Con estos beneficios emocionales de la respiración podemos comprender la importancia de este acto básico para lograr nuestro bienestar físico y psicológico, y mejorar nuestra práctica.
Todos sabemos que la falta de respiración nos lleva a la muerte. Respirar es vital para todas nuestras funciones orgánicas y mentales, tan sólo el cerebro —nuestro órgano más importante— consume el 20% de oxígeno del cuerpo. Éste asegura la actividad del cerebro, así como el funcionamiento del sistema nervioso, las glándulas, los músculos y los órganos.
Basten algunos ejemplos para darnos cuenta de lo importante es respirar y hacerlo, además, con la técnica adecuada: desintoxica el cuerpo, oxigena las células, elimina los bloqueos emocionales, desactiva las neuronas de la zona del cerebro asociada al estrés, ayuda a alcanzar el bienestar y abre nuevos horizontes de bienestar.
¿Cómo respirar mejor?
Una respiración consciente y relajada puede hacer mucho por nuestro bienestar no sólo físico sino emocional. Nos ayuda a liberar tensiones y agresiones del exterior, entre muchos otros beneficios que veremos más adelante.
Para que sea efectiva, la respiración debe llevar el oxígeno hasta la última célula de nuestro cuero, por lo que debe ser una respiración profunda. Por el contrario, nuestra respiración suele ser superficial y entrecortada.
Las respiraciones cortas producen intranquilidad, en cambio una respiración profunda nos brinda consciencia corporal, sosiego y equilibrio.
Beneficios emocionales de la respiración
1. Renovación
Respirar de manera profunda nos renueva, llena de paz y limpia energías negativas.
2. Serenidad
Por supuesto, dedicar tiempo a una respiración consciente y profunda nos llena de serenidad y calma nuestras preocupaciones.
3. Claridad
Al dedicar un tiempo exclusivamente para respirar, estamos dándonos un espacio propio que propicia claridad. La quietud y el aislamiento al practicar técnicas de respiración nos ayuda a encontrar soluciones que antes no habíamos vislumbrado.
4. Anti ansiedad
Concentrarnos en la respiración ante una crisis de ansiedad es uno de los ejercicios más efectivos para combatir esta emoción. Oxigena el cerebro y nos distrae de la sensación de peligro que nos causa la ansiedad.
5. Anti estrés
Con algunos minutos para hacer una respiración profunda en medio de una situación de estrés, de rabia o de ira, llegaremos a un estado de calma con nosotros y con el entorno.
6. Libera el llanto
El llanto es purificador, no debemos temer a las lágrimas ni contenerlo. Una respiración profunda con las manos en el pecho emulando un sollozo nos ayudará a que lloremos de veras y desahoguemos el sentir que estaba reprimido.
7. Reduce el dolor
Según diversos estudios ampliar nuestro rango de respiración con una inhalación profunda puede reducir la sensibilidad al color y eliminar toxinas.
8. Relajación corporal
La respiración lenta, profunda y rítmica provoca un estímulo reflejo del sistema nervioso parasimpático. Esto produce una reducción en los latidos del corazón y una relajación de los músculos.
9. Mente “en blanco”
Concentrarse en la respiración es un instrumento ideal para bloquear los pensamientos extraños, tranquilizar y poner la mente en blanco.
Errores al respirar
Si pretendemos tener los beneficios emocionales de la respiración, procuraremos mejorar la manera en la que cotidianamente tomamos aire. Muchos de nosotros respiramos mal. Basta observar cómo, al inhalar, contraemos el abdomen y al exhalar lo relajamos. Si observamos la respiración natural de un bebé, observaremos que hace justamente lo contrario.
Consideremos: Si llenamos un globo de aire, éste va a crecer (inflarse); si se le saca el aire, va a encogerse (desinflarse). Eso es lo que debe pasar con nuestro abdomen al respirar.
¿Cómo respirar profundamente?
Cuando se respira rítmicamente hay que concentrarse en elevar el abdomen al aspirar por la nariz y llenar conscientemente de aire la parte inferior, media y superior de los pulmones.
Mientras se contiene el aliento habremos de sentir cómo se expanden las costillas en la parte anterior y posterior del cuerpo; la sensación será como inflar lentamente el globo.
Al exhalar, por la boca, el abdomen se irá vaciando de aire y descenderá. Hacerlo de manera lenta es la mejor forma de permanecer consciente de cada respiración.
Nos podemos ayudar, colocando la mano sobre el abdomen para concentrarnos en la inhalación y sentir cómo se expande el abdomen, y luego sentir cómo este desciende al exhalar.
Se propone inhalar en el lapso de 4 segundos, se mantiene el aire otros tantos segundos y exhalar en 8 segundos. Repetir esta secuencia al menos durante 10 minutos.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA | SESIONES ONLINE