Seguir estas 10 claves de cómo lograr independencia emocional no siempre es fácil si se ha vivido bajo la subordinación de otra u otras personas por largo tiempo.
Sin embargo, enfrentarnos a ello y asumir nuestra realidad trabajando poco a poco en la libertad será el mejor camino para alcanzar la salud y el bienestar que buscamos.
¿Qué es la dependencia emocional?
La dependencia emocional hace que nuestra vida sea definida por otra persona; que mucho de lo que sentimos gire en torno de alguien más, ya sea un familiar, un amigo o la pareja. Una sujeción de este tipo nos hace vulnerables a vivir a través de la voluntad de alguien más.
Ser dependiente emocional nos hace sentir miedo al cambio, disminuye nuestra autoestima, y evidencia nuestra excesiva necesidad de afecto, lo que nos lleva a idealizar a las otras personas. En estos casos, sólo a través del otro somos capaces de vernos a nosotros mismos como aceptables (al menos en apariencia).
Bajo esta condición la felicidad, el gozo y la plenitud están a expensas de otros que nos validen y nos “den permiso” de disfrutar la vida, generando un gran nivel de inseguridad y ansiedad. Se puede incluso llegar a un estado de “adicción” hacia la otra persona, lo que poco a poco va mermando en la calidad de vida y la salud psicológica de quien sufre esa dependencia.
Y aunque nos demos cuenta de que vivir bajo los términos de otros no es lo ideal, es difícil salir de una relación de dependencia porque prevalece el miedo a perder la aparente seguridad que nos da, así como la incertidumbre frente al cambio y, frecuentemente, la dificultad de hacernos cargo de nuestra propia vida.
La dependencia patológica produce la incapacidad de tomar decisiones propias y es una discapacidad emocional.
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La independencia emocional
Vivir la independencia emocional es poder disfrutar de nosotros mismos, de nuestras posibilidades para construir una vida plena, e incluso de nuestra propia soledad. Ser independiente es estar bien con uno mismo y poder crecer personalmente desde la experiencia propia.
De esta manera nos relacionaremos con los demás de una manera enriquecedora, no lo haremos como seres dependientes, no tendremos pareja o amigos por necesidad sino porque esas personas serán especiales para nosotros y nuestros sentimientos serán auténticos.
Ser independientes nos hace ser más auténticos, más fieles a nosotros mismos y por lo tanto tenemos más que ofrecer a los demás, logrando relaciones saludables y satisfactorias de manera mutua.
¿Cómo lograr independencia emocional?
1. Como en otros casos, para obtener un cambio que nos sane, lo primero que debemos hacer es reconocer que hay un problema.
2. Reconocer el problema de dependencia emocional es sólo el primer paso y luego de ello muy seguramente tendrás miedo a la incertidumbre del futuro, es por ello que debes aprender a gestionar este miedo. Es necesario salir de la zona de confort y adoptar una actitud positiva frente al cambio.
3. Aprender a decir “no” es imprescindible para recuperar la autonomía emocional. Decir no es establecer límites, lo que impide que otras personas determinen lo que vivimos o nos sucede. Es una forma de asumir nuestras propias decisiones. Aunque no siempre es fácil hacerlo.
4. Cuando se ha sido dependiente emocional se ha pasado gran parte del tiempo pendiente de los demás, expectantes de su aprobación, de sus deseos o sus necesidades. Es momento de hacerse cargo de uno mismo.
Hay que trazar un plan de vida personal, trabajar por alcanzar las metas personales, trabajar cada día por la autorrealización. Hay que buscar el propio desarrollo personal.
5. Al definir los límites y separarse de la persona con quien se tiene una relación dependiente, existe la posibilidad de sentir un vacío. Esta es una señal de que hay que trabajar en la autoestima, llenarse de uno mismo y de amor propio.
6. Para evitar la dependencia emocional en cualquier momento es importante revisar nuestro comportamiento. Podemos hacer una lista de cosas que nos perjudican o nos hacen sentir mal, pero que alguna vez las hicimos o las hacemos por amor o por satisfacer a otras personas.
7. Un reto importante para vencer la dependencia emocional, luego de trabajar con el autodescubrimiento y construyendo una autoestima fuerte, es aprender a estar solos. Hay quienes constantemente buscan una pareja porque les cuesta la soledad.
Cuando hemos trabajado con la autoestima, cuando vamos llenándonos de valía y gestionamos correctamente nuestras emociones, podemos convivir con nosotros mismos de mejor manera. Estar solos puede resultar satisfactorio porque hemos logrado “caernos bien”; ya no tenemos temor de nuestra propia compañía.
8. Hay que ser valientes, por supuesto. Hacerse cargo de uno mismo duele y es complicado, por lo que hay que ser valientes, sin temer al futuro.
Estos cambios, no obstante, serán paulatinos y debemos ser lo suficientemente flexibles para irnos adaptando poco a poco, sabiendo que salir de la zona de confort en que nos tenía la dependencia emocional es un bien para nosotros mismos. Lo merecemos.
9. En el camino a la libertad habrá momentos difíciles y habremos de sentir ganas de dar un paso atrás. Hay que resistirse a volver al pasado, aunque haya altibajos el futuro siempre será mejor que la dependencia emocional. Entender esto puede hacer que seas consciente de que debes resistir la tentación de volver atrás.
10. Al amar, aprendamos también a vivir sin expectativas. Debemos dejar de esperar que los demás satisfagan nuestras necesidades afectivas, pues no pueden ni tienen la obligación de hacerlo.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA