Sentimos frustración o nos sentimos frustrados cuando las cosas de la vida cotidiana no van como nosotros queremos, o pensamos que debían ser.
Cuando tenemos un sentimiento desagradable que reúne tristeza, enojo, malestar, es quizá porque nos sentimos frustrados. Una situación que todos nosotros habremos experimentado por lo menos alguna vez en la vida, cuando no logramos lo que pretendíamos, cuando nuestras expectativas no se han visto satisfechas.
La frustración es un sentimiento natural en todos, pero algunos somos incapaces de tolerarlo y puede llegar incluso a deprimirnos cuando vemos que, aquello que anhelamos, no se logró. Y es que la frustración nos refiere un sentimiento de privación: sentimos que la vida nos ha negado algo que creíamos merecer.
De tal forma, los efectos de la frustración no son iguales en todos; dependen de la personalidad de cada uno. Algunos lo aceptamos como parte de la vida, pero otros lo perciben como una afrenta: pueden experimentar molestia, ansiedad, angustia, depresión, etc.
Quien es intolerante a la situación sufre, pero depende también de la actitud que asume frente aquello que en ese momento no pudo lograr. El problema no es el dolor que sentimos sino lo que hacemos frente a ello.
Vivir con baja tolerancia a la frustración está relacionado con:
- Una percepción equivocada de la situación que vivimos; la interpretamos de manera negativa.
- La incapacidad de enfrentar el malestar que nos causa o la negación que sentimos ante ello y que no somos capaces de aguantar.
- Un mal enfoque de nuestra autoestima, ponderar nuestros deseos y necesidades como supremas, sin tomar en cuenta a los otros.
No obstante la frustración no nace, se hace. Debemos vivir con mayor tolerancia a la frustración pues es parte de la vida. Así que será mejor aprender a manejarla.
Tolerar la frustración requiere desarrollar la habilidad de enfrentar los problemas y limitaciones que tenemos, a pesar de lo incómodo que nos pueda parecer no alcanzar todo lo que deseamos. Y conseguir con ello una autoestima equilibrada y madura.
¿Cómo aprender a tolerar la frustración?
- Antes que nada aceptar que nos sentimos frustrados. No evitar ni negar el sentimiento.
- Ser conscientes de que nos sentimos frustrados es el primer paso para lidiar con la frustración, pues una vez que la asumes puedes afrontarla.
- Identifica el motivo de tu frustración: una necesidad o un deseo se vieron insatisfechos.
- Controla tus impulsos y valora las consecuencias de tus actos. Una decisión llevada por la frustración puede resultar contraproducente si actúas conforme a tu malestar. Espera y medítalo antes de actuar.
- Aprende que el dolor causado por la frustración no te va a destruir, que por el contrario puedes aprender a manejar tus emociones y vivir congruentemente con ellas.
- Evita aquellas situaciones y compañías que pueden llevarte a sobre pasar tus expectativas y luego sentirte frustrado, frustrada.
- Recuerda que, así como frustraciones, has vivido momentos de éxito. Aprende a disfrutar de ellos más que sólo recordar aquello que “no salió como querías”.
- Considera que aprender a tolerar la frustración es una habilidad que irás aprendiendo poco a poco, no desesperes.
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