Estas 8 claves de cómo salir de la derrota te ayudarán procesar la pérdida que conlleva a través de un proceso de crecimiento.
A veces la vida nos ofrece sus flores y mejores paisajes; otras, nos golpea duro y nos derriba. Victorias y derrotas, ambas, son parte de la vida, aunque estamos más acostumbrados a afrontar las primeras porque nos dan satisfacciones, que asumir las segundas y salir bien librados de ellas.
Una derrota es perder, es un duelo por una expectativa no cumplida, nos genera frustración y dolor; mas no podemos dejar de lado que viene en el paquete de la vida junto con las conquistas que nos dan alegría, bienestar y complacencia.
Tan importante es gozar la victoria como vivir la derrota, aprender de ellas, pues no son eternas y construir nuestro crecimiento en sus pilares.
¿Cómo miramos la derrota?
Perder el empleo, una ruptura amorosa, la quiebra de un negocio… hechos de la vida que podemos considerar derrotas. Pensamos en ello como un “no pudimos”, como la incapacidad de lograr los objetivos propuestos, ya sea porque nuestras habilidades no fueron suficientes, porque las metas eran inalcanzables o porque alguien más lo consiguió en nuestro lugar.
Sentirnos derrotados es una situación que consideramos negativa, nos deja en una posición de insuficiencia y vulnerabilidad. Suponemos que la derrota nos coloca frente a los demás como “perdedores”, indignos e incapaces.
No obstante, también podemos ver una derrota como una etapa de vida que nos prepara para el siguiente paso: para reajustar las metas, para aprender nuevas habilidades, para transformarnos y ser más fuertes.
Todo depende de qué hagamos con nuestra derrota y cómo gestionemos las emociones que vienen consigo. Por ello te dejo aquí algunas claves de cómo salir de la derrota.
Cómo salir de la derrota
1. Reconoce que te sientes derrotado
Con frecuencia nos cuesta trabajo reconocer la derrota porque nos vulnera, como lo dije antes. Por ello, el primer paso es reconocer que nos sentimos derrotados.
2. Acepta cuál es tu responsabilidad
Frente a la derrota hay factores diversos, algunos que son ajenos a nosotros, mientras que otros tienen que ver con las decisiones y acciones que hemos hecho para obtener resultados fallidos. Pregúntate, ¿en la derrota qué me corresponde a mí y que no?
3. No lo hagas personal
El hecho de que un plan no haya salido como deseabas y sientas la derrota, no quiere decir que seas “un derrotado”. Personalizar la derrota quiebra nuestra autoestima y nuestra confianza.
4. Perdónate
Aunque parezca extraño ante este sentimiento de derrota es importante que aprendamos a ser compasivos con nosotros mismos y perdonarnos. Considera que las personas experimentamos más derrotas que éxitos, pero que quienes nunca han sufrido una derrota es porque nunca han luchado por nada.
5. Evalúa tu estrategia
Si te sientes derrotado, derrotada, es que previamente hiciste un plan o una estrategia. Analiza en qué acertaste y cuáles fueron tus errores. Con ello podrás hacer un nuevo plan con metas más tangibles y pasos más puntuales para acertar. Ya tienes la experiencia.
6. Vuelve a intentarlo
No dejes que el miedo al fracaso te paralice, ni te obsesiones con tu derrota. Nada de ello cambiará tus resultados. Reconcíliate con ese pasado y déjalo ir. Vuelve a intentarlo, pues entre más rápido tomes pasos positivos hacia adelante, más pronto dejarás atrás esos pensamientos que te debilitan y obstaculizan.
7. Olvídate de la aprobación de los demás
Muchas veces nos avergonzamos de la derrota y evitamos continuar porque estamos a expensas del “qué dirán”. Nos da miedo que otros nos juzguen o, por el contrario, estamos ávidos de la aprobación de los demás.
Pero si vuelves a la acción, con un plan mejorado, y continúas paulatinamente hasta el éxito, no requerirás de la aprobación de los demás, sino serás capaz de disfrutar tu victoria por ti mismo, por ti misma.
8. Deja de temerle al éxito
Hay quienes le tienen miedo al éxito (por supuesto de forma inconsciente) e incluso hacen todo lo posible por no lograrlo, se autosabotean o dejan de intentarlo. Gestionando los pensamientos y emociones que te limitan.
Reconociendo lo que eres desde el origen, así como tus capacidades y potencialidades.
Cada día dar un paso hacia el éxito, aunque sea pequeño.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA