Hoy te dejo estos 7 pensamientos que nos producen ansiedad y que puedes aprender a controlar siendo consciente de ellos.
La ansiedad no está en tu cabeza, es un trastorno de salud real que cada vez afecta a más personas. Sin embargo, ciertamente está muy vinculada a los pensamientos que corren por la mente. Por ello, hoy retomo el tema de cómo nuestros hábitos de pensamiento pueden causarnos ansiedad.
Recordemos antes que la ansiedad patológica es un estado alterado de la mente en la que se sufre un miedo extremo sin que exista un factor real que nos amenace.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un sentimiento de miedo pasajero, temor e inquietud; se manifiesta a través de sudor, inquietud, palpitaciones, tensión muscular, respiración agitada. Es una respuesta normal a situaciones de riesgo y estrés, un mecanismo de defensa natural.
Sin embargo, para las personas con trastorno de ansiedad el miedo no es temporal y puede ser muy abrumador. Los síntomas pueden interferir con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la escuela y las relaciones entre personas.
El trastorno de ansiedad suele venir acompañado de pensamientos irracionales, aumentando el miedo, la angustia o la culpa. Son irracionales en tanto que no han sido procesados, sino que generalmente llegan a nosotros de manera inconsciente y nos abruman antes de que podamos analizarlos.
A este tipo de pensamientos se les conoce como distorsiones cognitivas.
¿Qué son las distorsiones cognitivas?
Las distorsiones cognitivas son aquellas maneras erróneas que tenemos de procesar la información; es decir, malinterpretaciones de lo que ocurre a nuestro alrededor, generando múltiples consecuencias negativas.
Estas percepciones y pensamientos distorsionados que realizamos acerca de uno mismo, del mundo y del futuro, nos llevan a desarrollar estados de ánimo disfuncionales como: fobias, depresión, problemas de autoestima, obsesividad, etcétera.
Sin embargo, aunque estos pensamientos puedan estar basados en creencias irreales, no son creencias sino hábitos del pensamiento; y como hábitos, pueden corregirse.
14 pensamientos que nos producen ansiedad
En realidad, no existe un pensamiento específico que sea detonador de la ansiedad; éstos suelen ser intrusivos, aparecer cuando menos lo consideramos y dependen de cada persona. Pero sí existen modelos de pensamiento a los que nos habituamos y que nos producen esas crisis ansiosas.
Aquí te presento algunas ideas al respecto de esos pensamientos
1. Debería
Las creencias aprendidas de todo lo que “deberíamos” hacer y cumplir, según el mandato social, generan en nosotros pensamientos negativos repetitivos que detonan nuestra ansiedad. Esto se encuentra vinculado con nuestros niveles de perfeccionismo insano y nuestra necesidad de aprobación por parte de los demás. Estos pensamientos se expresan justamente a partir de un “debería”, “tendría que…”
2. Todo o nada
Los pensamientos dicotómicos de todo o nada, nunca/siempre, nadie/todos… generalizaciones exageradas que nos ponen en guardia, sin considerar que en la vida sí hay matices y nada puede ser tan radical como para alterarnos. No encontrar un punto medio puede ser tan abrumador que nos genera esa ansiedad.
3. Filtro de la negatividad
Dentro de las distorsiones cognitivas que producen la ansiedad, encontramos aquellos que toman casos aislados y generalizan con poco argumento conclusiones válidas para todo. Por ejemplo, porque tengas un pequeño punto rojo en el dedo, crees por ello que se sufre de sarampión.
Asimismo, hay pensamientos que se enfocan exclusivamente en los aspectos negativos. Podrás tener 29 comentarios positivos, pero el cerebro ha aprendido en fijarse sólo en uno que es negativo. No se toman en cuenta las experiencias positivas, sin razón aparente; arbitrariamente consideramos como único cierto, lo malo.
Esta clase de filtros también nos hacen asumir algo negativo, aunque no tengamos un apoyo tangible y empírico que lo sostenga. Es muy típico de estos casos el leer el pensamiento de los demás. Nos decimos frases, seguramente “ya no me quiere”.
4. Catastrofismo
Hay cerebros que están habituados a que todo desenlace termine en catástrofe. Si lago va bien seguramente es porque al final saldrá mal; el mundo es tan horrendo que no puede haber belleza en él. Si algo va mal, seguramente terminará peor.
No hay descanso en la mente de quien vive con trastorno de ansiedad, la catástrofe le acecha en cualquier lugar.
A la par de los pensamientos catastróficos, están las magnificaciones y minimizaciones, éstas subestiman o sobreestiman la manera de ser de ciertas personas o eventos.
5. Proyección
El entorno de una persona con ansiedad puede parecerle agresivo y adversos, muchas veces las circunstancias sociales y las personas pueden implicar una carga de peligro y malestar, ello se debe a las proyecciones que hacemos al respecto. Es decir, se transfieren a los demás nuestros propios pensamientos, sentimos que no son aceptados como propios porque nos generan angustias. Es el otro quien lo piensa y el otro que nos resulta una amenaza.
6. Sesgo confirmatorio
Esta es una tendencia a sesgar la realidad, tanto en percepción como en valoración, para que encajen con ideas preconcebidas. Implica la tendencia a buscar y considerar de forma más intensa y selectiva aquella información que confirme lo que ya pensamos. Por lo tanto, interpretamos más positivamente aquellos hechos que básicamente respalden nuestras opiniones previas. Se trata de un prejuicio cognitivo que nos incita a seguir de acuerdo con nuestras creencias para así evitar entrar en contradicción con nosotros mismos.
7. Culpabilidad
Nuestros pensamientos culpógenos pueden generarnos muchísima ansiedad, pues nos hace responsables de temas para los que no tenemos capacidad de respuesta; pero también podrían deslindarnos de responsabilidad y control de la situación. Estos pensamientos nos llevan a culpabilizar a los demás de los problemas propios o culparnos a nosotros mismo por los problemas ajenos.
Cómo lidiar con esta clase de pensamientos
1. Acepta e identifica el pensamiento negativo que te causa ansiedad.
2. Evita usar cualquier palabra u oración que pueda hacerte pensar en negativo.
3. Enfócate en cambiar tu pensamiento a través de un trabajo consciente.
No es fácil lidiar con este tipo de pensamientos cuando se está en una crisis de ansiedad, por ello lo ideal es hacerte de herramientas que disminuyen tus episodios. Estas pueden ser guiadas por un especialista en salud emocional.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA