirlas: me siento motivada/motivado.
- Agradezco lo que tengo y disfruto de ello.
- Sonrío y procuro que mi cuerpo sienta que todo está bien con una sonrisa.
- En vez de mirar al pasado con pesar, miro al futuro con esperanza.
- Cuido mi postura corporal porque es un reflejo de cómo puedo sentirme.
- No me quejo, si algo no me gusta procuro cambiarlo.
- Hago planes, porque ello quiere decir que el futuro tiene sentido para mí.
- Nunca renuncio a lo que me gusta, me procuro disfrutar de ello y si es posible compartirlo.
- Desarrollo mi capacidad de perdonar, comenzando por el autoperdón.
- He dejado el papel de víctima, de tal forma que mis emociones ya no dependen de otros.
- Practico la asertividad, de forma que puedo expresarme como quiero sin pasar encima de los derechos de otros
- Cuido mis relaciones sociales y de amistad, procuro no vincularme con personas tóxicas.
- Busco momentos de relajación, que dedico a mí misma, mi mismo.
- Me gusta recordar las cosas buenas de mi vida, pero en realidad vivo el presente.
- Duermo, hago deporte y me alimento bien, porque me amo y cuido de mí.
- Busco aprender cosas nuevas, es un reto a mis capacidades y mantiene activo mi cerebro.
- Si tengo problemas, hablo de ellos ya sea con mis amigos, familia o con un profesional que pueda ayudarme a resolverlos.
- Convivo con la gente, no me aíslo ni me quedo encerrada/o todo el tiempo, tengo vida social suficiente para sentirme bien.
- Practico el silencio, me dedico tiempo a mí misma, escucho lo que yo tengo que decirme, y me doy mi espacio.
- Dejo que los demás sigan su vida como la han elegido, yo sigo con mi vida.