Estas 7 Claves para lograr la Autoliberación te ayudarán a romper cadenas y encontrar un camino de plenitud.
Cuántas veces nos hemos mirado al espejo y nos desconocemos. ¿Dónde quedaron nuestros anhelos, nuestros sueños más personales? ¿Nuestro yo infantil habría imaginado llegar a este sitio en el que ahora nos encontramos? ¿Somos nosotros mismos o un tímido remedo de lo que queríamos ser?
Con frecuencia estamos a merced de los demás, intentando quedar bien o satisfacer necesidades que nos alejan de lo que realmente deseamos de nosotros y para nosotros.
Vivimos programados a la esclavitud
Muchas veces son otras personas, situaciones o cosas, las que determinan lo que haremos, las decisiones que tomaremos y cómo habremos de vivir. Manipulados por la presión social, la publicidad, las exigencias de otros. No somos dueños de nosotros mismos y la ansiedad, el estrés y el enfado dominan nuestro interior.
Condición que nos provoca sufrimiento y desmotiva, pues nos damos cuenta que estamos viviendo atados a tantas cosas externas que nos influyen y alejados de nuestra esencia.
Toda esa actitud depende de nuestra programación. Vivimos programados para dar respuestas esperadas a ciertas situaciones, sin detenernos a pensar si en verdad somos nosotros los que respondemos de manera habitual y mecánica. Tenemos programadas ideas convencionales y culturales que tomamos como verdades cuando no lo son.
Somos esclavos
No obstante, nos encadenamos a ello a través de lazos mentales que nos mantienen inmóviles, porque nos atemoriza soltarnos y vivir de forma más libre.
Somos esclavos de cosas como:
- Un trabajo que no nos satisface y no hacemos nada para cambiarlo.
- A apegos emocionales que hacen depender nuestra felicidad a alguien o algo más.
- De los bienes materiales y el dinero, cuando sacrificamos la vida en una búsqueda imparable por obtener riquezas.
- Esclavos de nuestros miedos disfrazados en forma de excusas que nos paralizan e impiden crecer.
- Atados a creencias limitantes que nos impiden ver más allá de lo posible.
- De malos hábitos que llevamos fomentando por años y que deterioran nuestra salud física y emocional.
- Rehén de una zona de confort que nos impide movernos hacia lo anhelado.
- Esclavos de nosotros mismos que no decidimos ni optamos por nuevos caminos.
Lo que hacemos como hábito que no podemos dejar de hacer porque nos domina, nos hace dependientes, esclavo de lo que creemos, porque nos han programado. Si nos damos cuenta de ello y lo mucho que la situación nos aflige, estamos en un buen camino hacia la autoliberación.
Autoliberación, rompiendo las cadenas
Si logramos romper las cadenas que nos hemos autoimpuesto podremos conquistar mayor libertad. Tendremos el poder y la capacidad de alcanzar todo aquello que alguna vez imaginamos, para ser más plenos. Además, lograremos mayor control sobre nosotros mismos.
Esto e nos permitirá hacer todo lo que deseemos sin bloqueos, sin miedos ni apegos o barreras mentales.
Asimismo, consideremos que ser libre no es un hecho concreto y objetivo, sino un constructo mental construido por el entorno y la cultura en que vivimos. Temas lejanos a nuestra elección pero que influyen en nosotros, no sin dejarnos bastante margen de maniobra para liberarnos.
Lograr la autoliberación entonces es una decisión personal que nos aleja de esas ideas colectivas que nos autoimponemos y nos permite abordar la vida de una manera mucho más auténtica e individual.
7 Claves para lograr la Autoliberación
1. Vivir una vida minimalista: preocupémonos menos por poseer cosas que no nos harán feliz, que ocuparán espacio y hasta podrían sólo endeudarnos. Llevemos una vida rica interiormente, invirtamos más en nosotros y no en las cosas. Logremos la autoliberación a través de viajar en esta vida con un equipaje más ligero.
2. Ser coherentes con nuestros valores: Si actuamos conforme a nuestros valores nos sentiremos más libres, con menor presión social y más felices. Ir en contra de nuestros valores sólo nos causa angustia, autoengaño y desdicha.
Cuando tengamos que tomar decisiones, lo ideal es asumir aquellas que nos hacen congruentes con nuestro sistema de valores, aunque no sea la opción fácil sí será una alternativa liberadora, pues estaremos sólo a merced de nosotros mismos y de nadie más.
3. Tengamos objetivos, no expectativas: Ya en varias ocasiones he escrito aquí lo importante que es que tengamos un rumbo y sentido en la vida. Nuestros objetivos nos dan ese para qué seguir viviendo y mantenernos firmes hacia ellos evita perder el sentido de la vida.
Por el contrario, tener expectativas es tener esperanzas infundadas que postergan nuestro actuar y nuestra felicidad. Nos atan a una imagen irreal y pasajera.
4. Trabaja en tu autoconocimiento: Si la libertad es un constructo mental subjetivo, las cadenas que nos atan también son ideas psicológicas de las que nos podemos deshacer. Conocernos a nosotros mismos nos ayudará a saber por qué hacemos ciertas cosas, por qué reaccionamos de otra manera incluso a la que deseamos y por qué reaccionamos a ciertos estímulos.
Con ese conocimiento personal podemos reestructurar nuestras respuestas y reaccionar más acorde a lo que de verdad queremos. Podremos gestionar de manera adecuada nuestras emociones de manera que se conviertan en nuestra guía y no nuestra cadena. Podremos lograr la autoliberación.
5. Movimiento: La esclavitud es inmovilidad, así que para contrarrestar hay que movernos. Hacer más ejercicio, dar un paseo, viajar, son excelentes maneras de liberarnos.
Por supuesto no se trata de escapar sino de darnos la oportunidad de cambiar de escenarios, de encontrar nuevas respuestas y de vivir más en el presente. Cambiar de lugar nos impulsa a conocer a otros, a hablar más con la gente a tener experiencias diversas y salir de nuestro estancamiento.
6. Promover nuestra capacidad de sorprendernos: Cuando éramos niños todo era nuevo y nos sorprendía. ¿En qué momento nos dejamos llevar por la monotonía y ya nada nos parece nuevo o maravilloso?
Para autoliberarnos es importante volver a encantarnos con la vida y salir de la agobiante rutina. Fluyamos con el universo y busquemos cada día cosas que nos sorprendan con la intención de saber que vivir es extraordinario y así lo disfrutemos más.
7. Soñemos despiertos: No hay más esclavitud que la producida por nuestros pensamientos limitantes que nos estresan y producen ansiedad. Salgamos de ese encierro con la imaginación. Soñar despierto no es un asunto infantil exclusivamente, ni de “tontos ilusos” sino un camino de autoliberación.
Soñar despiertos no sólo favorecerá la imaginación, concentración y creatividad, sino que también logrará hacernos conectar con una maravillosa sensación de libertad.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA