Ir en busca de la felicidad es una tarea que pinta ardua, como si debiéramos merecerla, conquistarla, como si fuera incluso ajena a nosotros. Pero realmente cómo se llega a la felicidad, ¿qué opinas? ¿Te parece bien si me acompañas en esta reflexión sobre la búsqueda de la reflexión? Después de la lectura, te invito a que me dejes en Facebook tus comentarios al respecto. Que todos buscamos la felicidad es cierto, pero no todos sabemos a ciencia cierta qué cosas es. Como si la felicidad fuera una única cosa para todos, y en todo momento, nuestra cultura nos impulsa a una constante pesquisa detrás de eso que llamamos “ser feliz”. Como si las exigencias de la sociedad fueran pocas, además de ser exitosos, tener autoestima, ser buenos amigos, formar una linda familia y construir una importante carrera, también tenemos que hallar la felicidad. Y ahí vamos, como Will Smith, de un lado a otro de las ciudades en “busca de la felicidad”. Y al parecer, el protagonista de la historia consigue la felicidad para él y para su hijo: ¡se vuelve millonario! Por supuesto no es el único final, hoy en día Chris Gardner —el verdadero protagonista de la historia— es un filántropo que ha luchador en favor de las personas sin hogar, además de un emprendedor millonario y conferencista. Pero a mí me da que su historia trasciende porque logra esos millones, y no precisamente porque logra la felicidad ¿o ustedes que creen? Si la película tuviera esa especie de única llave a la felicidad, hoy otra sería nuestra historia. Tengo la sensación de que nuestra sociedad nos impulsa a ir “correteando” la felicidad; algo que está fuera y que hay que salir a su encuentro, conquistarla, que hay que lograr; es como si la felicidad tuviéramos que merecerla, que pasar por situaciones épicas para poder gozarla. Dice la canción: BE HAPPY! Aunque nunca nos dicen: ¡Vive la felicidad! ¡Siente la felicidad!

“Venimos al mundo para ser felices”:  Nos dicen con frecuencia, pero qué pasa si por algún momento no lo somos. ¿Nos vamos a sentir juzgados por el entorno, fracasados, frustrados?

Pero es que pareciera que tampoco hay quien pueda decirnos qué se siente o cómo es la felicidad, ¿cómo sabremos que ya la encontramos? Y quienes nos lo dicen lo hacen más bien desde puntos de vista mucho más comerciales, mercadológicos o publicitarios. ¡Ser feliz es beber un refresco, tener un auto, hospedarse en tal hotel! Etc. No es extraño que a lo largo de los siglos, en las diversas culturas, los pensadores, filósofos e incluso científicos, hayan tratado de definir la felicidad desde su propia perspectiva.  Y otros tantos, nos intentan decir cómo vivirla, con recetas en 5 o 6 pasos, lo que yo no voy a hacer en este artículo. Más bien  te invito a reflexionar cómo es tu felicidad, como la concibes, cómo la vives y especialmente si para ti la felicidad depende de la presencia o no de otros, porque esa es otra historia ¿no crees? Sin embargo, considero que más allá de definirla o ir en busca de ella, cada uno deberíamos plantearnos un concepto personal de felicidad, que implique bienestar: por lo que será un trabajo individual, que en el mejor de los casos compartiremos con los demás, y ellos con nosotros. Para ello puedes adquirir herramientas que te ayuden a enfocarte en aquello que puede ser tu felicidad como el CURSO DE FRENTE A LA VIDA | CONTIGO.  

 Confucio, declaró con su doctrina Jen, que no hay felicidad verdadera, ni individual ni colectiva, que no se base en la sabiduría y la tranquilidad de conciencia cifrada en un sentido de reverencia o humanidad hacia los otros (Las Analectas, Confucio). Es decir, la felicidad es procurar el bienestar del prójimo.

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