6 signos de que debes terminar tu relación de pareja cuando son irreversibles y no hay posibilidad de conciliación.
Hay que decirlo: el amor no es suficiente para mantener una relación de pareja. Una aseveración fuerte; pero creer lo contrarios, en muchas ocasiones, ha sido causa de frustraciones, heridas e historias desastrosas que no terminan nada bien.
Reconocer que el amor romántico que hemos visto en las pantallas nos ha afectado es el primer paso para tener relaciones más sensatas. Atender a las señales de un vínculo insano puede librarnos de daños difíciles de reparar y llevarnos por un camino donde el amor se viva plenamente, pero sin exagerar las expectativas.
Es por ello que hoy hablaremos de 5 signos de que debes terminar tu relación de pareja o al menos considerar poner remedio a situaciones que no deberían de estar viviendo.
6 signos de que debes terminar tu relación de pareja
Si identificas alguna de estos signos, analiza el trasfondo y considera qué tan grave es el problema por cómo te hace sentir. En casos de duda, lo ideal es acudir con un especialista en psicoterapia de pareja, quien les ayudará a visibilizar los problemas, entender si pueden solucionarse o no y, de ser necesario, concluir la relación de manera sana.
1. La toxicidad
Hoy está moda hablar de personas tóxicas, aunque en realidad no existas. Lo que existe es una relación entre personas que puede hacerse mucho daño por las demandas que exigen entre sí, o que una exige a otra.
Una relación tóxica se hace evidente cuando sus miembros se dañan con actitudes y conductas egoístas, enfermizas y manipuladoras. Las relaciones tóxicas son relaciones en las que ambas partes son incapaces, por alguna razón, de impedir hacerse daño.
Para saber que tu relación se ha convertido en algo tóxico identifica cómo te sientes. Si te juzgan, desvalorizan, manipula, amenazan, acosan, maltratan o sientes un vacío interior es momento de dejar esa relación.
2. Ya no siento lo mismo
El amor tiende a evolucionar al ritmo que lo hacen las personas, es lo ideal. Los sentimientos se transforman, tienen vaivenes, pero hay momentos en que uno puede darse cuenta que ya no siente lo mismo por su pareja.
Esto es común si la relación se basó en ilusiones desde el enamoramiento, si se depositaron expectativas en el otro, que luego se volvieron exigencias. Los que sentimos cambia, nunca es lo mismo que cuando se inició la relación, pero cuando las emociones frente a la pareja se trastocan siendo negativas, es mejor dejar esa relación.
3. Se acabó la comunicación
Si el silencio predomina en la relación, se terminó la confianza para contarle al otro, se acabó la complicidad… Pareciera entonces que se acabó la relación. Comunicar es la esencia de cualquier relación humana, dejar de hacerlo impide que los procesos afectivos socializadores se den apropiadamente.
Cuando la comunicación se torna hostil, es agresiva e incluso violenta; si persisten las discusiones sin voluntad para los acuerdos, si una parte de la pareja no se siente escuchado o se siente insultado, es momento de repensar la relación o finiquitarla.
4. Si ya no hay respeto
La relación se ha acabado definitivamente cuando ya no hay respeto. Este es pieza clave de la interrelación entre las personas, aun cuando no medie un vínculo afectivo, por lo que la ausencia de respeto es, definitivamente un indicador de que la relación se ha roto.
El respeto abarca cosas como buenos límites y buena comunicación. Además, significa tratar a las personas como pares y respaldarlas. Esto se fundamenta en empatía y consideración, perder el respeto es superar los límites, arriesgarnos a un trato humillante, a faltar a la dignidad del otro e incluso al ejercicio de la violencia.
Sin respeto se pierde la perspectiva de lo justo y lo importante, por lo que es fácil dejar de confiar.
5. Se perdió la confianza
La desconfianza en la pareja interactúa con la comunicación, y lo hace en las dos direcciones: no sólo provoca la dificultad de comunicación, sino que genera lejanía, distanciamiento, dificultades para expresar los sentimientos, opiniones o preocupaciones, que alimentan esa falta de comunicación.
Cuando la duda se prolonga, la incertidumbre aumenta, la desconfianza en la otra persona aparece y se instala presenta una situación difícil de revertir. La pérdida de confianza puede significar el fin de una relación.
6. Fin de la vida sexual
Si el sexo falta, algo importante falla en la relación. Cuando se mira a la pareja más como un compañero de piso que como un amante o que ésta ya no mira con el deseo de antes, ahí está más que claro: la relación no va nada bien.
Sin embargo, cuando hablamos de sexualidad no sólo nos estamos refiriendo al momento dentro de la cama, sino que también hablamos de complicidad, de miradas, de cariño, de detalles, en general de intimidad.
Los motivos por los que el distanciamiento de esta índole se da pueden ser varios, en algunos casos la visita a un terapeuta sexual puede ayudar.
Dejar una relación por alguno de estos motivos no es una decisión a la ligera, muchas veces los miedos, la zona de confort y los intereses que hay de por medio (hijos, patrimonio, negocio, etc.) nos impiden pensar en una separación o posible disolución de la pareja. Cada caso es individual y deberá resolverse en mancuerna, pero podemos decir que no vale la pena vivir en una relación de pareja que duele, que supera nuestros límites, que nos hace sentir indignos o que no es del todo satisfactoria.
En cualquier caso, recomiendo la guía de un psicoterapeuta de pareja que ayude, como decía antes, a dilucidar el problema, solucionarlo o finiquitar la relación de manera armoniosa entre ambas partes.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA DE PAREA