Estas 8 claves de tener pareja después del divorcio pueden inspirarte a encontrar cuál es la estrategia para reencontrarte con el amor sin miedo al fracaso.
Aunque pasó por un divorcio tranquilo, Sofía tardó un tiempo en recuperarse del duelo por la ruptura y lo que consideraba un fracaso en su vida amorosa. Una relación de 20 años había terminado de forma repentina y acelerada.
Cinco años después de firmar los papeles, Sofía se ha recuperado del divorcio; no obstante, se siente sola. Aunque todo lo demás en su vida va bien, su lado femenino se siente desanimado y su autoestima está a punto de decaer porque siente que le hace falta una pareja sentimental.
1. Me siento vacía porque no tengo pareja ¿es normal?
En su primera sesión de psicoterapia, Sofía refirió que, aunque todas las áreas de su vida funcionaban muy bien: trabajo, familia, amigos, deporte… sentía una especie de vacío. Además, se sentía avergonzada porque creía que su insatisfacción era motivada por la ausencia de una pareja y temía ser una mujer dependiente.
Pensaba que los sentimientos de soledad y ansiedad que a veces tenía eran porque no podía vivir sin alguien más y le frustraba. Esta situación le hacía sentir que tenía algo malo por lo que nadie quería salir con ella “en serio”.
No obstante, sentir la necesidad de compartir la vida con otra persona es natural; todos deseamos tener a nuestro lado a alguien en quien confiar, a quien cuidar, con quien compartir y querer. Esta necesidad es natural en tanto no se convierta en una obsesión y nos motive a tener actitudes que atenten contra nosotros mismos.
2. ¿Por qué no tengo pareja?
Es común que las personas adultas que han vivido en pareja por años, encuentren mayores dificultades para hacerse de una nueva pareja debido al propio curso de la vida.
Una persona madura tiene hoy más responsabilidades que las que tuvo de joven. Tiene que trabajar, pagar facturas, cuidar a los hijos o a los padres ancianos, así como otros compromisos que ya son parte de su vida. Estilo de vida que les deja poco tiempo para socializar y conocer nuevas personas; y cuando las conocen también pueden enfrentarse a prejuicios, exigencias y miedos.
Con la madurez, a través de los años, se va definiendo con mayor claridad qué es lo que una persona quiere en su vida y lo que no está dispuesta a aceptar para sí. Quiere que su pareja sea recíproca y no volver a cometer los errores del pasado ni sufrir desilusiones, como ya lo experimentó antes.
Hacerse de una pareja nueva se vuelve complicado. Pero ello no tiene que ver con la persona que es, sino con la actitud que asume ante la situación.
Sofía es una mujer atractiva, a sus 45 años tiene buena salud, es inteligente y muy apta en su trabajo, pero su autoestima comenzaba a flaquear porque nadie se fijaba en ella para algo serio. Entonces desentrañamos algunas de las posibles razones por las que estaba experimentando esta soledad.
3. ¿Ya cerraste tu ciclo?
Antes de iniciar una nueva relación tienes que haber pasado por el duelo de la anterior relación. Y especialmente cerrar el ciclo de despedida.
Hay que asumir los ciclos de la vida y cómo nos enfrentamos a ellos. La vida siempre nos empujará al cambio, a concluir etapas, y exigirá de nosotros soltarnos para dar un brinco hacia nuevas cosas. Ante ello seguramente nos llenaremos de temor, ansiedad y a veces nostalgia por lo que fue, lo que dificulta soltar el ciclo anterior y enfrentarnos a la nueva etapa de vida.
Pasos para cerrar un ciclo y soltar el pasado
4. ¿Ya sanaste tus heridas?
Ten en cuenta que después de un divorcio doloroso quedan huellas, e iniciar una nueva relación de pareja con tantas heridas abiertas no es lo más conveniente.
Las decepciones, los enfados, los desprecios y vergüenzas que el pasado nos hizo vivir deben sanarse antes de poder experimentar una nueva relación; de lo contrario estaremos depositando nuestro dolor en la nueva relación de manera injusta.
Trabajar en el pasado para sanarlo debe ser el primer escalón para poder acceder al futuro que deseas.
Claves para cerrar una herida del pasado
5. Trabaja contigo misma
Desear tener una pareja es normal, pero ello no debe implicar la ruina emocional. Sentirse bien, lograr el bienestar, llenar el corazón para poder dar, etc., son factores fundamentales para reiniciar la vida amorosa luego de un divorcio.
Así también, es recomendable analizar las exigencias y prejuicios que se han formado en uno mismo y que llevan a descartar “candidatos” porque se enjuician sin conocer. A veces se excluyen a posibles parejas porque las personas no quieren lidiar con costumbres, necesidades y estilos de vida de otras personas; no por egoísmo sino por temor a cambiar, aunque ello implique tener una nueva relación.
Cuando se está en contacto con uno mismo desde el amor consciente, la paz y la coherencia, es cuando se puede construir una relación madura y saludable. Y aún mejor, se atrae gente en la misma sintonía.
6. Reconoce tus miedos
Otro factor relevante que nos impide formar nuevas parejas es el miedo. Decía anteriormente, el miedo a los cambios y a la adaptación; pero también hay un temor a volver a fracasar y, con ello, volver a sufrir.
Las personas suelen tener una cita con una posible pareja, pero luego evaden futuros encuentros. Esto pasa por el miedo al abandono o a ser traicionados, etc. Por ello hay que reconocer que se tiene miedo, gestionar la emoción adecuadamente y comunicarse con la persona que es objeto de interés.
¿Qué hay detrás del miedo al amor?
7. Socializar es una buena palabra
Hay que trabajar con las relaciones, dedicarles tiempo, abrir la agenda para estar con otros.
A veces el cansancio, a causa de las exigencias de la vida cotidiana, pareciese impedir la socialización, pero si en verdad quieres una pareja nueva debes exponerte a la convivencia, a conocer a otros.
No te aísles. Tal vez no encuentres la pareja en los primeros intentos, pero seguramente consolidarás buenas amistades.