Estos 17 datos que debes saber en el Día contra la Depresión esclarecen una realidad mundial que va en aumento y requiere la atención de todos.
Este 13 de enero se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un recordatorio de que cuidar la salud mental de las personas es indispensable y que hablar del tema en el mayor número de canales es urgente.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en todo el mundo el 5% de los adultos padecen depresión, lo que representa aproximadamente 280 millones de personas.
Esta es una de las enfermedades mentales más comunes, cuyas cifras van en aumento. Pero no por sus estadísticas es un padecimiento atendido en todas las sociedades y de tratamiento accesible. Por el contrario, a su alrededor hay muchos mitos y, a su vez, grandes estigmas sobre quienes la padecen; lo que dificulta el diagnóstico y tratamiento oportuno.
Sin un tratamiento adecuad, la depresión puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es recurrente y de intensidad moderada a grave. Puede causar gran sufrimiento a la persona afectada y alterar sus actividades laborales, escolares y familiares.
En el peor de los casos, puede llevar al suicidio. Cada año se suicidan más de 700 000 personas en el planeta. Lo niños y jóvenes son los que más riesgo corren, pues éste es la cuarta causa de muerte en el grupo de 15 a 29 años.
17 Datos que debes saber en el Día contra la Depresión
Como profesionales de la salud mental, consideramos que es de gran relevancia que todos hablemos de depresión, sus síntomas, tratamiento, medicación; por ello te dejo aquí algunos datos para la reflexión. Ojalá los puedas compartir y abrir la conversación entre tus seres queridos.
- La depresión es una enfermedad mental real, no un estado de ánimo que pueda controlarse con voluntad o “echándole ganas”. Debe ser tratada por profesionales de la salud.
- Esta enfermedad no discrimina, aunque suelen ser las mujeres quienes más se diagnostican con depresión. Los hombres también padecen depresión; pero, por el estigma que supone, ellos reciben menos atención médica y psicológica que las mujeres.
- Los niños también pueden deprimirse. Investigaciones recientes muestran que los niños y adolescentes padecen depresión con síntomas a veces parecidos a los de los adultos, y también con otros síntomas específicos y diferentes según la edad.
- 5.7% de los adultos mayores de 60 años vive con depresión. Los factores detonantes, en este caso, suelen ser el abandono y su desplazamiento en los puestos laborales, así como las afectaciones de salud que comienzan a limitarlos.
- La población migrante es vulnerable ante la depresión. La depresión de quien migra es más común de lo que nos gustaría; tomar la decisión de dejar el hogar, y hasta la patria, y salir a encontrarnos con un futuro anhelado va también cargado de incertidumbre y riesgos que afrontar. Aun así, no siempre se cumple el sueño tal como lo buscamos.
Tipos de depresión
- No existe un solo tipo de depresión. Hay registro de al menos 9 manifestaciones de esta enfermedad, desde la distimia -depresión funcional-, hasta la depresión mayor. Están también el trastorno bipolar, depresión psicótica, trastorno ciclotímico, trastorno afectivo estacional y sunday blues.
- La depresión postparto existe, y se deriva de alteraciones hormonales en las mujeres en el periodo perinatal. La depresión perinatal es aquella que ocurre durante o después del embarazo y sus síntomas pueden ir desde leves hasta graves.
- Altamente funcional. Existen procesos depresivos que permiten a las personas continuar con su vida, pero no por ello dejan de estar enfermos. Esto es lo que se llama depresión altamente funcional.
Al contrario que otros tipos de depresión que se manifiestan con la dificultad para salir de la cama, o que las personas se muestran apáticas, este tipo de depresión permite que las personas tengan una alta capacidad de trabajo y que no parezcan deprimidas ni por un instante.
- Se debe distinguir entre la depresión endógena y la exógena. La depresión endógena tiene su origen en el cerebro, sin necesidad de que exista una condición externa al individuo que la provoque. Está vinculada a condiciones internas que tienen que ver con cambios fisiológicos en el cerebro y alteraciones en la producción de ciertos neuroquímicos.
La depresión exógena es un tipo de trastorno del estado de ánimo ligado a la incapacidad o a las dificultades para experimentar sensaciones de bienestar y motivación. Su origen, sin embargo, es externo al individuo.
- Trastorno mixto de ansiedad y depresión es un padecimiento cada vez más frecuente, donde ambas enfermedades se presentan de manera simultánea, pero ninguno de ellos predomina claramente ni tiene la intensidad suficiente para diagnosticar a uno u otro por separado. Se puede suponer que ambas enfermedades transcurren en un individuo de forma coincidente.
Consecuencias de la depresión
La depresión puede tener serias consecuencias en la vida de quien la padece, la más grave, como se ha dicho antes, es la posibilidad del suicidio. Sin embargo, hay otras que pueden dañar el desarrollo del individuo en su vida cotidiana.
- Falta de concentración. Uno de los primeros signos de la depresión es la falta de concentración en el aquí y el ahora. El foco de atención de quien sufre depresión está en su sentimiento de tristeza, cansancio y abulia o apatía. Ello impide centrar la atención en otra cosa que no sea el propio malestar.
- Daños en la autoestima. A la desilusión que conlleva la enfermedad le sigue la falta de autoestima, el abandono de sí mismo, el sentimiento de soledad.
- Pérdida de la memoria. Quienes padecen depresión suelen quejarse de pérdida de memoria a corto y/o largo plazo. Ello, muchas veces enciende una alerta, al creer que se trata de algún tipo de trastorno cognitivo o demencia, especialmente si estos signos se dan en personas de edad avanzada. Y, aunque existe la posibilidad de un padecimiento crónico degenerativo, también es cierto que la depresión produce una alteración de la memoria que puede ser reversible si se trata oportunamente.
- Afectaciones físicas. También pueden existir daños en el organismo de quien padece depresión: dolores de cabeza, musculares o cansancio, a lo que se suma los efectos secundarios de algunos antidepresivos cuando la persona ya está en tratamiento. Igualmente, la depresión debilita el sistema inmunitario, por lo que está asociada a diversas enfermedades, infecciones y problemas cardiovasculares.
- Desempleo. Como si fuese poco, la incapacidad que llega a causar puede ser motivo de pérdida laboral y acarrear un montón de problemas económicos, esto entre el abanico de consecuencias que puede dejar la depresión.
- Dificultades en la vida de la pareja. Síntomas como éstos se manifiestan e imposibilitan que el afectado pueda llevar una vida normal, lo que también dificulta el ritmo de sus relaciones afectivas y sociales. Aunque tal vez, la afectación más significativa es la de la relación de pareja, particularmente cuando no hay un diagnóstico oportuno.
- Carga social. Una persona con depresión vive con una carga social añadida a su propia enfermedad. Se cree que es débil, se le considera que es ingrata con la vida, tiene sentimientos de culpa por no poder salir adelante, siempre hay alguien que tiene un consejo no pedido para ella, y también siempre hay alguien que “sufre” más que ella. Hay un sentimiento de incomprensión que acentúa su estado.
SÍNTOMAS DE DEPRESIÓN
Entre los síntomas frecuentes de la depresión se incluyen los siguientes:
- Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o “vacío”.
- Desesperanza o pesimismo.
- Irritabilidad, frustración o intranquilidad.
- Culpabilidad, inutilidad o impotencia.
- Pérdida de interés o placer en las actividades y los pasatiempos.
- Fatiga, disminución de energía o sensación de que está más lento.
- Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
- Trastornos del sueño, despertarse temprano en la mañana o dormir demasiado.
- Cambios en el apetito o en el peso sin haberlos planificado.
- Dolores y molestias, dolor de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una causa física aparente, o que no se alivian ni con tratamiento.
- Intentos de suicidio o pensamientos sobre la muerte o el suicidio.
Ante cualquiera de estos síntomas, por favor, no dudes en pedir ayuda y acudir a los servicios de salud que puedan atenderte. Existen muchas alternativas, incluso gratuitas y de bajo costo, no dejes que esta enfermedad acabe con tu existencia.