Estos 15 pasos para superar la dependencia emocional te ayudarán a liberarte y tener una existencia mucho más plena.
Margarita dejó de ir a trabajar, comenzó a beber y estuvo a punto de cometer una tontería cuando Roberto finalmente se fue de casa y la dejó. Era el cuarto novio en cinco años con el que experimentaba la misma angustia luego de la ruptura, aunque sólo llevara algunos meses con él.
Y sí, he dicho el cuarto novio en cinco años, porque Margarita no podía vivir sin una pareja, no importaba que ésta le tratara mal, le engañara o que ella no estuviera realmente enamorada de él. Nuestra amiga tenía una ávida necesidad de tener una pareja que le hiciera sentir que valía, que le guiara en la vida y que le diera motivos para existir.
Era claro que la protagonista de esta historia tenía un problema de dependencia emocional.
¿Qué es la dependencia emocional?
La dependencia emocional es un patrón psicológico que parte de la necesidad de que otras personas validen nuestra existencia y asuman la guía de nuestra vida, restando responsabilidad a uno mismo. Una persona emocionalmente dependiente teme estar sola, separarse de su pareja, tomar decisiones, expresar lo que realmente siente y asumir la vida por sí misma.
Quien depende emocionalmente de otros se siente falto de apoyo y aprobación, por lo que los buscará a toda costa, incluso si ello lo pone en situación vulnerable ante la manipulación.
¡Imagina! Hace algunos años, con tal de que José no la dejara, Margarita se endeudó tanto cumpliéndole sus caprichos. Le compró un coche, pagaba la renta de su departamento… José la amenazaba con que, si no lo hacía, la dejaría. Margarita estaba aterrada con la idea de quedarse sola, así que cedió a todas las peticiones… De cualquier modo, José se cansó y se fue con otra.
Tuvo otro novio, Armando. Éste decidía todo lo que debían hacer cada día, la forma en que ella debía vestir y hasta qué iban a comer. Decisiones que a Margarita no le molestaba que otros tomaban siempre, porque creía que cediendo en cada una tenía asegurada la compañía y el amor. Claro que Armando también se fue, porque Margarita “no tenía carácter”.
Y aunque Margarita era capaz de reconocer el abuso y maltrato que ejercían sus parejas, era incapaz de terminar la relación por estar enganchada emocionalmente a la otra persona.
Las personas con dependencia emocional suelen tener o iniciar relaciones poco sanas y tienen sentimientos excesivos y poco adaptativos de temor a que la relación se acabe en algún momento.
Es común que estas personas no piensen en sus necesidades, que se anulen a sí mismos a favor de su pareja, familia o amistades y tienden a ser muy sensibles a la aprobación de sus actos por parte de estas personas.
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¿Por qué se da la dependencia emocional?
La dependencia emocional no sólo se da en la pareja, también se da entre amigos y entre la familia. Finalmente depender emocionalmente de alguien tiene origen en la inseguridad personal y la falta de valía que se tiene sobre sí mismo.
- La baja estima es una de los pilares de la dependencia emocional. Estas personas se desvalorizan sistemáticamente, son muy críticos consigo mismas, por lo que requieren que alguien más las valide y apruebe. Pueden llegar a s entirse inferiores y culpables, incluso, del menosprecio que reciban por parte de sus parejas sentimentales. De esta manera aparece un sentimiento de inferioridad e inutilidad perjudicial para ellos y para la relación.
- El miedo a la soledad es otro pilar de la dependencia emocional. Para una persona dependiente, la soledad no tiene cabida en su vida, por ello necesita estar acompañada en todo momento, no importa la calidad de la compañía que tenga.
- También es habitual que detrás de la dependencia emocional se observen cuadros de ansiedad y depresión no diagnosticados oportunamente.
15 pasos para superar la dependencia emocional
Para superar la dependencia emocional puede ayudar seguir estas pautas:
- La dependencia emocional se manifiesta como una adicción, así que lo primero que se debe hacer es reconoce de manera honesta tu problema de dependencia emocional.
- En un auténtico esfuerzo, se habrán de identificar las cosas que haces por amor o cariño pero que en realidad te perjudican, te duelen o atemorizan.
- Es muy importante trabajar para reforzar la autoestima. Reconocer el valor propio es empezar a no necesitar que otros nos validen.
- Aprender a ser asertiva y a decir no. Poner límites es un signo de amor propio, y nos protege de las posibles relaciones tóxicas.
- No tener miedo a salir de tu zona de confort. Este lugar paraliza y mata todas las ilusiones, así que hay que volver a construir un futuro dando el primer paso fuera de aquí.
- Marcar varios objetivos sencillos y claros, a corto plazo. Ir tras de ellos un paso a la vez será una buena manera de avanzar.
- Si se quiere superar la dependencia emocional hay que Aprender a estar solo, sola y pasar tiempo únicamente contigo mismo. Es importante trabajar el punto 3 para que uno mismo resulte buena compañía y no necesitemos estar con otros.
- Aprender a quererse y a amarse para querer de una manera sana a los demás. Cuando uno se ama lo suficiente también es capaz de identificar cuando a uno no lo aman y se puede marchar de la relación tranquilamente.
- Construir una vida propia. Las personas con dependencia emocional suelen vivir para los demás, satisfaciendo las necesidades ajenas, por ello es importante que en la recuperación las personas que están superando la dependencia puedan tener actividades que les complazcan y las enriquezcan.
- Relacionarse con otras personas. Tener una vida social activa hace que se disfrute de relaciones mucho más sanas y no depender únicamente de una sola persona.
- Analizar las creencias que se tienen respecto al amor. La sociedad y los medios comunicación nos brindan una educación emocional que tiende a la dependencia. Un ideal romántico “de novela” que, con frecuencia, exige el sacrificio personal (al estilo Romeo y Julieta).
- No caer en la tentación. Como todo proceso emocional y adictivo, habrá momentos más fáciles que otros; a veces parece “mejor” regresar a los viejos hábitos emocionales.
- Evitar las expectativas. Lo mejor es ver a las personas que nos rodean sin filtros ni expectativas que proyectamos sobre los demás. Lo ideal es evitar expectativas que nos mantengan aferrados a algo imaginario o una imagen irreal de las otras personas.
- Dejar atrás el pasado. Si realmente se quiere salir de la dependencia hay que dejar el pasado donde le corresponde. Dejar de cargar culpas o comparar personas del pasado con la actualidad son ataduras que nos impiden avanzar hacia relaciones mucho más sanas.
- Buscar ayuda de un profesional. Un psicoterapeuta puede ayudar a adquirir técnicas y herramientas para mejorar la autoestima, las habilidades personales, trabajar en creencias limitantes y, sobre todo, aprender a vivir sin dependencias en busca de bienestar y calidad de vida.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA