Estas cuatro técnicas que facilitan el desahogo emocional te ayudarán a gestionar lo que sientes y encontrar alivio y bienestar psicológico.
Gritar, brincar, reír a carcajadas, aventar objetos, derrumbarte en un sofá o no desear salir de debajo de tus sábanas es evidencia de que estás experimentando emociones y eso es natural. Venimos con emociones incluidas y no debemos negarlas ni evadirlas.
Es importante reconocer que somos emociones y que gestionarlas bien es sumamente importante. Pero a veces una emoción puede ser tan intensa que nos supera y perdemos de vista el cómo desahogarnos.
¿Qué es el desahogo emocional?
Desahogar nuestras emociones es encontrar un alivio, un sosiego o un consuelo frente a lo que estamos sintiendo y que, generalmente, nos abruma o angustia. El desahogo emocional implica dejar salir las emociones que nos están dañando para impedir que se acumulen y a la larga nos pasen una amarga factura.
Sin embargo, no todos tenemos la misma habilidad para expresas lo que sentimos y así encontrar ese desahogo deseado. Para ello podemos desarrollar algunas técnicas que nos ayuden a sacar de nuestro sistema todo aquello que está doliendo o irritándonos.
CONOCE AQUÍ EL DAÑO QUE CAUSA EVADIR LAS EMOCIONES
El desahogo tóxico
No siempre nos es fácil darle un adecuado cause a lo que sentimos; hay a quienes les parece más sencillo expresarse y otros que definitivamente se “tragan” sus emociones de forma extrema.
Existen quienes, apenas encontrar a alguien que más o menos le escuche, sueltan todo un discurso de su sentir, como un intento de liberar toda la tensión psico-emocional a base de “vomitarla” al otro.
Pero la persona que es depositaria de tales emociones tal vez no sabrá qué hacer o cómo contener todo ese sentir. Asimismo, quien sólo deja fluir sus quejas y malestar con otras personas, sin diálogo o escucha activa, hará que los demás se sientan utilizados y no tomados en cuenta.
Otras personas estallan al estar tristes, frustradas o enojadas. Tiene accesos de ira que se pueden manifestar con insultos, frases agresivas y quizás otras expresiones violentas. Lo que suele pasar es que se permite soltar abruptamente algunas emociones, mientras que otras las mantiene escondidas.
Las personas alrededor de quien explota se verán lastimadas, desatendidas y recelosas porque quien se desahoga de manera agresiva se ha desquitado con ellas y no ha tomado en cuenta sus sentimientos.
Estas son formas tóxicas de desahogo, que no gestionan los sentimientos de forma asertiva ni haciendo uso de la inteligencia emocional y otros recursos más sensatos. Incluso pueden llegar a ser formas egoístas de exteriorizar su sentir.
Técnicas de desahogo
Evitar estas maneras tóxicas de desahogo, requiere de ser conscientes de nuestras emociones, reconocerlas sin pudores ni temores y saber expresarlas de forma asertiva.
Un desahogo emocional constructivo proviene de un profundo nivel de autoconocimiento para ser capaces no sólo de identificar nuestras emociones sino también la causa de éstas. Es un tipo de desahogo más sano, maduro y constructivo.
Por eso, para mejor tus formas de desahogo, te presento algunas técnicas que puede ayudarte.
1. Diario emocional
En otras ocasiones he escrito aquí el valor de la escritura como una forma de expresión de nuestras emociones; cuando lo hacemos dedicamos tiempo a la reflexión respecto a la forma en que nos sentimos y ponemos en orden las ideas que ello nos provoca.
Escribir un diario nos ayuda a tener un mejor grado de conocimiento interior, así como disfrutar del momento; nos ayuda a recordar nuestros momentos felices —lo que evita la depresión— y nos motiva a redimensionar adecuadamente las situaciones que nos han hecho sentir mal, para poder afrontarlas de mejor manera.
La clave consiste en centrarte en tus emociones y aprender a tomar perspectiva de lo que te ha ocurrido.
2. Línea de la vida positiva
En un papel traza una línea horizontal, en ella coloca hitos de los acontecimientos más importantes de tu vida, desde que naciste hasta la fecha; pero asegúrate de que esos momentos sean experiencias positivas que te hayan hecho sentir feliz, satisfecha, orgullosa.
Es un trabajo que puedes ir haciendo con tiempo, sumando acontecimientos y anotando esas cosas positivas que recuerdas con todo detalle. Te permitirá recordar que, aunque la vida tiene momentos difíciles y de pesadumbre, también te ha dado ratos de alegría y dulzura.
Un viaje por tu pasado de esta forma te permitirá adoptar una perspectiva más realista, para que las emociones positivas puedan llenar los espacio de negatividad.
3. El espejo
Colócate frente a un espejo, libérate de cualquier pensamiento y sólo concéntrate en tu reflejo por un rato. Poco a poco irás cobrando distancia de tu reflejo y de ti misma. Esa distancia te permitirá conectar con esa otra parte emocional de ti desde una perspectiva más empática.
Paulatinamente esto te abrirá hacia tus emociones y evitará que seas tan dura contigo misma y que te sientas más cómoda liberando tus emociones, así como te veas a ti misma con mayor compasión. No será extraño que llores y que esas lágrimas sean catárticas. Justo lo que se busca con esta técnica, un desahogo emocional constructivo.
4. Vaciar la mente
Cuando nos embargan emociones negativas, nuestro estado de ánimo se acompaña de pensamientos como quejas, exigencias, prejuicios y victimización. Pensamientos recurrentes que alimentan nuestro negativismo.
En estas condiciones no siempre se puede tener claridad respecto a lo que pasa en nuestra mente y entenderlo, pero sí se puede desconectarla.
Acomódate en un sitio tranquilo y relajado, utiliza una técnica de respiración para lograr destensarte y alcanzar un nivel de serenidad deseado. Imagina luego que las emociones y pensamientos son nubes negras que pueden producir una tormenta pero que terminarán pasando.
Así son las emociones, como esas nubes que llueven sobre nosotros y terminan yéndose; por eso no hay que aferrarse a ellas sino dejarlas fluir.
Puedes elegir la emoción o el pensamiento que más te está afectando, dejar que te embargue, sin resistirte, pero sin emitir juicios de valor. Sentir sus efectos sobre tu cuerpo y luego, lentamente, dejarlo ir.
Si tus emociones aún te abruman y son incontrolables para ti es momento de pedir la guía de un profesional en la salud emocional.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA | SESIONES ONLINE