21 Claves contra la ansiedad que genera el desempleo o su posibilidad ante un mundo cada vez más incierto.
No ha sido suficiente la pandemia por Covid 19 para alterar nuestra salud mental por miedo al contagio y el encierro, hoy también nos enfrentamos a la amenaza del desempleo y los daños psicológicos que ello acarrea.
De acuerdo con una investigación sobre el impacto del Covid 19 en los trabajadores, realizada en México, el 81 por ciento de las personas vive hoy con el temor de perder su empleo debido a los constantes recortes en la planta laboral o cierre de empresas. Una situación que genera miedo, ansiedad y depresión, además de falta de concentración y estrés en la práctica cotidiana.
Por supuesto, perder el empleo nos afecta a todos quienes mantenemos una casa y una familia, tanto como nuestros propios insumos de subsistencia; pero el empleo también tiene para nosotros otros valores.
El valor del empleo
En un artículo al respecto que escribí hace algunos años señalaba que contar con un empleo no es sólo una cuestión económica, pues aun cuando sea un medio de subsistencia propia y de la familia, el trabajo para muchos es un motivo de vida, un reto, una forma de realización personal, de socializar e incluso de aportar algo a la comunidad o el país.
Para algunos, el trabajo también puede ser un fortalecedor de vínculos familiares y fuente de estatus y prestigio social. Incluso para muchos es un refugio o medio de evasión, como lo es para aquellos adictos al trabajo. De ahí la carga emotiva que tiene la pérdida del puesto laboral, especialmente si la causa es el despido.
De igual modo, tener un puesto laboral nos permite describirnos, obtener posibilidades de éxito y estándares sociales de “felicidad”. Los puestos laborales nos dan reconocimiento por parte de otros, promueven nuestro desarrollo personal y favorecen la autoestima.
Vivir con el riesgo constante de perderlo puede ser altamente agotador, generar estrés y fuertes crisis de ansiedad.
Ansiedad ante la amenaza del desempleo
El miedo y la angustia llenan esos vacíos de conocimiento que alterar el sistema de defensa de nuestro cerebro y detonan la ansiedad. El desempleo genera un impacto emocional muy fuerte en las personas, puede llegar a paralizarnos, y hacer que comencemos a sufrir de ansiedad, baja autoestima e incertidumbre y sobre todo miedo a no encontrar un nuevo empleo.
Igualmente, la posibilidad de perder el empleo y, con éste todas sus implicaciones, es permanecer en una situación de alerta constante que puede terminar en crisis de ansiedad. Frente a la incertidumbre y la falta de información sobre lo que nos depara el mercado laboral, comienzan a fluir ideas catastróficas (distorsiones cognitivas) sobre cómo terminará siendo nuestra vida sin ingresos, sin reconocimiento, sintiéndonos inútiles.
Pero la ansiedad no llega sola, el cuadro se agrava porque ésta se manifiesta con insomnio, alteraciones gástricas, taquicardia, sudoración, intranquilidad generalizada, falta de concentración que agravan la salud física y mental de la persona.
Cómo lidiar con la ansiedad que genera el desempleo
- Reconocer que se tiene ansiedad y actuar en consecuencia.
- Pedir ayuda de un profesional cuando la situación nos está rebasando.
- Buscar apoyo en nuestros seres queridos y expresar nuestras emociones.
- Aprender el control de los pensamientos negativos que nos generan miedos.
- No dejar que las preocupaciones por el futuro nos asusten y nos paralicen.
- Expresar la preocupación del desempleo con los superiores de la empresa y tener un diálogo que minimice la incertidumbre que causa la falta de información.
- Mantener la calma. No olvidemos que el miedo lleva al estrés o ansiedad-
- Fortalecer nuestras habilidades de trabajo y productividad, para evitar poner en riesgo nuestro puesto laboral.
- Aumentar las competencias laborales, las softskills y los factores de empleabilidad.
- Planificar posibles acciones en caso de despido.
- Tejer redes de apoyo emocional y laboral.
- Aprender técnicas de relajación y control del estrés.
- Dedicar tiempo a la relajación y dispersión, dedicarse un tiempo libre.
- Practicar actividad física habitualmente.
- Mantener una buena alimentación, con productos que aumenten la serotonina, como el plátano, huevo y chocolate.
- Procurar dormir más de 6 horas.
- Evitar el consumo de alcohol y tabaco, ya que pueden aumentar los niveles de ansiedad.
- Adquirir herramientas de gestión emocional.
- Recordar que el trabajo es un medio, no siempre tiene que ser nuestro fin.
- Tener un plan financiero que cuide la economía familiar ante el desempleo.
- Crear una ruta de acción para emplearnos de forma alternativa.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA