Si identificamos la manera de cómo pasar el duelo por un amor, más fácilmente estaremos listos para reanudar nuestra vida y abrir la puerta a una nueva pareja si eso es lo que deseamos.
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Quién no ha estado en duelo por un amor, a veces hasta la tragedia; aunque más de las veces pasamos el dolor de una ruptura amorosa con una película romántica, mucho helado de chocolate y horas interminables hablando de tu ex pareja con todo aquel que se deje contar la fallida historia de amor que recién concluyó.
Aun más, tal vez después de algunas copas terminamos llamándole por teléfono en la madrugada, para decirle cosas totalmente sin sentido, o vigilamos sus redes sociales, preguntamos a sus amigos si es que acaso nuestra ex pareja aún nos extraña o ya sale con otro, otra. En fin… la separación de una pareja es una de las cosas más complicadas, estresantes y dolorosas por las que podemos pasar por lo menos alguna vez en la vida.
Sin embargo, tarde o temprano tendremos que asumir que terminó, y pasar los característicos momentos de la pérdida o el luto por una persona a la que amamos y ya no está con nosotros.
Asumir esta pérdida de forma saludable evitará que guardemos rencor en nuestro corazón (sobre todo si fue nuestra pareja la que decidió terminar), nos ahorrará sentir culpa por haber terminado la relación —si fue el caso—; pero sobre todo nos ayudará a preparar el camino para una futura nueva relación, habiendo aprendido la lección que ésta nos dio y listos para enfrentar la siguiente con mayor madurez.
TRANSITAR EL DUELO EN 5 ETAPAS
Como todo duelo, en la pérdida de la pareja pasarás cinco etapas; y será importante que no trates de evitarlas porque son naturales y sanadoras, aunque de inicio sea difícil o doloroso.
Día 1. El terminar una relación puede tener dos escenarios. El primer escenario es cuando ya hemos detectado previamente los signos de la ruptura: apatía, indiferencia, silencios prolongados o pleitos hirientes. El segundo escenario es cuando la ruptura es sorpresiva: de pronto la pareja con la que estábamos nos dice que ya no nos quiere más y que se va.
Por supuesto cada escenario detonará reacciones diferentes, pues si ya era inminente la ruptura, tal vez sea más fácil de asimilar y hasta de mutuo acuerdo; pero la sorpresiva, generalmente es dolorosa porque además de la separación de alguien con quien solía gustarnos estar, daña nuestra autoestima.
Pero sin importar el escenario, la ruptura nos cae de golpe y el primer estadio emocional del duelo será la negación.
NEGACIÓN
A poco tiempo de terminar la relación sentirás que no es cierto, que él o ella volverá, que se dará cuenta que cometió un error al terminar la relación, que es cosa de tiempo para que quiera estar de regreso. En tanto, te sentirás relativamente tranquilo, tranquila, con esperanza. Habrá tiempo para recordar momentos agradables con tu ex, poner música triste, ver películas que te permitan llorar por un “buen motivo”, mientras esperas esa llamada que te devolverá la relación. Esta etapa puede durar poco o mucho, pero seguro que entre más pronto pases a las siguientes más pronto podrás sanar.
En esta etapa querrás llamarle, desearás charlar con él, con ella, para ver si hay “alguna oportunidad” de retomar la relación, e incluso sentirás la tentación de suplicar. Pero considera que lo que estás haciendo es pidiendo amor, como si mendigaras; ello te ubica en una posición vulnerable a la manipulación emocional, a profundizar la herida, o que tu ex pareja tenga poder sobre ti.
Entre más rápido asumas que sí, que la relación terminó y no volverá, tu camino a la recuperación emocional será mejor.
ENOJO
Si comienzas a pensar en las peores cosas de tu ex pareja, sus defectos de carácter, lo mal que te caen algunos de sus hábitos; lo terrible que era acompañarlo a esas cosas que sólo a él, o ella, le gustaban y ahora te sientes liberada, liberado, por no hacerlo más. Si te dan ganas de aventar huevos crudos a su auto, o hablarle para gritarle algunas frescas o algo similar: ¡Bienvenido! Has llegado a la segunda etapa del duelo, estás pasando por el enojo y eso quiere decir que avanzas.
Para que esta etapa del duelo sea mucho más fructífera, más allá de tus ganas de insultar a tu expareja (o incluso a ti mismo, a ti misma) porque ahora has fijado tu mirada en todo lo malo de la relación y que te hace rabiar; es momento de hacer un buen análisis de aquello que no era correcto o no funcionaba. Ir entendiendo qué fue lo que pasó, y dar el siguiente paso.
NEGOCIACIÓN
Cualquiera que pasa por el duelo, en esta etapa empieza a intercambiar cosas con la vida, como cuando los hombres de la prehistoria daban alguna ofrenda a la naturaleza a cambio de buena cosecha, o de que no rugiera el cielo con sus feroces rayos. En este momento tratamos de negociar la situación a partir de aquellas cosas que, si hemos sabido pasar adecuadamente por la fase anterior de ira, entendemos que fallaron, que ya no pueden ser, o que empezamos a asumir que la relación no tiene ningún futuro definitivamente.
He escuchado decir “¡Oh, por Dios! Si no va a ser para mí, que ya no lo vea yo más; o frases similares que hablan de una aceptación parcial de la ruptura, pero debe mediar algo para asimilarlo. O aquellos que dicen cosas como “si ya no vamos a ser pareja, pues seamos amigos”, condicionado la separación a otras circunstancias que no tienen que ver con el amor mutuo.
Si has llegado a este momento, vas por buen camino y estás cerca de sanar tu herida; pero toma en cuenta que la negociación es una etapa transitoria en la que no debes estacionarte.
CONFRONTACIÓN
Aunque esto suele ser un lugar común, ciertamente para sanar hay que abrir la herida y sacar la infección. Así es la confrontación, dolorosa y difícil porque estás a punto de sanar, de aceptar que se ha terminado, que no volverán aquellos tiempos felices con tu ex, que finalmente ya no están juntos.
Vivirás momentos de nostalgia, de tristeza y de aceptación. Si pasas por esta etapa considera que tendrás que ser, al mismo tiempo, optimista; porque aún con la tristeza tendrás que ver las alternativas. Ok, ya se terminó y ahora qué, ¿piensas quedarte a llorar tu pérdida toda la vida? Pues no, así que comenzarás a pensar en tus opciones: tomar una vacaciones, hacer algún curso en el que puedas conocer a otras personas; entregar más de tu energía a proyectos personales y de crecimiento individual. Verás la luz al final de túnel.
CONCILIACIÓN: ACEPTAR Y ASIMILAR
¡Felicidades! Al llegar a esta etapa estás listo o lita para continuar tu vida, para recibir de nuevo amor de una pareja y, por supuesto, para darlo. La etapa de conciliación te permite ser libre de rencores, te ayuda para perdonar a tu ex y perdonarte a ti; logras asimilar que no era una cuestión meramente personal sino que ya no podían darse más, que no hay culpables y que sólo pasó.
Es el momento en que debes cerrar círculos, dejar ir, despedirte e incluso agradecer por lo que de tu pareja obtuviste en experiencia vital. Por ejemplo, puedes decirle palabras similares a éstas:
“Ahora puedo mirarte, y recuerdo que el amor me unió a ti aunque nos hayamos separado. Te dejo ir en paz, te dejo con lo tuyo y me quedo con lo mío. Gracias”
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