Para comprender el crecimiento y avance del hombre en la historia te explico estos 4 Tipos de resiliencia, esta batalla vencida contra la adversidad.
Los individuos somos capaces de sobrevivir gracias a que, de una u otra forma, somos todos resilientes. Desde el vientre materno, la vida es una victoria ante la adversidad; el nacimiento, los primeros 100 días del bebé, la infancia, la juventud… Somos como semillas sembradas entre asfalto.
No hay etapa vital en la que no debamos enfrentarnos a condiciones hostiles o desfavorables y tengamos que resistir, aprender y continuar al siguiente nivel de supervivencia física y emocional.
De acuerdo con la Asociación Americana de Psicología (APA), la resiliencia es “el proceso de adaptarse bien a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o fuentes significativas de estrés”.
4 Tipos de resiliencia
Como he señalado, en muchos momentos de la vida hemos de luchar y salir adelante, a veces conscientes y a veces de manera inconsciente; ello porque no todas las formas de resiliencia son iguales.
Factores biológicos, sociales, culturales y psicológicos interactúan para mediar en las respuestas de los sujetos al trauma y de ahí las diferencias. Se puede ser física o psicológicamente resiliente, hay resiliencia emocional o comunitaria.
Continúa leyendo, te explico cada una:
Resiliencia Psicológica
Hace referencia a la capacidad mental de adaptarnos o resistir a los desafíos y la adversidad, lo que depende de las características psicológicas del individuo. Frente a eventos traumáticos la mente es capaz de asumir el trauma, adaptarse a su nueva condición y salir adelante con la menor carga de estrés.
No quiere decir que las personas psicológicamente resilientes no sientan o evadan las emociones, al contrario, saben gestionarlas y aprovecharlas para salir adelante buscando las mejores opciones.
Es una práctica que se puede fomentar y fortalecer, los años, la experiencia y la práctica de ciertas herramientas como la inteligencia emocional, la asertividad y la autocompasión pueden ayudarnos a fomentar este tipo de resiliencia.
Resiliencia Emocional
Se refiere a la capacidad para conectar, comprender y organizar los sentimientos en un contexto de trauma, crisis, problemas o estrés. Controlar las alteraciones del ánimo que se producen frente al hecho traumático u hostil es crucial para hacer frente a los problemas y gestionar soluciones.
Esta habilidad puede cultivarse desde la infancia gracias a la correcta enseñanza de gestión emocional y brindando al individuo herramientas de inteligencia emocional.
Resiliencia Corporal
Aquí podemos hablar de la fortaleza y resistencia física que nos permite adaptarnos a los desafíos de la vida. Se traduce en capacidades y habilidades para operar durante un proceso patológico y así recuperarse de la enfermedad, un accidente u otra afectación corporal.
Es este tipo de resiliencia, por ejemplo, la que se hace presente en la concepción y el nacimiento, procesos que no por naturales son fáciles. Lo mismo, podemos vincularla con la vejez, especialmente cuando es un proceso activo y saludable.
Resiliencia Comunitaria
Más allá de los esfuerzos individuales, la resiliencia comunitaria permite unir fuerza y experiencia colectiva para salir adelante. Esa depende de las habilidades, estrategias y capacidades de un grupo para responder y adaptarse a situaciones que lo impacten negativamente.
Por ejemplo, países como Japón que han salido adelante, superándose, luego de la Segunda Guerra Mundial; o ciudades que se reconstruyen después de un desastre natural.
Algunos expertos relacionan a este concepto con la sostenibilidad social, otros lo hacen con respecto al capital social. Se manifiesta tanto en grandes como en pequeños eventos y es lo que permite a una determinada comunidad resurgir de un desastre.
Ninguno de estos conceptos se excluye entre sí, la voluntad humana puede ser tan grande y sólida que se manifieste en todas estas formas, como es el caso de la historia que antes te había contado sobre Nelson Mandela, quien incluso logró hacer de Sudáfrica un país de paz, luego del apartheid.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA
