Te comparto 5 Claves para aceptar la realidad y aprender a vivir en el aquí y el ahora, sin frustración o heridas que dañen.
Frustraciones, pérdidas, incertidumbre, temores, conflictos… la realidad tiene su lado B que nos abruma y que muchos desearíamos evadir. Ya el poeta T. S. Eliot decía que “el ser humano no puede soportar demasiada realidad”. Afirmación similar hacía la historiadora canadiense Margaret McMillan: “La capacidad de los seres humanos para ignorar lo que no quieren saber es ilimitada”.
Ciertamente la realidad en muchas ocasiones nos supera y nos cuesta hacerle frente. Pero la realidad también es la alegría, el gozo, la certidumbre, los encuentros afables, hay que asentir a ella con todo lo que es y aceptarla como la vida.
¿Por qué debemos aceptar la realidad?
La realidad es lo que hay, por más lejos que intentos correr ella siempre nos saldrá al paso. ¿No sería mejor hacerla nuestra compañera y hacer las paces?
Cerrar los ojos ante la realidad no cambia los hechos; por el contrario, puede conducir incluso a trastornos psicológicos producto de reprimir las emociones que nos perturban ante la realidad cuando la evadimos. Recordemos lo que decía Carl Jung: “A lo que te resistes, persiste”.
Resistirse a la realidad es resistirse a la vida. La aceptación de la realidad, tal y como es, nos ayudará a vivir las adversidades con cabeza fría, objetividad y sosiego. Es el primer paso para restablecer el equilibrio en nuestra vida.
5 Claves para aceptar la realidad
Aunque aceptar la realidad es más complicado de lo que se dice, se pueden poner en práctica algunas de estas claves para aceptar la realidad.
1. Dejar de lamentarse
Aunque quejarnos de la vida y la realidad puede ser un proceso normal y catártico, no nos conduce a ninguna parte y sólo nos amarga. Lamentarnos por lo ocurrido no cambia la situación, y sólo nos estanca en la queja y en ser víctimas de las circunstancias. Una condición poco reconfortante y saludable.
2. Aprender a dejar ir
Sí, sé que se dice fácil pero los apegos no son fáciles de soltar. No obstante, encontraremos muchas veces que la vida nos presenta situaciones imposibles de cambiar, alejadas de nuestro control. Debemos aprender a dejar ir todos esos pensamientos y sentimientos dañinos a los que nos aferramos.
Un famoso maestro de meditación dijo: “Si dejas ir un poco, obtendrás un poco de paz. Si dejas ir mucho, obtendrás mucha paz”.
3. En el aquí y el ahora
Vivir en el aquí y el ahora es una práctica que debemos cultivar para ser conscientes de la realidad y poderla asumir como es. Hacernos cargo del presente nos ayudará a evitar falsas expectativas que, posteriormente, se reviertan en frustraciones y heridas innecesarias.
4. Practicar la gratitud
En vez de centrarnos en aquello que nos falta hay que agradecer lo que se tiene. Hagamos de la gratitud un hábito; puede ser a través de una breve meditación matinal o un diario de gratitud. Esto nos permite equilibrar y considerar que la realidad no es ni completamente atroz ni completamente rosa, sino que es tan vasta que nos brinda toda clase de experiencias que nos hagan crecer.
5. Cambiar la narrativa
Debemos darnos cuenta cómo contamos nuestra historia: ¿ocupamos el papel de la víctima o del villano? Mucho de nuestro sufrimiento se basa en la narrativa que hemos construido alrededor de los acontecimientos y el rol que hemos decidido cumplir.
La historia puede contarse sin etiquetas generalizadoras que nos limiten; se puede dejar de contar sin enfocarnos sólo en las situaciones que nos generan malestar. Hay que pensar en los hechos que también nos gustan o en lo que podemos cambiar para sentirnos satisfechos.
Aunque la realidad está ahí, también depende de la forma en que la asumimos, en la que nos la contamos y lo que hacemos con ella. Cambiar la narrativa que se construye en torno a un acontecimiento permitirá asumir la realidad desde una perspectiva más positiva y desarrolladora.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA